Felicidad, eso es lo que tú me das
Felicidad, cada mañana al despertar...
Estaba feliz, pero era una felicidad extraña, una felicidad con vacío. Me parecía aún más extraño escuchar esta canción reagge en una combi que va de Chosica a Lima, pero bueno, yo sabía que éste no iba a ser un día tan normal como lo que algún día espero vivir (a todos los suelo considerar únicos, algunos más importantes pero siempre únicos). Empezaba a sentir una comezón en la nariz, además las yemas de mis dedos estaban adormecidas y pensaba en el porqué de mi felicidad extraña. Empecé a recordar una vez más.
Ocurrió hace poco, en la universidad, o tal vez cerca a ella. Era de noche según mi memoria me ayuda, me encontraba en una presentación al aire libre por motivo de la Semana Jubilar de la Facultad a la que pertenezco, en esa presentación puedo observar muchas personas sonriendo por cada parte del programa presentada con gracia y alegría por las circuntancias de celebración. El momento se presta para la emoción y la vivencia de vehemencias entre música, aplausos, risas, bromas... Y todo este recuerdo me trae de nuevo a la realidad y pienso en cómo nos podemos adaptar a la circunstancia y reflejar la emoción para que otras personas también la experimenten. Comunicamos más que palabras, comunicamos emociones, una de ellas la felicidad. Regreso una vez más y veo a alguien a mi lado, usa gorro y chalina blanca para el frío, aquella persona sonríe y sonrío con ella. Aquella imagen me devuelve una vez más a la realidad y me doy cuenta que estoy esbozando una sonrisa sutil que se ilumina con el sol que cruza la ventana y me da calor, y pienso en la agradable coincidencia.
Ahora, una vez más me propongo pensar en la felicidad y recuerdo en la frase de Lincoln, que vi en una película, que decía así: todos los hombres son creados iguales y están dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables, entre estos la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad... y por supuesto que nuestros derechos son esos, entre los principales, pero lo que me agrada es que resalta el hecho de la búsqueda de la felicidad, no es que tenemos el derecho de ser felices, sino que tenemos el derecho de buscar, un derecho activo a diferencia de los anteriores.
Repasando el momento de la presentación, recuerdo un momento de felicidad en el cual aprendí a buscarla, el momento de las burbujas, cual niño me quedaba con la boca abierta viendo cómo es que flotaban las burbujas en el aire y se acercaban para luego levantar mis brazos y reventarlas una a una en un proceso regresivo que me trajo felicidad de poder explorar mis emociones mientras dejaba liberar la ansiedad.
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