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29.6.09

Padre a los 20 II (redefinición espontánea)

Qué feo es ver a un hombre llorar y más terrible supongo es si volteas a la izquierda y te das cuenta que ese que llora eres tu, pero todo cambia cuando esas lágrimas no son de tristeza sino de alegría, te sostienes la cabeza, y en tu mano derecha sostienes una carta que en letras muy delineadas y escritas con lápiz dice:

Hola Papá ya escrivo mejor. Te quiero mucho, ¿cuando vuelves?. Feliz Día.

Tu ija Alexia

Recuerdo ver las faltas ortográficas de otros niños, en el colegio, y corregirlas inmediatamente, con paciencia claro está pero en esta oportunidad las leía una y otra vez e imaginaba como sus frágiles dedos cogen el lápiz y trazan las líneas redondeadas y se salen del reglón, no es que sea una persona perfeccionista pero como que me agrada que las cosas están bien. Además como dicen "los niños son el futuro del mundo". En fin, me encantó recibir esa carta de mi hija. Y lo que lleno de lágrimas a mis ojos fueron esas dos palabras enmarcadas en los signos de interrogación ¿Acaso las huellas de los mayores (si es que se los puede llamar as� deben arrastras a los más pequeños? ¿Acaso ella tiene que ver con todas las complicaciones que yo irresponsablemente decidí vivir? Me parece injusto tener que empujar a alguien que no es merecedora de estas situaciones; sé que por algo tuvo que ocurrir... pero ¿qué es ese algo?.

Las soluciones son difíciles de avizorar. Me duele el corazón el poder privar a mi hija de una imagen adecuada de un padre, de estar lejos de ella, de no haber estado con ella cuando le pedían información de mí en la escuela o para ir a la iglesia, de ser solamente fotos y cartas en el ático ¿de qué es culpable?... De que yo esté intentando madurar a pasos agigantados. Muy probable que sea así. Mejor dicho: de que YO haya intentado madurar a pasos agigantados. Pero... en realidad lo único que estoy haciendo es desplazar mi responsabilidad de la situación y no consigo si quiera asumir las consecuencias.

Al parecer esa es mi respuesta, esa respuesta a la que me niego aceptar por orgullo, por vergüenza, por insensatez, por ser quien decidí ser, por inmaduro. Y qué hago con este mundo sobre mis hombros ¿enfrentarlo? no quiero, no quiero que llegue ese día, no me atrevo a bajar la cabeza y sentirme más derrotado de lo que ya me siento - empieza a sonar mi teléfono - ¿Aló?...

Hola hija: Me acaba de llamar tu mamá, estoy preocupado por cómo estás. He leído tu carta y me parece muy linda, sé que ya estás creciendo y estás aprendiendo mucho en la escuela. Recuerda obedecer siempre a tu madre... ya te visitaré muy pronto, en un mes si Dios lo permite, te quiero mucho mi niña. Esfuérzate en la escuela, ya me enteré que has sacado 20 en lógico. Nos vemos pronto. Besos.

Tu padre que te quiere, Ricardo.

Ni bien acabé de escribir, me sentí mejor. Tengo que solucionarlo en un mes, y afrontarlo. Sé que esto no sólo me ayudara a vencer mi orgullo sino también a aprender a asumir las consecuencias. La carta está en mi corazón aguardando ser enviada cuanto antes.

23.6.09

Entrevistas

La mañana se acompañó de neblina un poco densa, pero no tanta como la de Lima. Sin embargo con un polo fue sufieciente para frontar el día semicaluroso de Chincha... este día tuve la oportunidad de visitar a dos personas que estuvieron involucradas con la intervención psicológica post-terremoto de agosto del 2007, fue una experiencia agradable el poder saber que aún seguimos seres humanos que viven en confraternidad y se dan el apoyo neesario en momentos en los cuales urge una ayuda.

La primera persona con la pude contactar fue con Lizet, ella es psicologa y estuvo a cargo junto con un grupo de profesionales de la salud del apoyo psicológico en la zona de Sunampe, un distrito de la ciudad de Chincha. Me comentó que el trabajo básico que realizaron se basó en fomentar la no... mejor escrito, para evitar la violencia domestica, dado que después del sismo el ´´indice de violencia familiar se incremento. Las charlas preventivas se tuvieron que dar en casas de madera que servían de reunión para las Ollas Comunes o en la calle, o en los Albergues, lugares en que vivían las personas que habían perdido lo poco que tenían. Ella refiere que fue un evento muy chocante para algunos de sus colegas. Y que también todo el grupo de apoyo necesito de apoyo para expresar sus tensiones (de eso escribiré más adelante. Se trabajó con los líderes de Ollas Comunes para que puedan identificar a las personas que, por el shock, estén con sintomas de desórdenes emocionales o de ansiedad, entre otros. El estado de alerta se mantuvo aún cuando se iba la luz y la desesperación era constante mientras las réplicas se hacían presentes.


Más tarde, ese mismo día, tuve la oportunidad de conversar con José, él es médico odontólogo que está a cargo de las estrategias de salud mental en el centro de salud de Sunampe, en el grupo de trabajo estuvieron involucrados muchos profesionales que vinieron como apoyo después del desastre, grupos humanitarios que formaron parte de un contingente para dar un espacio emocional en el cual los damnificados puedan expresarse y sacar todas las emociones y sentimientos encontrados, tal vez reprimidos. Además, me comentó que recibieron soporte para hacer trabajo de grupo con el personal del centro dado que ellos, en primer lugar estuvieron con problemas para poder tratar adecuadamente a las personas que venían con la necesidad de ser atendidas. Utilizaron algunas pruebas cortas para hacer un tamizaje e identificar posibles casos que necesiten de un espcialista en psiquitría y ser medicados como también llevar tratamiento psicológico.


Fue un momento para reflexionar en cuán vulnerables somos y en cuán importante es estar preparados y buscar nuestro equilibrio y bienestar para evitar posibles dificultades en nuestro desenvolvimiento como entes participantes de una sociedad espontáneamente organizada. Este viaje me fue de mucha ayuda, pues hizo pensar que "la oportunidad perdida, ya no regresa, sin embargo en sí misma esta situación nos ofrece una nueva oportunidad: el cambio".


zach


Recordando el viernes 19 de junio.

21.6.09

Viaje


La decisión fue planificada con antelación. Debería cumplirse si no el esquema y patrón conductual iba a ser de un comportamiento aleatorio no paramétrico. Fue cuando en ese instante de edfectuar la acción me arrebataron pensamientos morales, sobre la responsabilidad y el deseo de aprobar con las reglas que impone la sociedad. Decidí calmar mi conciencia y dejar las cosas "en orden".


Me acerqué a la profesora del curso del cual iba a faltar al día siguiente y le expliqé las razones por las cuales iba a estar ausente, ella, con sus ojos (muy lindos por cierto) grandes me miro directamente a los ojos y me dijo que no me preocupara y que debería de todas maneras leer lo que correspondería al tema que iba a tratar el día siguiente y cerró sus ojos y yo casi desmayo. Ya para eso la planificación había sufrido un retraso de media hora y la supuesta situación planificada se salió de control.


Fui lo más veloz que pude a mi casa. No me importó sentir frío y helar mis mejillas y orejas, pues debía recuperar esa media hora de tardanza. Avance cuán raudo pude y llegué. Aliste mis cosas en dos pequeñas maletas y salímos, mi padre y yo a cumplir con el plan establecido que llevaba media hora de retraso.


Tomamos el carro que nos llevaría al centro de Lima de donde tomaríamos el bus interprovincial para poder llegar al "lugar de los hechos". Me sentí reportero, yo, todo un comunicador social, dejando en el fondo de maleta la careta de psicólogo, pensé por algunos instantes ser reportero hasta que recorde lo estresante que se convierte cuando te piden reportaje tras reportaje al tiempo que vas tratando de contruir una familia y una vida normal. En fin, llegamos al centro de Lima a tomar el bus.


Ya en el bus, busqué un asiento confortable en el cual mis piernas puedan sentirse con libertad de extensión, no encontré ninguno. Decidí sentarme en el que estaba junto a la puerta lateral por donde los pasajeros entraban... así cuando estemos de viaje podría poder mis piernas sobre el soporte que impedía, en caso de un choque, me vaya adelante. Y así fue, perono había tomado en cuenta un insignificante detalle: el carro recogías pasajeros de ruta, lo cual significaba que tenía que estar poniendo mis pies en alto y cuando paraba bajarlos, otra vez cuando avanzaba los ponía en alto y al momento en que recogía pasajeros otra vez bajarlos. Eso se repitió por trechos toda la Panamericana Sur, en Lurín, en Cañete... además de que por cada peaje que pasaba subían unos hombres con chaleco verde para pedir revisar el boleto, como si fueramos a engañarles, supongo... je je.
En fin, aproveché para mirar por la ventana y ver los postes de luz alumbrando suavemente las calles y los techos de las casascon su luz anarajada y en el fondo el mar, pleno, inmenso e inconmensurable, un poco oscuro e incansable mostrando sus olas ir y venir sin cesar. Luego, se apoderó del paisaje un desierto oscuro que a lo más se podía ver el inicio de él alumbrado por los faros del vehículo, las estrellas se ocultaban detras de la niebla que cubría la playa desolada. El paisaje cambiaba entre pueblos alumbrados y desiertos fríos y nublados. Hasta que llegamos a Chincha. Ciudad aún con resagos delterremoto de Agosto del 2007 que desfiguró la ciudad. Me sentí en casa, pues los recuerdos de infancia, episodios que me daban la idea de estar aún en esos momentos... regresioné por cinco minutos.
Recuerdo del jueves 18 de junio

17.6.09

Tus ojos

Estuve pensando en el carro, mientras venía de Chosica, mirando por la ventana, sobre cuánto tiempo tendrá que pasar para sentirme a gusto con mi trabajo, con mis hábitos, con los dolores de cabeza constantes, con la vida misma. Y llegué a la conclusión que soy demasiado fluctuante cuando se trata de responsabilidades y el proceso de cumplirlas.


Estuve pensando en la moto mientras iba a la universidad, mirando a las paredes desfigurandose mientras la moto iba a su velocidad común, sobre cuánto tiempo tendrá que pasar para disfrutar de mi propio trabajo y compartirlo con las personas que más quiero.


Estuve pensando en el camino largo desde la entrada de la universidad, observando el camino escoltado por árboles, sobre cuanto tiempo pasará para que pueda ver a mis hijos corriendo delante de mi, uno detrás del otro, y ver que la brisa sostiene los cabellos de mi hija, que tiene unos ojos muy lindos, y que sonrie para luego darse la vuelta y seguir corriendo adelante de su hermano... cuando de repente despierto del sueño y me doy cuenta que mi imaginación una vez más me traicionó y me reveló una nota de la sonfonía onirica de mis alucinaciones.


El soñar despierto, el saberse pensativo, el estar fuera de sí, el ensimismarse, ese vehemente acto de mirar a la nada o tal vez al futuro incierto, romper con la realidad y abrir una brecha sobre lo tangible significa ser idealista, una ventaja y una desventaja, una paradoja de habilidad.


El comprender el mundo que nos rodea precisa exactamente de eso, la abstracción, un paso más cerca al desligue del pensamiento, un paso mas lejos del pensamiento concreto. En estas circunstancias te conocí, y ni cuenta me dí de tus lindos ojos, curvos, marrones claroscuros, indescriptibles, ni cuenta me di de tus cejas, amplias, sencillas, semipobladas, indescriptibles, ni cuenta me di de tus párpados, únicos, delineados y sin error, indescriptibles.


Fueron esas circunstancias que me permitieron darme cuenta que no eras parte de mis alucinaciones, fueron en esas circunstancias cuando me di cuenta que el mundo era real, que pertenecía a dimensiones muy concretas como el espacio y el tiempo, demasiado concretas como para osar medirlas. Fue en ese instante que el tiempo se detuvo y ni cuenta me di que se detuvo, fue ese flash que de momento se presenta y se diluye en el tiempo tan pronto como llegó, y sigue su ritmo constante y consecuente hasta el siguiente quiebre dimensional que permita observar tus ojos y olvidar el mundo de las ideas y sumergirme nuevamente en tu realismo sincero, concreto, enteramente tuyo.


zach. alucinando con tus ojos.


17 de junio del 2009

14.6.09

Día feliz con lluvia

Desperté con una fría sensación sobre mis brazos, mis ojos se cerraban frente al resplandor de la luz que dejaba pasar la ventana. Afuera había una suave brisa matutina que rociaba el piso con gotas diminutas de rocío. Me desperté entre voces lejanas y pequeños rayos de luz inmiscuyéndose por mis pestañas. Reconozco que ya es de día y que el clima está más frío que hace una semana, mas que ayer.

Después de unos minutos conseguí darme cuenta de mi alrededor, me encontraba en mi dormitorio, no estaba lo suficientemente abrigado y mis brazos estaban fríos, me cubrí con la frazada en cuanto el calor intentaba regresar. Mi agenda mental me dio una alerta: Tienes clases por llevar, fíjate qué hora es. Y busqué con la mirada aún entreabierta al reloj en la pared, no había, eso significaba que tenía que levantarme y buscar mi celular y revisar la hora. En el momento que me disponía a tomar fuerzas para levantarme y caminar hacia la mesa donde estaba mi celular, la agenda de aquel me dio una alerta cantando una canción (obviamente preprogramada). No me quedaba otra que dejar mi letargo a un lado e ir y coger mi celular y apagarlo. fui, lo cogí y al ver en la pantalla decía: Clases de Técnicas Proyectivas. Esbocé una sonrisa irónica en mis labios al darme cuenta que el cerebro humano es el mejor instrumento que pueda haber sido creado.
Al salir de mi casa reconocí porqué mis brazos estaban fríos en la mañana, la neblina cubría los techos de las casas de dos o tres pisos, debajo de esa neblina blanca con matices de transparencias se hallaba una fina capa de lluvia particular (de particulas, para no causar dificultades en la semantica), felizmente había dejado mi vejez en el bolsillo interno de mi saco y estaba con mi fiel compañera, la nostalgia, que por primera vez se desligaba de la vejez y se alojaba en mis pensamientos... me aferré a mis casa y apreté fuertemente mis dedos encerrando en un puño mis dos manos y me sambullí en la lluvia particular que me mojaba en contexto micro explotando las suaves particulas sobre mi rostro y cubriendo los espacios entre mis poros. Caminé cuanto pude hasta llegar al paradero de motos. y me embarqué para ir a la universidad.
Llegué al salón y el frío se quedó en la puerta. Al salir de clases dos horas después, había hecho su travesura: la vereda estaba mojada, esa fina capa de lluvia particular había osado ampliar sus dominios y empezó a asociarse con el viento y la garúa. El piso estaba muy peligroso y el abrigarse bien era una acción no discutible. sin embargo la nostalgía río conmigo al sentirme cómodo cuando las gotas, un poco más grandes, se alojaban en mis pestañas y cubrían mi visión, yo imaginaba tener parabrisas en los ojos para aclarar la visión (tal y cómo lo vi en las caricaturas).
Fue un día muy nublado, sin embargo, y a diferencia de otro día, estuve feliz, feliz de vivir y de respirar y de que llueva y de reconocer que los momentos tristes a veces van de la mano con el clima, no obstante este no fue el caso. fue un día para ponerme pausa y dar un respiro para seguir adelante.
zach.
Lima, 14 de junio

Carta para mi hija

Querida hija Arantxa:

Hoy vi a tu madre, le saludé, pero como el tiempo era muy corto no le pude enviar saludos para tí. ¿Cómo estás hija? supongo que ya debes estar grande, tus 5 años deben estar fluyendo por tus ojos tanto como sus 23* a tu madre.

Te cuento que estoy trabajando mucho para poder terminar mi carrera y poder comprarte muchas cosas, lo que tu quieras, se que tal vez sea por engreirte pero como siempre digo "una vez al año no hace daño", pero... "sólo una vez".

Puedo imaginar que tu mamá te está cuidando bastante bien, ella es muy recta, directa y sincera con lo que piensa. Aprovecha lo que ella te enseña. Sé que son muy buenas amigas y que nunca habrá secretos entre ustedes, bueno... hasta que ya puedas decidir por tí misma y para eso ya te habrás acostumbrado a contarle todo a ella. Recuérdale que la quiero.

El tiempo, las ciscunstancias y nuestras creencias nos separaron pero no de tí, hija. Te extraño y cada vez que puedo imagino un día en que nos podamos reunir y conversar como antes, pero diferente.

Con amor, tu padre que te quiere.

Depresión: Carta para no leer

Hoy fue un día muy triste, el equivalente al jueves que hizo frío pero no lo fue. Hoy fue un día para pensar, hoy fue un día para olvidar, hoy domingo 31 hoy me encuentro con mi mundo, mundo de nostalgia, de dolor, de oscuridad y neblina.

Hoy con el dolor en la cabeza succionando mis deseos, mis anhelos... anhelos perdidos, anhelos olvidados...

Esto se complica con cada imagen y sonido que obtengo del mundo. Es el torbellino agónico que no me deja vivir, que no me deja pensar.

Hoy es cuando me pregunto por qué. Hoy es cuando decido volver a ser quien pretendo ser, pero llego a sentirme como J.M. Arguedas suicidándome por una causa arraigada en la cultura, al borde de llegar a ser sólo un buen escritor, eso espero, tal vez no.

Imágenes oscuras, parcas, sin sentido o con mucho sentidosubjetivo. El recuerdo de muchas ideas sobrecargadas de suposiciones bizarras, tal vez obscuras.

Hoy y simplemente hoy, hoy con sol y clarida, mas es sólo externa, sólo del paisaje, sólo del mundo inert. El dolor profundo de alma, el dolor discontinuo, el dolor que desaparece cuando se deja de pensar en él.

El dolor de conocer cuan visceral, cuan arcaico, precario, tan de reacción sin razonamiento, sin sentido son las respuestas. El absurdo de vivir para mori, de reir para llorar, de caminar para no moverse, de dar vueltas sobre el mismo eje y caer en un vicio que perceptualmente ahoga, confunde, aturde y, para variar, mata.

Respuestas incoherentes, afectadas por el surrealismo, afectadas por el extremo idealismo y por otro lado por sincero realismo que sin más ni más quiebran el equilibrbio endeble de las almas errantes. El diluvio de acechantes ideas cubiertas de un sopor contagiante, un sueño confuso que lleno de olvido te invita a encerrarte en él y dejar a su suerte el mundo donde no existe un ápice de sentido común, un mundo reactivo e instintivo.

La necesidad de participar de la parsimonía circence del espectáculo bacanl de la tierra, formar parte de las vidas amargadas, ruidosas, ilarantes y delirantes, sórdidas y beodas, cada vez mas constante, cada vez más insitante, cada vez más hipnotizante y despechada.

Reluciendo sus heridas, sus rasguños como trofeos, como sinceros regalos de parte de un enemigo mucho más psicópata, mucho más inteligente y hechizador atacando y dejándose atacar. Aceptendo, con su deseo masoquista, el flagelo del mal, vapuleado hasta comer tierra con sangre y denigrados a espectadores y forjadores de nuestra propia desgracia. el odio y el rencor se confunden en medio de las pasiones desbordantes y el futuro no planificado un suicidio lento, como esperando morir desangrado con un rasguño, tan pasico, tan intenso, tan carcomido, tan podrido.

Not anymore.

10.6.09

larga carretera hacía mi casa

Hoy iba a renunciar, hoy iba a intentar declararme a Ella, y quedar en un momento para encontrarnos y poder decirle cuánto la quiero, hoy quería poder cumplr con mis tareas y no olvidar ninguna, hoy quería no acordarme de Juana, hoy quería olvidar aquel día triste en el cual me deprimí, hoy sólo pensaba en hacer las cosas bien, pero... pero todo salió al revés.

La mañana empezó nublada, desde hace ya una semana y hoy también, la nube lluviosa se veía a través de la ventana y la suave brisa se pegaba en forma de gotas diminutas en el vidrio, compartiendo su helado hálito con mis poros recién alertándose de la mañana.Me acomodé la casaca, fui al baño y me miré al espejo, me lavé la cara y nuevamente el espejo dejo ver mi reflejo muy ojeroso. Salí intentato no hacer ruido. Bajé al primer piso y al abrir la puerta sentí el viento acariciando mi rostro y regalándome un momento de desligue de la realidad.

Camine con el frío en todo el cuerpo, mis dientes se juntaban apretando mi quijada y me puse los audifonos para olvidarme del frío. Al llegar a la carretera, tomé la moto que me llevaría a Puerto, me recosté en el asiento para luego poner al máximo volumen la música que escuchaba.

Después de haber llegado a Puerto y a mi casa, después de haberme alistado para ir al trabajo ocurrió algo muy particular en el viaje a mi trabajo, naturalmente iba a llegar tarde, así que decidí subir al primer coletivo que se presente hacia el óvalo de Santa Anita, después de haber esperado un tiempo prudencial, se apareció un carro antiguo , muy parecido a un Santana, pero menos pituco, era rojo pero estaba pintado a medias con celeste, llevaba una escalera amarrada a la parrilla del techo del auto y una mano salió por la ventana del lado del conductor para decirme que me llevaría por la mitad de precio hasta el óvalo. Yo fiel a mis pensamientos acepté y al entrar un poco dificultoso debido a mi rodilla , aún mala, escuché un saludo muy animoso y particular de un ser humano recontra extrovertido y conversador. Decidí seguirle la conversación.

Empezamos hablando sobre el clima, tema clásico cuando no tienes nada de qué hablar, luego sobre el tráfico, accidentes de transito, horarios, trabajos y siempre que dejabamos un tema quedaba un vacío que sin incomodidad... o tal vez debido a ella, el conductor iniciaba la conversación. Al llegar a mi destino la Av. Metropolitana bajé del carro y le pagué el precio sugerido (la mitad de un precio normal), no me sentí mal pues en realidad el no se dedicaba a hacer viajes colectivos sino a arreglar conexiones telefónicas, fue cuando comprendí el porqué de la escalera en el techo del carro. En fín, llegué tarde.

Hoy quería renunciar, dado que hay unos cuantos problemas debido a los roles que debo cumplir y de la auditoría implacable, minuciosa y, algunas veces, prejuiciosa que realiza mi superioir inmediato: La Direcctora. Al llegar a la institución, me recibe el auxiliar y me dice que hubo un problema con la madre de una alumna adolescente y que le gustaria que pueda tomar en cuenta el caso. Le comenté cómo era el procedimiento y no tuve tiempo de renunciar, por el contrario me sentí comprometido con la labor altruista que debo realizar con los clientes de esa institución. Decidí trabajar y posponer mi despedida hasta cuando haya tiempo de conversar con el tiempo asequible y holgado.

Hoy quería declararme, sin embargo en el poco tiempo que pase con Ella, la de la mirada esquiva, intercambiamos miradas, no esquivas, y sonreimos hablando sobre el tema estrictamente profesional y formal. Aunque en la subvoccalización estábamos comunicando demasiado, sentía que el tiempo me era insuficiente y estaba apurado por llegar a casa y recuperar el tiempo perdido (de sueño). No demoré en intercambiar unas cuantas sonrisas mas y luego despedirme con un beso en la mejilla, Ella sonrió mientras la besaba.
Al regresar el sueño era infinito, pero recapacité y decidí que no era momento de dormir. Llegué a casa, el clima había mejorado, y el sueño se me pasó. Almorcé y entre un rato a Messenger, me encontré con Juana. empezamos a conversar de lo que no debimoas haber conversado jamás y del tema del cual pensaba, ya estaba terminado... pero su insistencia me impacientó y le contesté muy mal (me sentí culpable), ella lo tomó como esperé que ella lo iba atomar y finalmente saldamos la cuenta... yo no iba a cambiar por ella. Tomé mi mochila y salí apresurado para llegar a clases.
Caminé cuanto mas rápido pude y también cuanto mi rodilla me lo permitía, llegué al paradero de las motos, tomé una al momento que decía: A la Universidad!!... Arrancó el motor y yo me encerré en la música que habitaba en mis oídos. De momento, ya estaba en la puerta de la universidad y fui al salón de clases, siendo que habá llegado temprano, me dispuse a leer un capitulo más de Crepusculo, mientras estaba imaginando a Bella y Edward llendo a un bosque alejado en el carro de Bella interrumpió el profesor y saludó a todos con una sonrisa que me dio colera.
La clase estuvo amena cuando a mitad de la clase, mencionó sobre la tarea que había dejado una semana atras y que sin querer había dejado pasar al olvido. Intenté rebuscar en mi mochila si acaso hubiera sonanbuleado la noche pasada y por casualidad mi inconsciente lo hubiera realizado, sin embargo recordé que esa tarea se tenía que hacer con lo s cinco sentidos bien alertas. Fallé.
Regresaba a casa un poco triste por todo el día que había salido al revés y recorde sobre una labor que tenía que hacer. Fui. Llegué cuando había comenzado unos minutos, felizmente era entrada libre (je je je). Me percaté que las herramientas que tenía que utilizar estaban donde debían estar... pude completar algo, hoy. A raiz de eso me dispuse a sonreir y regresar por la larga carretera hacía mi casa.
zach
lima, miércoles 10 de junio

1.6.09

los análisis

Nunca pensé o imagine cuán difícil sería sentirse discapacitado hasta que me pasó, el aprendizaje empírico es mucho más trascendental que el teórico, el lunes fui a ver que pasaba con mi rodilla, el domingo ya había recibido los tratamiento de primer orden, es decir, el hielo, para desinflamar, la frotación, para que penetre en el músculo y lo pueda mantener caliente. Recuerdo que para llegar a mi casa no podía se hacía un mundo, tuve que subir en una moto que llevaría cuesta arriba hacía mi hogar (cuatro cuadras de frente desde la entrada a la izquierda).

En fin, el lunes, llegué ala posta médica para los análisis, me hicieron esperar un tiempo porque en emergencia había casos más graves, y yo podía esperar, no estaba sangrado ni nada por el estilo. Una vez que los casos importantes ya estaban atendidos, el médico, un viejito bonachón, de pelo cano y sonrisa tranquilizadora se me acercó y me dijo: ¿qué pasa hijo? ¿De qué estas mal?- le comenté sobre mi caída estrepitosa, al menos para mi, mientras jugaba vóley a la par que me iba remangando el pantalón para que pudiera ver la hinchazón de mi rodilla. – mmm…- pensó para sí – necesitas… ajá partes blandas… - saca tu ticket de emergencia y te atiendo en el momento – y luego ingresó a su consultorio.

MI padre que me estaba acompañando, con su sobreprotección y estrés peruanos, se apuró en sacar el ticket y entré directamente al consultorio, muy tranquilo inclusive para mi parecía muy tranquilo como preparándome para el diagnóstico. El anciano médico me preguntó cómo ocurrió y me pidió verlo nuevamente, luego me preguntó los datos básicos como dónde vivo, mi edad, mientras escribía en su cuaderno gigante, luego, cogió el parte médico y escribió: edema debido a contusión fuerte, ecografía de extremidades en partes blandas. Me dijo un lugar donde tendría que tomarme y me recetó una inyección intramuscular (de las que me hacen reír al momento de medir dónde la van a poner) y unas pastillas tres veces por día durante cuatro días. Mientras acababa de decir eso, entró una enfermera y le dijo: un paciente ha llegado con la cara golpeada y sangrando, necesita su apoyo.- el doctor con la paciencia que le dieron los años, aceptó el recado y pidió que lo esperen para atender el siguiente caso. Yo, por mi parte, me sentía mal pues había otras cosas más importantes como un niño llorando afuera por un dolor de cabeza, supongo, y el paciente recién llegado con una herida por suturar en el rostro, que mi pierna inflamada.

Salí lo más rápido que pude para evitar mas problemas y le dije a mi padre que fuera a comprar esos insumos y la jeringa para mi inyección, mientras esperaba, me encontré con una miga que hace internado en psicología en aquel centro de salud, conversamos un toque, le presenté a mi mamá y luego me despedí de ella, como yendo a buscar a mi padre y a chismosear sobre una inyección para la influenza, gripe A, gripe porcina, AH1N1, aquella que está de moda. Pregunté si podía ponérmela pero dado que me iban a poner otra que tenía un componente que no era compatible con el de la inyección me recomendaron esperar una semana.

Llegó el momento de la inyección que me hace reír. Intenté mantenerme lo más serio posible, la enfermera me dijo: tranquilo no va a doler- yo le respondí que no era por el dolor sino por las cosquillas que me producen cuando me miden para ponerme la inyección, mientras terminaba de comentarle ella estaba midiendo, y me dio un ataque de risa, en eso me explicó que no le demore más porque tenía que suturar la herida del paciente recién llegado, me quedé en suspensión en un segundo, y recapacité, respiré profundamente y después de otro segundo mas contuve la respiración. Me puso la inyección y exhalé, para luego reírme a más no poder.

Fue un momento de relajación extraño, muy extraño, pero muy fuera de esa extrañez, reflexioné en cuán difícil debe ser para una persona, que no está con la misma fortaleza física debido a una carencia, superarse y salir adelante, ahora los entiendo mucho más. Me es difícil caminar aún pero sé que esto es parcial y muy momentáneo, comprendo que se pasará en semanas pero sé que es muy valioso y admirable observar esa fortaleza interior, que permite ser fluida para irradiar alegría y soporte emocional a los que les rodean.

zach.

Recordando el lunes 25 de mayo del 2009

la pared

Empezó a las 7:30 pm en la cancha improvisada de voley donde hace dos domingos voy asistiendo para jugar. Llegué a tiempo pero aún no empezaban a jugar, me di una vuelta por el parque de Chosica, comí un milhojas rebosante de manjar blanco y regresé para hacer al menos un poco de ejercicio. No imaginaba lo que me vendría después.

Empezamos un poco animosos, partido tras partido las disputa por el balón se fue haciendo cada vez más constante, había un equipo al cual no podíamos sacarlo pues digamos que tenían un método poco común de ganar. Pero llegó el momento de ponernos las pilas ya por la séptima ronda, empezamos con una formación diferente y se pudimos sacar ventaja, y de repente ya estábamos como ganadores. Esperamos a siguiente equipo, y ahora éramos nosotros los defensores y los del frente los retadores, era una sensación de “tenemos ganar gente”, muy egoísta por cierto. El siguiente equipo hizo lo propio, pero aún así no pudo contra nuestra formación bien estudiada.

Hasta que en uno de esos puntos cuando los ánimos estaban en plena ebullición que, el armador del equipo del frente envía una pelota muy cerca a la pared (pues jugábamos toda la cancha) y yo me creo superman (debido claro está a la emoción que la situación producía) y me lanzo para salvarla, puedo sostenerme un rato en una acrobacia de equilibrio pero no por mucho tiempo cuando siento (en mi sexto sentido) que me voy acercando sin control contra la pared, pongo mis manos para no estrellar mi rostro pero mis piernas llegan tarde a la reacción y mi rodilla choca fuertemente contra esa pared blanca con manchas de pisadas y manos marrones en la parte baja, no suficiente con el golpe caía al piso sentado y me dispuse a levantarme, en eso, sentí un tirón en la rodilla.

Pisé fuerte como para que se me pase, pero mi pierna no tomaba la tonalidad para sostenerme aún así jugué un partido más como para bajar mis ánimos y no quedarme con gusto en el paladar. Tuve subir a zona de ataque, y de repente el armador, que no se había percatado de que no podía saltar bien, arma la pelota como para que uno que suele jugar sabe que no se puede desperdiciar así no más cuando estás sin contusiones por el cuerpo y dada mi situación y mis ánimos exacerbados salto para matar y siento que mi pierna derecha (donde me había golpeado) me jala a quedarme pegado al piso, yo desobediente con las señales de mi cuerpo me dispongo a elevarme y no puedo matar por que no tenía fuerza en el impulso y sólo coloco, felizmente fue punto, terminó el partido y me despedí de la cancha, rengueando, deseando tener hielo a la mano para bajar la hinchazón y lo caliente que estaba, porque sí que estaba caliente.

Me dirigí al paradero de combis que me llevaría a mi casa con el movimiento, el choque y la pared en mente. Sin saber qué vendría después con los análisis y todo el proceso de rehabilitación, sin contar con los lugares donde tendría que ir y las reuniones que sin querer tendría que cancelar.

zach.

Recordando el domingo 24 de mayo del 2009