Esta semana fue de sinceridad. Tuve que tomar decisiones que cambiarán mis planes, y algunas decisiones de algunos me animaron a realizar otros planes más. Dije cosas sin darle muchas vueltas y aprendí a escuchar y luego dar mi opnión (intentando dar un mensaje simple, sin muchos enredos).
Ese día ya había quedado en conversar con ella, mi jefa. Aunque no estaba aún seguro de lo que podría decir, estaba seguro de que lo diría sin importar otros factores. El hecho de haber pensado las cosas de una forma práctica no me dejaba opción a pensarlo dos veces. Era simple, tendría que dejar el trabajo pues algunas responsabilidades postgraduación me están por absorber el tiempo y dedicación, esto por consiguiente me haría faltar al trabajo y no podría cumplir ni con la primera responsabilidad, ni con la segunda. Fue rápida la conversación y con explicaciones cortas.
"Sabes, estaba pensando seguir con mis labores hasta finalizar este mes, pues tengo que terminar con algunas responsabilidades en la universidad y eso me va a tomar tiempo." Lo dije pensando tranquilo en cada palabra, intentando no usar ninguna palabra de más ni tampoco enredarme en frases largas que al final no digan lo que pretendo decir. Me miró y me explico las implicancias del hecho de ya no trabajar más en ese lugar hasta otra oportunidad y confió en que mi decisión estaba ligada a un acto reflexivo que tuvo lugar unos días antes. Me sentí cómodo con esas frases pero no fueron suficientes como saber que en realidad estaba fuera. Sino que había una pequeña posibilidad que mi comunicado de no poder seguir trabajando por motivos académicos se pierda en el camino de la presentación de cartas de renuncia y firmas de constancias. Sólo queda esperar, pero me alegra saber que pude decir lo que quería mientras intentaba no enredarme en palabras de más de tres sílabas que interrumpan el sentido de mi hablar.
Al llegar a casa, me enteré que parte de mi familia se iba a mudar a un departamento. Así que existía la posiblidad de extender mi jurísdicción en la búsqueda de un espacio personal que por motivos de cooperación familiar había perdido hace unos años y que estaba latente, mi reposición. Bueno esa latencia estaba por terminar con el informe de mudanza. El día llegó y el ambiente quedó vacío, mis emociones no me traicionaron pues la lejanía de mis parientes no va más de unas cuadras y que distiende un poco el ambiente de convivencia. Me tocaba retomar mi espacio y consentí entonces en ponerle un toque mío para empezar. Decidí darle un toque de naranja a las paredes y descubrir mi potencial de meditacion una vez que la pintura seque. Lo primero me tomó todo el día, mañana intentaré lo segundo. Algunas cosas regresan a su posición inicial pero de otra forma y con otras cosas sumadas, tal vez de eso se trate la homeostasis ¿no?. Todo se desordena y se vuelve a ordenar un tiempo después, sólo que nuna llega a ser lo mismo de nuevo, sólo tiene un parecido cercano.
Tal vez sea buena, tal vez no. Todo dependerá de la actitud que le ponga y de los resultados que obtenga.
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