Una vez más observando la luna... preguntándome sobre la relación que le otorgan con las mareas y el misticismo que la envuelve como desencadenante de males, bienes y fenómenos de la naturaleza. Recuerdo observándola desde el mar, desde la sierra , desde el río, desde un edificio, desde una calle de juegos infantiles, por la ventana del carro, por la ventana de mi cuarto ahora, extiendo la mano y leo un poema que Jaime Sabines, poeta mejicano, escribió...
La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas
Esbozo una sonrisa, otra vez, y sueño despierto.
En su cuarto menguante, teniendo en su penumbra al fin un poco de privacidad lágrimas de la luna alegre caen hacia la tierra y reposan en las pieles de sus habitantes, a esas lágrimas yo las llamo lunares.
.zach.
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