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28.2.10

Q.E.P.D

Las sombras ocultan el ambiente y el sol ya no alumbra más. Las hojas de otoño se caen llevadas y mecidas por el viento y preparan la llegada de la noticia. El viento sopla frío en la calle de diseño de antaño con faroles, pistas anchas, veredas amplias, jardines y casas blancas con balcones y ventanas decorados. A pesar de lo depurado de su estilo, no llega a tener importancia debido de la intensidad emocional que circunda en el ambiente. El llanto y la impotencia de poder curar a un familiar, son episodios en nuestra vida que nos impiden ser felices, mas aún si estas emociones las cargamos en el tiempo después del deceso de aquella persona que queremos.

Enfrentar la muerte es una tarea muy complicada que se nos encomendó desde que se inició el primer movimiento, aquel impulso de energía que dio origen a la división celular para formar nuestros débiles cuerpos en el vientre materno. Enfrentar aquella disfunción de todo lo que unos segundos antes funcionaba, y que ahora simplemente se fue. Enfrentar aquella circunstancia que te impide traer de vuelta la sonrisa en su rostro y pensar que ya no tendrá calor aquel cuerpo, ya no podrá abrazar, correr, compartir, hablar y escuchar, entre otras cosas más como virtudes particulares como también defectos. Considero que es doloroso ver partir a alguien, aún mas si no hay retorno, tal vez lo único que queden son memorias, tal vez lo único que queden son objetos, pero creo que lo más valioso que puede quedar de alguien es su recuerdo como un ser que enseñó, dejó una lección, dejó un esquema de su pensamiento plasmado en las memorias de cada quien con quien pudo compartir el tiempo y sus actitudes hacia la vida.

Lo que espera un ser humano en su paso por la vida, es trascender. No sólo quedarse como parte de las estadísticas, sino vivir en el recuerdo de sus coetáneos y de las siguientes generaciones como alguien que aportó algo para una mejor estilo de vida de quienes vienen después. Es algo como dejar tarea, pero no para la casa sino para el futuro. Es así como creo que las personas deberían vivir y recordar a sus seres queridos que ya no los acompañan más. La muerte es inevitable, esa premisa nos cuesta aceptar pero es realidad. El duelo llegará después de que veamos a nuestro ser querido yaciente, es natural y es normal expresarlo. Pero también ha de ser normal aceptarlo y reconocer que la vida no acaba para nosotros sino que podemos continuar viendo al futuro como un lugar donde podemos hacer de nuestros planes un hecho. Así podremos tener la certeza de que el tiempo es una dimensión física que nos permite observar cambios y que nosotros podemos hacerlos posibles.

22.2.10

Laberinto

En el umbral del laberinto de nuestro pensamientos se encuentra un vigía que subordina los motivos y razones a lo que demande la ley que se encuentra en el centro del laberinto, la ley de nuestras creencias, de lo que estamos seguros aunque no tengamos evidencias, pues siempre ha de ocurrir una necesidad de llenar aquel vacío no sólo cognitivo sino emocional y una vez lleno ese vacío todo encuentra sentido y orden por más paradójica que pueda ser la explicación. En otros casos lo que subordina es la emoción antes que la razón. Este vigía amplía, mientras lo permita la ley, las opciones de respuesta para evitar conflictos por estreches de posibilidades y bagajes de condiciones y circunstancias, a la vez esto implica un nuevo conocimiento de experiencias y la aprehensión de otras creencias para su respuesta no contradictoria con la ley.

El origen de esta ley es la búsqueda de orden y coherencia al sentirse humano, al poder observarse humano y ser social, interactor con el mundo, con las personas y consigo mismo en su entidad social. La ley se forma mientras el ambiente otorga favores de delimitación de creencias mediante la instrucción parental y la valorización significativa de las interacciones con personas comprendidas en el circulo de educadores, por más que el mundo no lo califique así el individuo busca conforme a sus actitudes, prediseñadas en el código genético, hacia una postura inicial, esto conllevará quiera o no a que se demarquen ya arraiguen en el centro de este laberinto estas reglas inquebrantables hasta que se demuestra la falsedad del educador sea cual fuere. Esta quiebra cognitiva y emocional refiere entonces un estado de duelo subjetivo en la ley y de acuerdo a cuán fuerte fue la evidencia de falsedad para que se produzca el quiebre, así de fuerte, y tal vez brusco, será el cambio o por el contrario será lo mas largo, lento y doloroso. Demostrando así una bipolaridad de respuesta que queramos o no estamos destinados a enfrente siempre que se produzca un reto frente a nosotros, esto demuestra que los caminos intrincados en el laberinto al cual me refiero va a tener dos polos, aquella dualidad que desde los inicios de la cultura humana entendió y representó en tótems, paredes, esculturas, escritos, cuentos y expresiones humanas de todo tipo. Delimitando una vez más sus costumbres y sus estilos de vida.

Creo que es hora de buscar el rumbo, primero a conocer al vigía de nuestro laberinto cognitivo, luego, buscar el camino al centro del laberinto para revisar y verificar cada una de nuestras leyes y finalmente reconocer que este laberinto es como el laberinto del Minotauro, un laberinto de difícil salida pues exige arduo trabajo y no acepta atajos pues, la única manera de salir de aquel es elegir por uno de los polos y recorrer cada cual según las consecuencias que acarreen.

21.2.10

El cole

Dicen las buenas y malas lenguas que el cole es uno de las mejores épocas de tu vida, claro cuando estás fuera del cole parece ser así. Pero cuando aún tienes que levantarte temprano, ponerte un uniforme, tomar el desayuno apurado (si es que se toma), y luego partir a encontrar la movilidad que te llevará al cole, no lo creo. Llegar a la puerta del centro corriendo con la agenda abierta para que te sellen, y luego seguir corriendo para poner tus cosas en tu sitio y correr otra vez para la formación. Empezar la primera clase con algo de sueño e intentar comprender de qué está hablando el profe. Luego esperar un tiempo moderado hasta que llegue el recreo.

Recuerdo todas las cosas que hacíamos para no aburrirnos en clase. Las clásicas conversaciones en papelitos que eran entregados cuando el profe se daba la vuelta para escribir en la pizarra o las jaladas de pelo, miradas malas cuando alguien se peleaba, el pretexto de ir al baño, el encontrarse con los cuadernos del día anterior en tu mochila, hacer chistes mientras el profe intenta hacer una clase prolija sobre química o historia, o cualquier otro tema, esperar que llegue el recreo o hacer alguna travesura para que el profesor salga del salón y podamos ser dueños de los subsiguientes dolores de cabeza del personal escolar.

Luego, ya en el recreo, Chapita era lo que se nos dio un tiempo por jugar. Luego las tumbaditas, luego a cantar canciones con un brother que llevaba periódicamente su guitarra. Recuerdo un día cuando un compañero encontró una chapa y salió corriendo para poder jugar en un pequeño anfiteatro que teníamos en el centro de un parque, también pequeño, en el territorio del cole, la emoción en sus ojos y el interés por no perder más tiempo le hizo trastabillar y caer por cada uno de los escalones hacia el centro del  anfiteatro, y claro por respeto (o por aguantarnos de la risa) no jugamos ese día. Luego los partidos de fútbol en las canchas de cemento, eran únicos, con toda la emoción que se reserva cada gol y cada foul. También recuerdo cuánto demorábamos en regresar al salón para continuar con las clases.


Un día un compañero llevó su maleta con clave, y como era de esperarse, todos nos abalanzamos para ver y reconocer su clave, luego en un afán por jugarle la broma le cambiamos la clave y tuvo que pasarse casi todo el recreo buscando cual fue la que cambiamos, creo que trajo unas cuantas veces más su maleta pero la descontinuó porque en una clase no pudo encontrar la clave y se quedó observando al profesor mientras pedía prestados un papel y lapicero. Los martes y jueves, creo, hacíamos cambios de salones debido a que teníamos que ordenarnos por niveles en inglés, era cuando nos encontrábamos con amigos de otros salones y podíamos conversar de todo menos del curso, claro está hasta que l profe nos deje la tarea o empiece con la clase. Hubo un tiempo que se nos dio por votar las mochilas por la ventanas y era gracioso ver las caras de los transeúntes por las afueras del colegio que veían caer mochilas hacia el jardín de afuera. También los días en que íbamos a ver películas eran de vagancia. O los días en que teníamos que salir a recolectar. Días de paseo, o perdón, salida de estudios. Y también los días de campamentos. Creo que el cole tuvo sus momentos chéveres y servirán para mantener aquella amistad con quienes compartieron un aula de clases y las risas mientras hacíamos las travesuras.

20.2.10

Búsquedas

Hace poco estuve pensando en qué escribir, al parecer, me ocupo en cosas que, según yo, invirtiendo tiempo serán beneficiosas a largo o mediano plazo. Por lo mismo que tomará tiempo ver sus resultados entonces parecen no tener mucha importancia eventual. En este afán se seguir compartiendo aquellos recuerdos que asaltan a mi pensamiento cada que toco algún tema en el diario vivir, era de esperarse, no vino ningún tema.

Esto ocurrió hace poco. Leía un libro de historia, nunca me interesó hasta que un día leí "el que no sabe de dónde vino, no sabe a dónde va". Y bueno, todo lo que viene después de esa frase ustedes se pueden imaginar, buscar sobre de qué trataba lo que pensaba que era (yo) e indagar un poco más sobre mi país y sobre cómo llegó el mundo a estar como está. Así empecé una vez más a recordar. No puedo imaginar el fervor con el que los ancianos conservan y aprecian sus recuerdos, pues son objetos mentales que nos traen no sólo una emoción agradable o difícil de desarraigar sino que se trata de uno mismo, de su crecimiento, de su formación como ser social, de "hacerse un espacio" para que el universo, el mundo, el pueblo se entere que existimos, que respiramos, que estamos acá. Fue así que al recordar mis dos décadas, pocas a comparación de la historia de muchos, y muchos años a comparación de los cuentos de otros, comprendí que puedo considerarme "ecléctico", aunque me duela en lo más profundo de mis prejuicios. Pues el mundo en sí mismo tiene tanta variedad que ofrecer y muy pocas personas se atreven a centrarse en sólo un tema, un estilo de vida, una teoría. 


Comprendí que es el tiempo que da la razón a la vida y a las decisiones, buenas o malas, que tomemos. Comprendí que la búsqueda de explicaciones sólo se podrá encontrar al momento en que podamos dejar de ver el mundo que nos rodea y observemos cuánto este influye en nosotros y nos mueve por corrientes de certeza y frustación. Eso nos hace estar ocupados, eso nos hace sonreír una vez más al horizonte y decir: Ya llegará el momento en que te encuentre. Mirar atrás y sonreír con nostalgia y decir: qué tonto fui cómo pude haber hecho esto, pero... si no lo hubiera hecho entonces aún no podría darme cuenta de lo tonto que puedo llegar a ser.

Creo que es tiempo de sospechar el futuro mirando de reojo el pasado.

15.2.10

Marry me

-Si, Acepto.

Dos palabras unidas que generan un rayo en la nuca que estremece el cuerpo y desluce toda duda. Son protocolos que se marcan con la tradición y la alegría de quienes lo presencian, tal vez recordando, tal vez añorando, tal vez incrementando emociones a su baúl. ¿Acaso existe alguna programación en los seres humanos para ponerse de acuerdo en sus rituales? ¿La predominancia de esta programación se centra en el sexo femenino? o ¿Existe otro tipo de programación para el sexo masculino? 

Todo empieza con una actitud, una búsqueda de complemento. Esto tal vez se origine en el cerebro, tal vez en el espíritu. Es aquella necesidad, tal vez aprendida, tal vez espontánea, de buscar en alguien el reflejo de ser apreciado al momento de apreciar, de ser querido al momento de querer, de elegir a quien se debe otorgar aquel privilegio. Desde que nacemos no elegimos, en tanto vamos creciendo aprendemos a elegir, a decidir, a buscar lo que queremos. Es entonces comprensible cómo se forma aquella actitud mencionada previamente. 

Desde mucho tiempo atrás, el inicio, para ser un poco más exactos, los seres humanos se han preocupado por conocer el origen de esta actitud, de aquella búsqueda de emociones nuevas. Pocos son ajenos a esa búsqueda, debido a conflictos, creencias, dolores guardados o un sinfin de factores. Lo que viene después de la búsqueda es ser encontrado o encontrar, existen muchas posibilidades, muchas circunstancias y sólo una posibilidad y una circunstancia se hace realidad, a esa seguridad de hallar a la persona adecuada se le agrega la dosis de trascendencia y se pronuncian otras dos palabras que unidas generan un rayo en la nuca que estremece y desluce toda duda.

-Cásate conmigo.

12.2.10

Medias mentiras

"Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad" 
Ben Parker a Peter Parker.


Siempre me gusto ver películas, bueno no siempre, pero la mayoría del tiempo si. Mis preferidas suelen ser las que tienen efectos especiales, o historias no convencionales, tal vez biografías, o con suspenso psicológico. Dentro de todas puedo encontrar algunas frases a manera de lecciones, o tal vez reflexiones dentro del entretenimiento que tocan puntos resaltantes de la profundidad o la forma de realidad que se proponen otorgar, los escritores, guionistas, directores, en fin el equipo detrás de la realización. Después de todo se puede soñar despierto ¿no?

Algunas historias toman lecciones de culturas antiguas, de ideologías, de sucesos importantes, de filosofías expresadas en arte. Creo que en ese sentido el ser humano tiene (y ha tenido) mucho que explorar en su imaginación, aquella búsqueda de sentido del cual muchos autores han hablado. Cada cultura antigua nos da una explicación de lo puede estar sucediendo, y de lo que sucedía en ese entonces, era una forma de explicación a tantas formas inexplicables de la naturaleza. Después de haber estudiado esas explicaciones místicas, otras personas decidieron negarse a todas y crear una aparentemente coherente.


INVICTUS

Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.

In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.

Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.

It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.
William E. Henley

Opino que dejar la fantasía a su lugar de origen, nuestra imaginación y conservar nuestra realidad en lo que nos concierne a creer en algo plausible y verificable es una buena opción, aunque siempre habrá algo de lo cual no podremos saber pues estamos limitados tanto como el universo a espacio y tiempo. Ahí encaja la fe.

Entonces tenemos la responsabilidad de controlar el poder de la imaginación.

10.2.10

Lluvia

La lluvia cae a chorros sobre las tejas del techo de la casa, el cielo se mantiene oscuro cubierto de nubes, y los rayos a lo lejos dibujan un paisaje que se queda grabado en la retina.Único, indescriptible. Luego las nubes se despejan y sale el sol, dando también otro paisaje indescriptible y único. Cambiando la iluminación del ambiente y dejando reconocer las gotas de lluvia recostadas en las hojas de los árboles, la tierra húmeda expeliendo su olor característico y el arco iris en el horizonte.

Me encuentro de pie con una vista increíble desde el segundo piso de la casa y extiendo mi mano para sentir el caer de las gotas últimas rezagadas en las tejas. Bajo las escaleras, echo una bocanada de aire para disfrutar de aquel olor a tierra húmeda que ya hacía unos años no sentía. 

El viento que viene después hace balancear los árboles de eucalipto que escoltan la chacra al lado de la casa. Salgo de la casa y veo el terreno, aquel camino con pasto a sus lados delineado por paredes medianas de adobe y con acequias atravesándole. El sol brilla plácido y amplio sobre el cielo celeste y las nubes ausentes planeas su arribo en cuanto se descuide el astro. 

Camino unas cuadras por la senda ventilada con aires de lozanía, respiro el olor a eucalipto y recojo algunas pepitas que cayeron de aquel altísimo árbol. Sonrío y levanto la mirada para observar la punta del imponente vegetal, me encuentro con el sol radiante y estornudo. Abro los ojos en cuanto se me pasa el malestar y me detengo a ver el chiguaco un ave que suele cantar de una forma peculiar y que tal vez se deba su nombre, bautizado por los aldeanos, por ese sonido. La pequeña ave salta de rama en rama y se esconde por las plantas de maguey al pie de los eucaliptos. El camino de piedras cuesta arriba se dibuja y reconozco que es momento de relajarme y disfrutar del ambiente. Aquel regalo de la naturaleza y su contraste con la lluvia originaria de olores, paisajes y emociones que se expresan según llegue el momento. A lo lejos se escucha la tinya y el canto de los pobladores por el comienzo de la época de sembrío.

9.2.10

Una (centésima) parte de mi... o tal vez más

Este es el post número 100 desde que empecé a escribir en enero del año pasado. Claro que no ha sido una prolífica publicación, claro que no ha sido la mejor, claro que no ha sido digna de un premio, claro que algunos son muy cortos, otros muy largos, algunos tristes, algunos alegres, algunos sin sentido... de muchos y pocos fueron parte de mi y de mi pasado o de otros pasados, plasmadas en bits y creo que estoy muy feliz de no haber claudicado en la labor de escritor. Espero también seguir escribiendo más y publicando para ustedes.

Como este blog trata de recuerdos me gustaría recordar algunos objetos que tal vez pueda contar algo de ellos en lo que viene en el futuro de esta bitácora de historias.


  • mi piano
  • mis lentes
  • el karaoke
  • un perrito de peluche
  • un llavero de la estatua de la libertad
  • un delfín de peluche
  • una radio blanca
  • una foto de alguien tocando violín
  • una artesanía de coco
  • un caballito de totora en miniatura
  • un abrazo incompleto
  • un día de locura
  • días en el museo
  • una llamada de emergencia
  • una carta en papel verde con stickers emoticones
  • un paseo por el zoológico
  • una tarjeta de amistad
  • una caja de caramelos
  • un collar
  • un regalo sorpresa
  • una conversación amena
  • una sonrisa
  • algo prohibido
  • entre otras cosas más

Recuerdos que tendré en mente que me harán pensar en lo valiosa que es la amistad y la interacción entre seres humanos, porque somos gregarios. Porque siempre estamos en contacto con alguien dejamos algo de nosotros en aquella persona. Porque podemos vivir y respirar.

Incomprensible (how you remind me)

Estaba echando un vistazo por la ventana en aquella noche cálida en Salta. No pensé nunca que me encontraría en ese lugar, pero ahí estaba. La noche ya había caído pero no había sueño debido a las dos o tres de retraso horario de Lima con Salta, aún había mucho que disfrutar de la ciudad pero sólo desde la ventana. La vista me hacía acordar Huancayo pero el clima de Chiclayo, era una mixtura muy agradable. Las luces de la calle aún se mantenían prendidas y me encontraba en una especie de hall que daba hacia la ya referida ventana. Unos sillones cómodos y una mesa de sala completaban el ambiente iluminado por una luz tenue que me imagino podría estar apagada y ni cuenta me daba.

Recuerdo que pensaba trivialidades según mi edad, que no era mucha pues la adolescencia me abordaba justo en ese momento, por ejemplo en el grupo de música de moda, claro música juvenil, o la película que me gustaría ver, algún modelo de ropa que me gustaría usar, algún peinado por intentar, o simplemente algo nuevo. Ella estaba unos metros atrás y me miraba, yo a ella también. Era complicado, como en la adolescencia todo suele ser. No seríamos la excepción.


Le dije que cómo se sentía, ella no contesto, sólo sonrió y se fue. No sabía que hacer. Y seguí pensando en trivialidades. Más tarde ese mismo día. Estaba durmiendo y sentí que alguien tocaba a la puerta, era ella y pidió que le tomará una foto. Después todo fue diferente.


Las siguientes conversaciones que tuvimos fue en Santa Helena. La miré a los ojos nuevamente y le pregunté cómo se sentía. Ella sonrió y de fue. Luego, en la laguna, le pregunté si quería ir a pasear o conversar en la orilla. ella sonrió y sus ojos se pusieron tristes, se fue. Luego caminé solo.


Mientras caminaba me encontré con alguien que me pidió que le tomara una foto. Dirigí el objetivo para la persona que quería la foto y por el visor en el fondo la vi. Estaba ella sonriendo y con los ojos alegres, abrazando a alguien. Tomé la foto consternado y no supe si caminar o enfrentar. Era una situación muy extraña, decía todo lo que necesitaba saber. Fui a caminar.


De regreso en Misiones, dejé de pensar en trivialidades y cambiar. Era necesario. Y fue así. Bueno, algo parecido a eso.

8.2.10

Yellow Brick Road


Es muy difícil darse cuenta de la realidad, al parecer hay mucho de negativo, pero también hay mucho de positivo, sólo basta con "darse cuenta".

Recuerdo cuando era niño y por primera vez vi "El mago de Oz", un libro escrito por Lyman Frank Baum y llevada muchas veces a la pantalla grande, películas clásicas como la versión de Michael Jackson como productor. Aquella historia de Dorothy una niña buena que si mal no me equivoco en un sueño se ve atrapada en un lugar que no conoce y no sabe dónde ir para regresar a casa. Un argumento muy interesante y fuera de lo común teniendo en cuenta el momento en que se creo y la clásica lucha entre el bueno y el malo se quedó relegada a las aventuras de una niña cándida, risueña y credula. Que conoce un mundo extraído de los sueños, bueno era su sueño. Donde conoce a la bruja mala del este y también a su hermana la bruja mala del oeste, quien por motivo de la muerte de la primera desea vengar su muerte buscando la desdicha de Dorothy, en el afán de escape y búsqueda de regreso a su casa Dorothy conoce a Un espantapájaros, un león cobarde y un robot oxidado cada quien con una falencia, como para poner más interesante la historia. Ellos aprenden a seguir el camino amarillo que los llevará al Mago de Oz, personaje muy inteligente de quien se habla en toda la película y no se lo conoce hasta el final de ésta. Al finalizar la película, recuerdo mis pensamientos rebobinando la historia una y otra vez, claro tenía unos ocho o nueve años. Con lo cual no digo que no haga eso ahora pero con historia más creíbles (XD).

Aquella historia me trae a pensar en el camino que tiene que recorrer todo ser humano en su vida para llegar a su meta. Es un poco simplista el ejemplo, pero creo que a veces soñamos en conseguir algo con tanto afán que implicamos mucha energía en aquello, aquello que tal vez pensamos no tenemos. Pensamos que tenemos muchas dificultades que enfrentar y soñamos con llegar algún día a "Ciudad Esmeralda" para obtener tal vez un cerebro, un corazón de verdad, coraje o valentía o la forma de regresar a casa, pero no nos damos cuenta que dentro de nosotros está la solución, y que en muchas oportunidades por soñar no nos damos cuenta de aquellas habilidades que dejamos dormir.

Recuerdo una vez a alguien que me dijo no sé como realizar esto le pedí ayuda a esta persona, que sí es buena haciendo esto, no sé cómo lo hace pero es muy buena haciéndolo y yo no. Otra persona me dijo eso si lo puedo hacer sólo que es tan fácil que mejor lo dejo para que otro lo haga. Y creo que los dos tenían el mismo problema, inclusive creo que yo lo tengo, el "no darse cuenta" creo que siempre lo tendré pues no es fácil darse cuenta de todo el potencial con el cual nacimos o hemos ido aprendiendo sin darnos cuenta, nuestro cerebro es un órgano tan asombroso que nos permite desarrollarlo tanto y en cuanto le permitamos. Creo que nunca terminaremos de "darnos cuenta" de todo ese potencial pero al menos tenemos la oportunidad de dar tres golpes con nuestros zapatos y despertar una y otra vez de nuestro sueño y pensar realmente sobre lo positivo y lo negativo con lo que tenemos que convivir y hacer frente para conseguir nuestra meta. Sigamos entonces el camino amarillo y soñemos (si es posible despiertos).

5.2.10

Transeúntes (namber tu)

Regresando de mi viaje, me apresuro a tomar el vehículo de transporte público y sospecho que tendré en adelante dos horas de tráfico insoportable, cláxones estridentes (uno dentro de toda la multitud que suene como la música del El padrino), cumbias (si el conductor está de buenas, aunque lo dudo mucho) o en su defecto, chicha. Empiezo con la técnica de respiración y relajación para prepararme ante situación de tal magnitud.

Como es de esperarse, el cobrador te dice que "hay asientos", lo que no explica es que todos están ocupados. Por lo tanto tengo que acomodar mi maleta entre mis pies y esperar que alguien que está durmiendo se despierte asustado/a y se de cuenta que su paradero está cerca o ya pasó, luego salir corriendo y dejar aquel asiento vacío listo para que pueda tener un viaje más cómodo. Como es de esperarse también en los asientos próximos a la entrada, están sentadas madres con sus hijos en brazos y señores de la tercera edad, en ese grupo de cinco o seis personas observo a dos madres que llaman la atención por su forma de hablar de vestir y el volumen de su voz. De fondo musical se escucha una cumbia de moda que da a entender que el señor conductor (chofer, en adelante) está de buen humor o por lo menos no hay tanto peligro de que sus pensamientos o recuerdos lo traicionen y el vehículo y sus usuarios terminen dañados o conmocionados por algún peligro de tránsito que pueda surgir de repente.

-Oye, te akuerdaz la vez pazada kuand el Chicho se metió una borrachera k kasi le pega a su mujer.
-Kuand fue eso? no me rekuerdo.
-Aze poko no más ¿en la diskoteca k fuímos el viernes? enahí fue pues.
-A si si... ya me rekordé, justo abía salido con la Cindia, porke me staba kontando de su viaje a Italia
-Ja, ja, ja... eeeesa... la Cindia siempre se alucina feo con su ropa, con su viaje, kreo que solo fue a vagar no más ¿no te akuerdas que su mamá estaba llorando?
-Si pe, la Cindia siempre se luse pero eso es por k su marido le da no mas, si no, estaría igual que la Loka, oe pobricita la Loka, ya le dejó su marido, dice que se fue con otra. La otra vez se enojó con su hijita porke se abía orinado en su pantalón. Yo le dije que así son los niños pero nada se endiabló y le pegó feo a la pobre Yanelí
-Oe y la Cindia que está aciendo ah? Kreo que está trabajando en una tienda por el centro no?
-Si su mamá de la Rosa me dijo que iba a vender ropa en el centro.
-Y qué sabes de la Juana, su marido lo llevaron preso hace tieeeempo
-No sé nada, chica. ¿Cómo estará esa chibola?

Mientras seguían conversando sus hijos intentaban acomodarse en sus brazos y jugar con lo que les llamara la atención, pero era como si no se dieran cuenta. El carro avanzaba lentamente y con mucha dificultad entre tantos otros, el chofer mascando su chicle vociferaba malas palabras a los que se cruzaban en su camino y temí que cambie de música, felizmente no lo hizo. La conversación continuó otro tanto más hasta que llegaron a su destino. Con esto comprendí que muchas personas en nuestro mundo, tienen muchas oportunidades de mejorar y para esto se tiene que tomar una decisión: la perseverancia. 

No sé mucho más sobre la vida de las señoras de la combi, tampoco sabré sobre el chofer que tenía sobre el timón el destino de los viajantes. Pero creo que sería diferente esta historia (nuestra historia) si aprendiéramos a valorarnos como personas y comprendiéramos el significado de una vida en sociedad.

3.2.10

Transeúntes (namber uan)

Me dirijo al lugar que me permitirá despejar mi mente para que deje de dolerme la cabeza, en el camino me encuentro con una imagen muy particular.

Un anciano que no tiene los años encima puesto que puede mantenerse en pie con la ayuda de un bastón y aún así caminar muy normal, me imagino y supongo que debe tener unos ochenta u ochenta y tres años, como ya tengo de costumbre de caer en el juego de imaginar las razones de su andar, o el estado de ánimo, sólo interpretando su lenguaje no verbal esta no fue la excepción. Aquella postura encorvada, los brazos abiertos, la ropa que usa y el color, mi cabeza se hacía muchas preguntas e hipótesis de su andar y estado de ánimo.

Unos pasos más lejos dos niños cuasi-huérfanos (y no me refiero a que sus padres estén por morir sino que no se dedican a ellos como se idealiza que lo harían) usando sus polos raídos por el trajín de jugar sobre arena de construcción, sus shorts marrones y zapatillas, al parecer, blancas. Jugaban en un afán de dominio de sus habilidades motrices, sus rostros empolvados por el trajín lúdico.


Estaba yo unos pasos atrás del supuesto octogenario observando las acciones de aquellos tres transeúntes, lo próximo a predecir fue, que los niños iban a parar el balón con que jugaban para que pase el anciano hombre con los años sin cargar. Otra opción era que el hombre con bastón intente evitar molestar a los pequeños futbolistas y rodear su campo de juego delimitado por la imaginación.


El momento de concluir mis predicciones se acercaba a cada paso que el señor daba. Llegó. EN ese mismo instante la pelota con que jugaban los niños salio del campo de juego y llegó a los pies del anciano. Con avidez y los ojos abiertos el hombre intentó dominar y se dibujó una sonrisa en su rostro decorado con arrugas de felicidad y barbas canosas de experiencia que se escondían bajo la sombra de su sombrero. Luego perdió el control de la pelota y se fue rodando unos metros lejos, El niño fue corriendo a recuperar su esfera, el anciano detrás apoyando cuanto más rápido podía su balón, yo caminando lo más lento posible para no perder ningún detalle de la interacción. El niño hábilmente empezó a demostrarle también que podía dominar el anciano astuto extendió su bastón e intentó quitarle para seguir con su juego. Para ese momento estaba tan cerca que parecía que yo también podía participar de la interacción, y fue así, pero no con mis habilidades futbolistas (que no son tan buenas que digamos) sino con una sonrisa de alegría por ver ese encuentro de generaciones en un vínculo de felicidad y no de ira como suele ocurrir en las casas de nuestro querido Lima en zonas rurales y residenciales, entre otras; por supuesto que hay otros ejemplos (y muy buenos) que son lo opuesto a mi generalización.


Mi sonrisa fue contestada por los dos transeúntes en acción y la mirada del tercer desde atrás, luego continué mi camino al lugar que me permitirá despejar mi mente para que deje de dolerme la cabeza.


.zach.

1.2.10

Pausa

Qué agradable es salir del temblor. Despertar sobre la arena y tener el brillo del sol sobre las olas reflejado en tu rostro. Ojos arriba, en el cielo, una nube cual monsoon cubre el firmamento, sin embargo las sombras no están, el sol inclemente detrás de la nube aún deja pasar su rayos en los espacios que encuentra y estos se proyectan sobre el mar y aquella cortina de haces simplemente despierta una alegría y otorga un sentimiento de paz.

El susurro del mar establece un ritmo que al resonar en mis oídos conlleva aquella impresión que deja una obra de arte con fondo blanco, o con colores claros. Luego a lo lejos en el horizonte  se empieza a dilucidar la claridad del día y eso sólo indica que la nube se está moviendo y que pronto dejará que el sol se muestre brillante y abrasador sobre nuestras cabezas. Aunque me encuentro alejado de la bulla, siento que algo anda mal. Las olas siguen estando igual de altas, igual de sonoras, igual de veloces. La arena sigue estando caliente en su superficie y fría debajo de ella. A lo lejos puedo observar algunos plantíos de maíz algo muy particular en esta playa, bueno no en esta playa sino en la entrada de ésta. Al llegar por la carretera antes de entrar a Chincha se puede observar más claramente los plantíos. La orilla, muy marcada por cierto, singular en esta playa está como debe de estar, marcando los pasos de los bañistas. El sol se aproxima a la región dónde me encuentro y continúo renuente a moverme y a esperar aquella oportunidad de la naturaleza para que se manifieste en un revés interesante de observar el retornar de las nubes a su posición inicial. No ocurrió así.


El resultado, mis hombros terminaron rojos y ardiéndome. Y yo recordando que no hay nada que lo que uno decida hacer que no tenga consecuencias. Entonces tuve que enfrentarme una vez más la temblor y al ardor que mi piel quemada otorgaba.


.zach.

Soñar no es tan dificil... ¿Despertar?

Fui de viaje a Chincha. De trabajo o de vacaciones es lo que quedará en la duda. Tal vez por algún motivo particular, tal vez por ninguno. En esos días aprendí mucho y como suele ocurrir, me arrebataron una ganas de escribir, algo de lo que observé, concluí y que sin duda alguna ocupará un lugar en mi memoria y en este blog. XD


Una construcción que me llamó la atención fue el Mercado de Abastos construida, si mal no me equivoco en el segundo gobierno de Óscar R. Benavides, presidente constitucional del Perú a fines de la primera mitad del siglo XX. Se erige en el camino hacia la plaza principal, es un edificio singular y reclama su posición al lado de los otros edificios improvisados que lo acompañan. Me imagino que antes no fue así, me imagino un centro de reunión para señores vestidos con cierta elegancia tomando en cuenta la época. Sin embargo ahora, no sólo existe este edificio sino que se observa un grupo de tiendas hechas de esteras unas cuadras alrededor que desde hace unos años ha bloqueado el transito vehicular y se ha establecido como parte del mercado, a veces me parece doler el hecho que la informalidad aún está presente en nuestro modo de vivir. Sin embargo, el sueño con que algún día esto podrá cambiar no me abandona. ¿Algún día lo hará?


Observé en los ojos caídos de algunos transeúntes la resignación de que esto tiene que continuar porque siempre fue así, observé en otras personas el afán por querer obtener mayor provecho del espacio perimetrado y sin temor a causar algún accidente posicionan su mercadería en dónde quede más cerca a la vista. Parece mentira que el recuerdo del terremoto se borre por momentos (momentos de avaricia, tal vez de necesidad) en los que la seguridad queda en segundo plano y la prioridad por vender se superpone. Es difícil entonces concebir la idea de que aún seguimos adaptándonos al ambiente para sobrevivir, siendo que somos seres aparentemente racionales. Es difícil creer que queremos desarrollo social cuando la concientización por el ambiente y el respeto por los demás a veces parece que sólo se limitara a campañas ecológicas y talleres de autoestima, claro está que cuesta mucho asimilarlo a nuestros hábitos, y más aún a nuestra manera de pensar, pero haciendo un esfuerzo (aunque no creo que sea tan difícil) podremos lograrlo.


.zach.