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17.1.10

Esquemas por corregir

Hoy al observar la vida en convivencia, el complejo rol que los seres humanos se proponen cumplir siempre y cuando un objetivo de sus vidas sea suplido con él, observé aquella relaciones negativas que sin querer (inconscientemente) los padres trasmiten a sus hijos en el trajín de la crianza. Estaba en el lugar de siempre pensando y pensando como si fuera posible tener silencio. En el horizonte de mi acortada visión vi una familia, caminar en el parque paseando, me imagino que el menor no tenía más de 5 o 4 años estaba en su carrito nuevo y los padres con un matrimonio en sus inicios sonreía a toda persona que conocían y les sonreía.


El sol y el viento hacían de esta familia creer y pensar que las cámaras fotográficas faltaban para inmortalizar su alegría, o por lo menor hacerla durar. Sin embargo, de esto no estoy para ahondar sino de lo que pasó después cuando el niño en estallo de su felicidad por haber controlado su vehículo se distrae y por poco se estrella con un poste de alumbrado del parque. Los padres al ver aquel casi-golpe se estremecieron y la reacción inmediata, a mi parecer fue paradójica, un grito no se dejó esperar y la corrección con golpes les cambió el ambiente de familia feliz a una familia tal vez ansiosa, tal vez quebrada, tal vez con conflictos no resueltos (por resolver, primero hay que tener la necesidad de resolverlos por eso el énfasis). El golpe, que en una suerte física no se logró dar el pequeño al casi estrellar su auto de juguete, lo obtuvo por medio de sus padres que en su impotencia de no lograr proteger a su hijo y con la emoción en sus venas le producen un condicionamiento con el "tener cuidado" o con el "acaso no te das cuenta" o con el "qué te pasa" y con esto (corrijanme  si me equivoco) la inseguridad de hacer la cosas bien, pues sólo recibe la información de lo que no debe hacer y el vacio en reemplazo de lo que en realidad debería hacer, y es que nos hemos acostumbrado como "personas grandes" a pensar inferencialmente, naturalmente un niño tiene que aprender a pensar cómo adulto para poder convivir con ese tipo de padres y más tarde a quemar etapas evolutivas sólo por la exigencia del ambiente y su adaptación apresurada y el desarrollo de conductas precoces que los padres explican con "así me tocó, que voy a hacer" o "ya no sé que hacer con este niño, no sé que te enseñan en la escuela". Me gustaría conocer cuántas familias sufren de lo mismo, y cuántas están dispuestas a cambiar sus esquemas.


Evidentemente en nuestra multicultural sociedad podemos encontrar familias que buscan ayuda, otras que guardan a costa de sus vidas los secretos del quebrantamiento de su ideal. Estamos todos involucrados en el desarrollo integral por la niñez de nuestro pueblo en la actualidad, según dicen "los niños son el futuro de nuestro mundo", me gustaría agregar "y el reflejo de nuestro presente". Espero poder algún día ver una sociedad como la que soñamos tener y con la cual aún podemos trabajar. Bendiciones.

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