Páginas

16.11.10

Volar

¿Te cuento un secreto?

Ya...

Cuando era pequeño yo sabía volar, era muy fácil. Sólo me iba corriendo rápido por todo el parque, luego extendía mis brazos y me concentraba enérgicamente en distribuir mi peso, llevarlo poco a poco desde mi cabeza hasta mi pecho, luego a mis piernas y luego liberarme de él enviándolo al piso. Después de eso, sólo volaba, como lo hacen las aves, giraba, hacía maniobras y luego regresaba al mismo punto en la tierra donde había dejado mi peso. Lo recuperaba. Luego, sólo caminaba. Eso hacía por mucho tiempo, varias veces, cada vez que quería sentir el viento sobre mi rostro y tocar las nubes de algodón y evadir las ramas de los árboles levantadas por ráfagas de viento. Era muy sencillo hacer eso, aunque mientras crecía se iba poniendo más arriesgado cada vez. Llegó un día en que decidí dejar de hacer eso porque encontré una forma más segura de volar ¿Sabes cuál es?

No...

Escribiendo, tengo todo a la mano para sentir el viento en mi rostro, para visitar lugares lejanos en sólo un aletear de mi imaginación, y luego regresar al punto dónde deje el peso de mis problemas y seguir adelante. Así puedo volar, pero antes de volar de tener recursos para volar, así que leo, leo mucho cuando puedo. Luego con todas las palabras que conozco empiezo a correr, extiendo mis brazos y cojo un lapicero o lápiz según sea el que esté al alcance. Luego simplemente y con mucha práctica dejo mis problemas en un punto del terreno y puedo volar, como siempre varias veces.

No hay comentarios.: