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22.12.10

Parámetros

Al momento de encontrarme solo, puedo entender entonces de qué se trata este silencio. En qué consiste el afán de querer tener tu propio espacio y desplazarte en la suave iluminación que ingresa por la ventana y que convierte al aire en un elemento de compañía y color sobre el ambiente, tan etéreo y enteramente transparente. Hace mucho tiempo que no disfrutaba de la soledad, o mejor dicho, hace mucho que no me percibía en este espacio. Suavemente me recuesto sobre el aire y siento que puedo volar. Las sombras invaden el umbral de mi visión y siento que estoy despierto en medio de un sueño. Las formas que observé a partir de entonces fueron mitad realidad y mitad sueño.


Me encontré en un recinto amplio de paredes naranjas, el piso como un tablero de ajedrez, con una cama en el centro y un mueble a unos pasos de él. Lo demás podrían ser papeles flotando o restos de rayos de luz detenidos en el espacio y tiempo. El sonido del viento sobre la lluvia se llenaba en el ambiente pero nada parecía estar mojado, menos parecería que hubiera un cielo. Estas imágenes se quedaron marcadas en mi memoria pues evidentemente se verían involucrados algunos procesos oníricos en la superposición de la realidad observable, claro está, si en verdad la estaba observando.


Me propuse, entonces descubrir si mi estado de vigilia me permitiría por un momento reconocer qué es realidad y que no. Supuse que el sonido y la constratación con lo tangible sería un buen método de reconocer qué cosas a mi alrededor pueden formar parte de lo que todos ven y califican como real. Poco a poco, mientras iba descartando las opciones de mi imaginario y las separaba de lo aparentemente no-abstracto me sorprendió darme cuenta que la lluvia si era real y que las paredes que limitaban el recinto donde me encontraba iban desvaneciéndose con el viento que se las llevaba como arrancándolas de suelo y reemplazándolas por naturaleza. En unas horas ya todo estaba cambiado y mis delirios ya no estaban, al menos eso parecía.


Decidí dar un paseo por este nuevo mundo y me dí cuenta que todo cuanto había soñado tener estaba al alcance de mi voluntad. Sospeché que en vez de descartar lo imaginario había descartado la realidad y me vería perdido en mi propia realidad onírica, pero luego de varios pellizcones me dí por vencido, y concluí que esa era la realidad y que estaba despierto.


***
Algunas veces tenemos creencias que rigen nuestra vida, ideas que nos hacen tener reacciones prediseñadas a diferentes situaciones que enfrentamos y valoramos según nuestro juicio inmediato. ¿Y si decidimos contrastarlo con la realidad? Tal vez descubramos que lo que pensabamos que era un sueño, quizás era realidad. Tal vez nos demos cuenta que lo que creemos no siempre es lo correcto.

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