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4.10.10

Motion

Mientras leo estas lineas empiezo a imaginar la personalidad del personaje que describe Alonso, tal vez una historia que lo precede, tal vez problemas no resueltos en la niñez, tal vez discusiones recientes. Intento entender cada palabra que leo y entiendo que las descripciones pueden ser exactas tanto como no. A raiz  de esto empiezo a divagar en mi pensamiento

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Me interesaría conocer las redes de nuestro pensamiento, aquel laberito de ideas que confluyen de vez en cuando por circunstancias quizás únicas en momentos en los que el tiempo y el espacio concurren aleatoriamente. Somos parte de un juego de variables, de intenciones, latencias y actitudes que según su intensidad varían el ambiente y sus formas. Es interesante ponerse a pensar en la multiplicidad de posibilidades que pueden acaercer en cada extremo y puntos intermedios del universo, es hasta cierto punto incontrolable e inabarcable. Me causa mucha impresión entender cómo funcionan los elementos que conviven con nosotros en este gran proceso de vida. Me interesa comprender cuál es nuestra función. Para qué se escriben nuestras historias en este planeta. Somos gregarios en contra de nuestra voluntad, aún así lo aceptamos y cumplimos la regla al pie de la letra. Somos seres con emociones, estas nos dirigen, nos impulsan, permiten que liberemos nuestras consternaciones oprimidas en nuestra memoria, canalizamos nuestras iras y felicidades gracias a las emociones, esto nos hace humanos. Somos racionales, o al menos tenemos la capacidad de serlo, es aquella parte de nosotros que algunas veces no llegamos a conocer puesto que no nos permitimos explorarla. La negamos y subordinamos a nuestros impulsos y se hace cada vez más pequeña e inmutable. A veces, decidimos usar nuestra razón y conseguimos algunas victorias, pero cuestan mucho y a veces se nos hace dificil creer que es posible vivir con la razón como parámetro de vida, tememos convertirnos en insensibles y aburridos, aunque no sea necesario catalogarlo así, una vez más erramos de emocionales.

Hace poco, en el trajín de los días me dediqué también a pensar en lo importante que sería movilizarnos periódicamente. "El cambio es la única cosa inmutable", dijo Shopenhauer y es una frase que podemos contrastarla día a día a nuestra experiencia. Conocí a un joven que se dedicaba a una actividad muy estresante y trabajaba más del tiempo adecuado, su voz estaba ronca de tanto gritar y pocas veces podía atender bien a las personas que requerían subir de buen humor al vehículo donde él y su amigo trabajaban. Las razones de su oficio no tengo por qué explicarlas ni tampoco las de sus iras que desquita con ajenos. Sus peleas suelen comenzar con un "te estoy pidiendo por favor" y terminar en una lisura, observando los puntos intermedios de denigraciòn y odio contenido entre frases como "malcriado", "cachudo" o "que vas a saber tú", algunas veces me quedaba observando la causal de ese comportamiento en algunos de sus colegas, pero pocas veces lograba comprender dónde residía esa causal. El me explicó "fácil, pe". " Si no consigo subir más puntas (personas), no consigo cheques (billetes)". Esa es la única forma que tienen de proceder, debido al entorno laboral y a las presiones del jefe. Qué pasaría si movilizara. Tal vez pueda tratar mejor a las personas, esto en sí mismo ya es un reto para su carácter. Una vez que movilizamos, creamos nuevas oportunidades al ambiente de generar otras respuestas, impulsamos nuevas actitudes, podemos controlarlo toda vez que nos controlemos. Eso es movilizar. Tal vez sea motivo para intentarlo ¿verdad?

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