Páginas

22.7.09

Fotografía en sepia

Mis ojos ya no me ofrecen la misma claridad con la que solía disfrutar del mundo, ahora todo lo veo como en sepia, por supuesto la iluminación no ayuda a poder enfocar muy bien la imagen y eso me impide inclusive delimitar a qué distancia los objetos están de mí. Aún así me obligué a dar un paseo vespertino por el parque de Chaclacayo. Las luces amarillas de los postes no aclararon mi ceguera parcial y a lo lejos (o a lo cerca) pude identificar una banca vacía donde pueda escribir tranquilo sobre cualquier desequilibrio cósmico o singular fenómeno de la naturaleza.

Me senté en la banca que estaba a unos metros (pocos a decir verdad) de la banca donde me senté con Andrea hace 8 años atrás. en la penumbra logré observar unos cuantos niños jugando, corriendo, gritando y riendo. en una esquina del parque un grupo de adolescentes: algunos en sus bicicletas, otros en patines, otros en skates y otros vestidos con ropa de marca. Al extremo opuesto y por coincidencia de la vida dual, un grupo de jóvenes aplicando el lenguaje procaz y fumando para completar el contraste en el medio de esta asimetría una pareja de estudiantes muy adolescentes que se besan con inmadurez e inocencia, claro está, perdiendo poco a poco estas cualidades.

Observo atímico esas puestas en escena improvisadas de la vida y conforme a mi actitud impersonal me refugio en la banca solitaria, el papel y mis pensamientos. Cuando de pronto un niño corre frente a mis ojos, un perro cocker le sigue con sus orejas saltando al compás del correr del cánido, la situación me roba una sonrisa y a la vez un recuerdo; aquel de la mascota de mi "ex" ( qué doloroso pudo ser cambiar el término "actual" por "ex"). En fin, el recuerdo se fue tanto como la oportunidad (al menos eso parece). Mi mirada continúa su recorrido y observaba a la pareja muy adolescente que se pone de pie y el muchacho observa su reloj de los Power Rangers y se retiran. Supongo que hacia la casa de la niña para despedirse, supongo... con ellos se va otra sonrisa y otro recuerdo.

Un paso delante mío una amable señora de vestido casi jipi (de seguro ella no se percata que es jipi) me propone venderme tres caramelos por cincuenta céntimos, yo en mi afán por estar solo le regalo una sonrisa y una mirada de aprecio innecesario con tres cucharaditas de afecto por su larga caminata con el fin de vender una pequeña caja de caramelos de diferentes marcas. M devuelve una sonrisa aquejada por los años y una frase con sinceridad "Dios le bendiga", le agradezco la frase y se va con ella: una sonrisa y un anhelo forzado.

Decido cerrar los ojos en una práctica poco usual de liberar tensiones y ansiedad además de un deseo incondicional de llamar a Marcia, quien estoy seguro no vendrá pues no es el mismo parque, intento con otro nombre: Ella, pero recuerdo que ya va casi un mes que nos perdimos contacto, la extraño con cierta alegría, intento recordar otro nombre y me encuentro con el nombre de la madre de mi hija, pero recuerdo que un recuerdo se fue con ella, en medio de tanta confusión pretérita escucho el reír de unos niños que juguetean en el jardín próximo de la banca que me encuentro, abro los ojos y percibo a una niña de ojos grandes y cabello semiondulado que juega en medio de muchos niños y niñas de diferentes edades, sonrío y evito que se lleve el recuerdo de mi hija consigo lo cual me impulsa a articular su nombre y sonreír. Cuando lo hago ella gira y me mira, sonríe y corre hacia mi, mis pensamientos me traicionan y se retiran dando paso a la emoción, sonrío con más alegría sin saber que ella no es mi hija y veo como sus cabellos cubren en tres hileras su rostro elevados por el viento. Ella grita ¡papí! ¡viniste! y yo permito que la única conciencia de realismo me invada y veo atrás de mi un señor alto con bigote que extiende los brazos, la niña pasa por mi lado y abraza a su padre. Mi desilusión queda reprimida y con ellos se va un recuerdo y una lágrima no llorada.

Decido sonreír y caminar pasos atrás en la memoria para darme cuenta que mis ojos ya ven mejor y el efecto sepia de la imagen se fue en la foto imaginaria de niña abrazando a su padre.

16.7.09

Ayer (compilación para una historia sin final)

Entré a mi nuevo trabajo, me entregaron un escritorio como recién limpiado, está un poco raído en las esquinas pero si sirve, no está apolillado ni nada por el estilo, sólo raido como si una navaja muy ansiosa lo hubiera hecho en un momento de tormenta de ideas en su dueño. Abrí el primer cajón y encontré un grupo de papeles juntos dentro de una caja blanca de cartulina,pequeña. Alguien lo habría puesto allí o tal vez yo debía encontrarlas, las hojas no tenían fecha ni nada que me haga pensar en el autor de aquellas. Estaban escritas con lapiz y con lapicero algunas, la letra era ininteligible en algunas pero se notaba que era muy sincera... lo curioso es que la mayoría sino todas empezaban con la palabra ayer, situación que llamó la atención y me puse a ordenarlas conforme me pareció lo más lógico.


Ayer tuve un sueño, estabas tu allí, sonrío de sólo recordarlo. No puedo creer que haya sido un sueño, pues parecía muy real el estar contigo muy cerca, muy juntos... No suelo ponerme cursi cuando escribo, pero cuando se trata de ti todo lo que hago me convierte en alguien muy sentimental, el mundo entero torna su significado y siento que no podría ser de otra manera.


---


Ayer la pasamos muy bien, me agradó poder tener tiempo al fin para nosotros. Sabes, recuerdo cuando recién nos conocimos, ¿lo recuerdas?. No. Bueno, yo sí lo recuerdo pues ayer me hizo recordar al momento en que te vi por primera vez, fue un momento mágico, como nunca antes lo hubiera imaginado, recuerdo que ese mismo día soñé contigo y al día siguiente me declaré y te entregué una carta donde te contaba todo lo que había pasado y de cuánto te quiero, sabes, te quiero aún más.


---


Ayer... ayer, ayer fue... un momento muy especial, linda. Ya es un mes que estamos y me siento muy feliz porque me pareció un año, hemos pasado momentos muy lindos y recuerdo mucho cuando te dije que te quería, y tu sonreíste y entendí que seríamos el uno para el otro. Te quiero mucho mi pequeña. Ayer pudimos conversar con tus padres y me alegra que ellos no se hayan opuesto a nuestra relación, que pena que no hayan podido asistir a donde habiamos quedado, pero no te preocupes, pues comprendo cuán ocupados deben estar... recuerda que siepre estoy pensando en tí.


---


Ayer estuvimos en el cine, estuvo muy interesante la pelicula, sobre todo el final ja ja ja... (espero algún día verlo). Bueno bebé, dale saludos a tu papá de mi parte dile que le estaré mandando el informe de ventas mañana a su correo, y también dile que nunca le dejaré de agradecer que me dio trabajo en la empresa, me siento muy cómodo con mis compañeos de trabajo, son muy amables. Me parece mentira que ya hayan pasado 5 meses y alguito más. Mañana nos vemos pues tengo que terminar el informe. Te mando un besote.


---


Ayer no viniste, te estuve esperando pero sé que estuviste ocupada en el banco. Bueno, ya nos veremos el fin de semana. Te amo.


---


Ayer... ayer... ayer... no tengo excusas amor, me fui a tomar un rato no más y perdí la noción del tiempo una vez que ya estuve picado... perdón.
---
Ayer dijimos cosas que no debimos. ¿Qué te parece ir a comer para conversar como personas adultas y no lastimarnos más... Te amo pequeña pero a veces te pones imposible... te espero mañana en la esquina de tu casa y de ahí nos vamos al lugar que tu decidas.
---
Ayer la pasamos muy bien. Sabía que todo era un malentendido, además quedó demostrado que somos el uno para el otro. Te amo y nadie nos va a separar jamás.
---
Ayer dije estupideses... espero que me entiendas... Oye... sabes... no fue ago intencional, ese maldito chofer la fregó toda... tu papá me entiende, pregúntale, recuerda que yo siempre te he dicho la verdad, sólo te fallé una vez y me parece que eso ya quedó arreglado. No puedo crrer esto nos esté pasando, cuando todo estaba tan bien, todo se fue por la borda... Maldición... por qué no me puedes entender...
---
Ayer me enteré que estabas con un mes de embarazo, tu mamá me lo dijo cuando me encontré con ella en la cafetería. ¿Por qué no me hablas? ¿Por qué no contestas el telefono? Sé que no fue lo que esperabas pero... mmm no puede ser... ¿por qué?...
---
Ayer te ví... estabas yendo al trabajo de tu papá. Te llamé pero no quisiste voltear. Sabes qué, si no te interesa nuestra relación me gustaría mucho que me lo digas, y enfrentes la realidad. estoy dispuesto a firmar al bebé, pero no me castigues con tu silencio... te buscaré hoy y esta vez conversaré contigo a como dé lugar.
No sé cuál fue el desenlace de esta historia. Tampoco sé si fue verdadera o inventada... pero lo claro está que la mente humana alberga un sinfín de situaciones que no podemos controlar... el caso "Ayer" no es la excepción y me parece que es lo que nos hace humanos, tanto como algunas coincidencias que ocurren en cada etapa de nuestra vida... sólo me queda escribir: La caja de sorpresas que tiene la humanidad es tan inmensa que aún nos falta reconocer que está enfrente de nuestros ojos.

12.7.09

Papel y tinta

He decido dejar de escribir en virtual y reencontrarme con el papel.,pues me he dado cuenta que se hace un poco más fácil el uso de palabras simples y eso impide la exploración de nuevos vocablos además de la movilidad para poder escribir en un lugar tranquilo como es el campo o cuando estoy de viaje, aunque no caería mal un móvil de sólo escritura, algo parecido a un iPhone, en fin , es sólo lo que tengo y me parece suficiente, un lapicero y una hoja de papel en blanco, es el motivo esencial para escribir, es la razón por la cual muchos nos enfermamos al punto de querer escribir y escribir hasta morir.
Escribiendo acerca de hojas en blanco y de cómo escribir recuerdo a una amiga del colegio, ella es Liliana, alguien que siempre recuerdo aunque ella no lo perciba así, dado que soy muy olvidadizo para los detalles y situaciones especiales como cumpleaños, ella lo sabe muy bien, pues ha pasado algunos cumpleaños sin que yo me acuerde y sé que ella reconoce que no es porque yo lo haya deseado así, sino es porque el sonido de mis voces internas me convierte en esclavo de mis pensamientos. Hace poco tuve la oportunidad de conversar con ella. Lil', como me gusta llamarla, me contactó desde el país donde reside, yo, por mi parte, estuve ausente, pero ni bien me enteré de que ella quiso comunicarse, hice lo propio por llegar a comunicarme con ella. Y pudimos conversar por teléfono.
El escuchar su voz fue relajante, no la escuchaba hace ya tanto tiempo atrás, a no ser por messenger donde leía las frases antesfabricadas en su pensamiento pero nada mas cercano que un telefono reproduciendo las vibraciones de la ondas sonoras que escapaban de su boca al pronunciarlas y articular las pàlabras, yo sonreí. Ella muy locuaz como solía serlo me contaba sobre sus actividades. Yo, de este lado del auricular, pensando, imaginando y sin decir ni una sola palabra, lo que podía hacer era imaginarme escribiéndole una carta, una carta cuasi perfecta, una carta que contega lo que pienso de ella y sobre cuánto valoro nuestra amistad, pero... lo que conseguía era una hoja en blanco, pues sentía que si escribía una palabra en falso la carta perdería su significado... medité mucho para poder decidirme, y descubrí que no estoy acorde con lo que el mundo y la tecnología me ofrecen, pues siento que un auricular nunca remplazará un susurro al oido, ni tampoco unas fotos a la presencia de alguien, naturalmente unas letras en el monitor no serán iguales a unas palabras bien dichas frente a frente, en ese preciso instante cuando sabes que no es mentira ni simple muletilla lo que se expresa con simples palabras que duran mucho más que tinta en papel, pues son palabras que se marcan en una red neuronal muy significativa y que viene aditivada con impulsos nerviosos de emoción.
Es por eso que decidiré cumplir con mi cuota de escritor aficionado, asumiendo que el papel es el mejor amigo del pensamiento siempre y cuando estén entrelazados en tinta. Y así como me gustaría poder al menos compartir este sentimiento profundo, extrañamente adquirido en casi seis años de situaciones y circunstancias que se diluyen en el tiempo, algunas muy agradables, otras, que nos enseñan a mejorar nuestras actituds y otras que nos dan una lección de vida.
Lil', me gustaría mucho que pudieras estar cerca, para poder estar convesando sobre cualquier tontería que se nos ocurra, pero me doy cuenta que cada uno está donde debería estar, estoy muy seguro que nos encontraremos en algún instante de nuestras vidas. Algún instante pues aún nos faltan muchos por vivir y lo único que pido a Dios es que te encuentres bien y que puedas ser feliz. Te quiero mucho amiga.
zach.
12 de julio del 2009

8.7.09

Marcia: respiro del universo

Hacía tiempo que no conversaba tanto con alguien, hacía mucho tiempo... esto de estar ocupado entre el trabajo y los estudios te lleva a pensar que tu vida es la de un robot y que Asimov tenía razón al decir que las tres leyes de la robótica impiden la autodestrucción y la intencionalidad de destrucción, o algo parecido. Me sentí ser humano después de tanto tiempo, sentí que podía sentir, reír y llorar. Es extraño reconocer eso dado que es muy probable que haya sufrido de distímia en mi estado autómata mientras realizaba mis actividades académicas y laborales.

La conversación empezó con un dolor de espalda. Fue por estar tanto tiempo al frente de la computadora dizque haciendo parte del trabajo de investigación y por resultado natural de la contracción muscular me empezó a doler la espalda y decidí salir a caminar un momento y pensar. Me alisté imaginando cómo estaría el clima afuera y cuál sería la ropa adecuada para poder usar y dar a entender al mundo que estoy saliendo a pasear "sólo porque sí".

Me puse de pie y sentí un estirón en la parte lumbar de mi espalda, mis músculos me lo agradecieron y yo simplemente respiré y sonreí. Cogí mi buzo de algodón y mi polo de mangas largas de algodón también, me puse sandalias y salí en cuánto fue posible tener esas ansias de respirar aire de calle (que por cierto es más lozano y frío que el aire doméstico).

Busqué un camino de piedras, para poder sentirlas en la suela de las sandalias, para volver a sentir con los cinco sentidos el mundo que me rodea, y encontré una banca al lado del camino de piedras, me senté en ella y sonreí a la vida con mis ojos, el mundo otra vez me decía que estaba vivo y yo quería vivir con él en este trajín de ritmos sincopados y deliciosos como el del corazón, amé vivir tanto como amo a Ella. El viento se dio cuenta de la ilusión sensitiva que me acogía y quizo participar también del mundo subjetivo en el cual estaba desenvolviendo mis sentidos, sopló suavemente sobre las hojas que caídas del árbol se recogían y desordenaban al vaivén del intruso.

En medio de aquella conexión con la naturaleza, escuche una voz al otro lado del mundo que se hacía cada vez más clara, era una bella adolescente que vestía de negro (para variar) y que quería sentarse a mi lado para realizar la misma conexión con su mundo interior. Me pareció extraño que me lo pidiera, ella podía haberse sentado a mi lado sin que me diera cuenta y haberse ido antes de percatarme sobre su presencia, estoy seguro que se hubiera ido antes dado que tengo mucha paciencia para este tipo de conexiones y ella parecía ser muy concreta en lo que pensaba, y en lo que hablaba. En fin, acepté que se sentara a mi lado y fue entonces cuando empezó a conversar sobre sus percepciones del mundo a través del arte, me dejó absorto. No podía creer ese convencimiento de palabras, dado que la había juzgado por su apariencia, yo me tragué los prejuicios y sólo podía escucharla y afirmar y aclarar uno que otro argumento que ella me mostraba con tanta sencillez lingüística, fue muy gratificante, mi intelecto y pensamiento se lo agradecieron.

Pudimos aclarar algunas ideas sobre la vida y concepción de algunos pensadores sobre esta, sin embargo, me parecía muy extraño poder conversar con una niña de 16 años vestida de negro y muy analítica, no me lo creía, parecía regurjitar mis prejuicios en torno a ella. Marcia, así se llamaba (bueno, así me dijo que se llamaba), es naturalista, y muy vegetariana (aunque no lo parezca, rayosss... tendré que lidiar mucho con mis prejuicios), estudia diseño gráfico y por poco llego a imaginar que sería un deja vu de mi hija... no me lo creo, pero tengo la esperaza utópica de que lo sea. En media conversación me di cuenta que había dejado de soñar en la naturaleza y que estaba en una discusión amena con una adolescente que tenía muy claro lo que quería para su vida era inteligente y astuta. Agradecí al universo de poder conocerla y de compartir un poco de nuestras ideas y proseguir con nuestras vidas el uno del otro esperando al destino encontrarnos en otra oportunidad en el tiempo y sonreír al pasado diciendo que la vida te presenta muchas oportunidades para verla con optimismo y esperanza (no utópica) sobre todas las metas trazadas.
zach.
un día de la primera semana de julio del 2009

4.7.09

El silencio y la realidad

El silencio es parte de la vida, la quietud, el sosiego es un estado que últimamente los humanos no somos capaces de experimentar pues siempre estamos creyendo que el mundo tiene que girar gracias a que nosotros nos movemos y la concepción del silencio y quietud se relaciona con la falta de movimiento. Peró qué del acto de pensar, del incremento de las ideas y de la elaboración subjetiva-absracta de estas, somos inherentes a estas.

El mundo gira y nosotros con él, no al revés, somos nosotros los que ponemos ritmo a nuestras actividades, somos quienes decidimos hasta dónde y cómo trabajar y con cuánto ruido queremos trabajar.

En lo profundo del alma nos damos cuenta que en el silencio está la mejor manera de conocernos, que en el silencio están ocultas todas nuestras verdades más profundas y es ese silencio humilde, un silencio no forzado, muy espontáneo el que te invita a hacer una pausa a toda esa locomoción de actividades.

Hoy puedo disfrutar de ese momento, un momento de libertad sonora, tal vez sea el momento en el que recordamos el claustro materno, ese momento en el que nos olvidamos de nosotros mismos y buscamos a Dios para preguntarle aquellas preguntas filosóficas que siempre al imaginar que tenemos una respùesta nos olvidamos de aquellas hasta el siguiente cuestionamient, sin embargo es ese el silencio que nos invita a cuestionarnos.

Es cuando decidimos darle forma a nuestros pensamientos líquidos que intentan darnos rasgos de lo que es la realidad. ¿Pero qué es la realidad sino sólo conjuntos de percepciones? ¿qué es la realidad sino sólo estas bellezas orgánicas que sustenta la tierra desde la raiz? ¿qué es la realidad sino sólo el agua en su ciclo de la supervivencia? ¿qué es la realidad sino sólo el vacío del hombre frente a tanta maravilla creada por un Ser Supremo?

Naturalmente y por sentido de la física debemos dirigirnos a una sola pregunta y que nos dirige a un sólo Ser. Tal vez en ese proceso de recibir la vida Dios nos dejó esas preguntas en nuestro cerebro aún en formación para que nosotros, estando en este mundo después de habernos completado y desarrollado lo busquemos, y encontremos el sentido de la existencia. Como dijo Einstein: encontramos a Dios detrás de cada puerta que abre la ciencia. Y sin más ni más el silencio, aunque humilde, nos dirige nuevamente a conocernos a nosotros mismos y comprende cómo nos sentimos en lo profundo de nuestras almas. Tanto como el sol decae cada tarde así decae el silencio esperando encontrarse con nosotros otra vez.

zach

03 de julio del 2009