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22.12.10

Encore

Es de noche y estoy en medio del tráfico esperando que las horas pasen y pueda llegar a mi destino en el menor corto tiempo posible, las luces de la calle se ven tenues y el andar de los carros es más lento que los de a pié. Poco a poco se va descongestionando la vía. En medio de la desazón del viaje mi celular anuncia que tengo un mensaje. Lo reviso. Es G que me dice que me espera en su casa para conversar. Esbozo un sonrisa.


Al llegar a su casa, después de un viaje no tan corto, la saludo y conversamos de todo un poco, de cómo nos fue en el trabajo y de los proyectos que se avecinan en los meses siguientes. Es como un repaso sólo para saber que los planes siguen siendo los mismos. O tal vez para dar una opinión sobre cómo pueden estar mejor, o simplemente para esucharlos y saber que están ahí latentes, esperando atención. Le cuento sobre los preparativos para Navidad en el trabajo de la decoración de la oficina y de los planes después de fin de año. De la posibel renuncia y de una que otra historia que me acordé de cuando era niño. Ella hace lo propio con las noticias del trabajo y con los proyecto para el año siguiente. Nos parece que el tiempo diluye en la noche y sospecho que ya es un poco tarde. Ella me pregunta ¿Desde cuando emepcé a escribir? Le respondo que fue hace algunos años en el colegio, cuando una profesora nos podió que escribiéramos una historia que contenga varios capítulos. Una historia consistente y novedosa, en la medida de lo posible. Fue ahí cuando me interese en escribir historias que cuenten procesos intrapsíquicos y expresiones, actitudes y/o frustraciones tal y como se presentan y luego concluir con una frase que promueva el cambio. Aquella primera historia trataba sobre un hombre que conocí en Chiclayo, en Puerto Pimentel con quien conversé y me contó parte de su vida, de aquellos episodio trató aquella narrativa escolar. Luego escribí otros cuentos más. Uno de terror que no fue muy largo y otro sobre mis anédotas después de mi viaje a Brasil. Ella se quedó pensando en la historia que le habñia contado a grandes rasgos y en aquella canción en la que había basado toda la historia del encuentro con aquel señor. Le gustó el hecho de que haya empezado a escribir historias de ese tipo y me imagino que quiso echarle un ojo a mi narrativa de ese tiempo. Pero le comenté que ese ejemplar no lo tenía yo y que sería un poco difícil encontrarlo por los vaivenes que perdieron de mi vista su destino. Entonces se le ocurrió que pudiera recordar aquellas historias y las pudiera escribir, intentando recordar algunos detalles o incrementando incluso un poco de datos que le otorguen mayor interés. Me pareció interesante el hecho de seguir escribiendo y qué mejor que algunas historias que se perdieron en el tiempo y que pueden ser recuperadas ahora que mi memria todavía no me traiciona mucho.


Espero tomarle tiempo a esta nueva tarea, tal vez para catarsis, tal vez como repaso y remembranza de cosas que me acontecieron hace algunos años y que me ayudaron a gustar de escribir como una actividad para promover la reflexión sobre las interacciones humanas y sobre el conocimiento del self.

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