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12.11.10

Confesiones parciales

Si hubiera tan sólo un sólo motivo por el cual agradecer a la vida, es por el privilegio de respirar y de abrazar... pero hay más motivos que sólo ese.

A lo largo de la historia de la humanidad han habido muchas oportunidades para documentar historias, relatos, leyendas, sospechas, cuentos, incluso chismes. El hecho de echar una mirada atrás implica no sólo tener información valiosa en cuanto a los recursos que usamos hoy, sino también al uso que podemos darle. Por momentos pensamos que tenemos algunas cosas nuevas, pero tarde o temprano reconoceremos que tenemos lo mismo que antes tuvieron algunos pero desde otra perspectivas. Las perspectivas nos hacen ver las cosas antiguas como nuevas, nos permiten obtener intenciones del objeto en otra dimensión. El hecho de tan sólo mirar ya nos permite saber en qué consiste algo y así tomar interés para luego examinarlo. En muchas oportunidades tomamos posturas de un niño curioso, le damos vueltas al objeto y poco a poco nos vamos acercando, estás acciones son cualidades en el ser humano, podríamos incluso considerarlas innatas o incluso instintivas. Hay circunstancias en el vivir que valoramos así, nos acercamos poco a poco como para medir su grado de peligrosidad o simplemente por curiosidad inabarcable que nos incita a saber porqué eso está ahí. Progresivamente vamos experimentando con la muerte, con la alegría, con el amor, con el respirar, con la risa, con el enojo, con la confianza, como si fueran cosas extrañas a nosotros o razones que se suscitan en situaciones extremas o de necesidad de tranquilidad. En el tiempo que crecemos vamos descubriendo nuevas emociones, nuevas perspectivas y nuevas valoraciones para nuestras experiencias.


Alguna vez, leyendo algo de historia de la filosofía, me enteré que los grades filósofos pre-socráticos empezaron por preguntarse ¿de dónde venimos?, esta se convirtió en una de las preguntas claves para los filósofos y muchos le han dado una respuesta parcial, desde perspectiva claro está. Empezaron por analizar, observar, incidir en todo cuanto les rodeaba. Estrellas, planetas, luces, naturaleza, plantas, animales, minerales, organismos pequeños y sin querer fueron desarrollándose disciplinas que hasta ahora seguimos estudiando por ser de carácter intrigante, siempre queremos seguir sabiendo más, tal vez encontrar la vastedad de una ciencia y escudriñarla hasta lo mínimo, sabiendo que puede ser una tarea larga tomamos el riesgo y aceptamos el reto, aún el intento bastará, nos sinceramos con nosotros mismos, y continuamos con la tareas. Es interesante recalcar que lo primero que se le ocurrió ala humanidad es ver objetos para analizar, los que están mas distantes. Tal vez ahí encontremos la respuesta de dónde vinimos, fue su cognición. Y avanzando en sus investigaciones fueron entendiendo que se hacía muy difícil conseguir explorar todo el universo que nos rodea, pensando como ellos ("somos el centro del universo") podremos entender un poco sobre qué pasa con nosotros cuando descubrimos el universo mientras somos niños. A corta edad y por la atención que tenemos de los mayores, pensamos que también somo el centro del universo y nuestra atención se centra en todo cuanto podemos ver y analizar. Preguntamos el porqué las cosas suceden así o qué significa tal palabra o qué es tal objeto y empezamos a nombrarlos tal y cómo nos enseñaron que debe llamarse tal o cual objeto. Es el mismo descubrimiento histórico el que vamos realizando nosotros mientras crecemos, incluso vamos desarrollando años de investigaciones en cuestión de conversaciones con padres, tíos, hermanos mayores o alguna persona que consideremos significativa o fuente de conocimiento. En el transcurso vamos descubriendo que le viento sólo se siente y no se puede ver, vamos entendiendo que el agua tiene propiedades diferentes a la tierra, texturas, matices y características enormemente diferentes que la hacen ser agua y empezamos a relacionar cosas, hechos y aprendemos. 


Después de todos los estudios del planeta y sus alrededores, los estudiosos griegos empezaron a preocuparse por encontrar día a día más respuestas y dejaron de ver afuera para ver hacia adentro, llegando progresivamente a la madurez de su pensamiento y al arte de la mayeutica, del pensamiento reflexivo, de la oratoria y del cultivo de hábitos que lleven al ser humano a su desarrollo físico y moral, aunque conociendo a los griegos sólo algunos pudieron ser muy morales, otros quedaron en el intento. Su legado se reflejó en el latín y luego en sus idiomas vertientes, y con el idioma algunas ideas, creencias, incluso hechos que se fueron heredando y mejorando. Mientras crecemos empezamos a descubrir que dejamos de ser el centro del universo y nos damos cuenta que hay materia más haya de nuestros ojos, que hay seres humanos con quienes compartimos todo lo maravilloso que nos regala el universo. Entendemos que es muy útil el uso de un idioma y con este la capacidad de emitir mensajes claros para una mejor convivencia social en conciliación y armonía. Pero también dejamos de ver afuera para analizar los fenómenos internos que subyacen en nuestra conducta. Nuestros pensamientos y algunas emociones irrefrenables. Y llegamos a la conclusión que compartimos características, propiedad comunes entre los habitantes racionales de este planeta y logramos decir: "Soy un humano". El esfuerzo se encuentra en asumir la vida de un humano, asumir las responsabilidades que se comparten en la convivencia social y que las normas de vida las dicta nuestra conciencia, nuestro sistema de creencias y nuestra praxis de la equidad. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a sentirnos más humanos?

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