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14.12.09

El algarrobo (quinta parte)




El pequeño y débil algarrobo se escondía tras la sombra de su padre y la frondosidad de su madre. Tan sólo echaba una que otra mirada al cielo para conocer al sol y a la luna quienes lo vieron nacer, Extendía sus ramas para sentir la brisa del mar en sus hojas y su padre algarrobo le recordaba no confiar demasiado en el viento. Su tallo aún no estaba firme y se balanceaba con el viento. La madre algarrobo, sabia como siempre hacía lo posible por enseñarle los ciclos lunares señalándole con sus ramas las formas que se observaban desde la costa según el día del mes y describía cómo la marea subía y del cuidado que debía tener, cuán distante podría estar de ellos, sus padres. El padre algarrobo por su parte lo cuidaba al mínimo estirón de sus hojas, y se cercioraba en cada momento de que no le llegue mucho viento. En alguno y otro momento intentó coger sus raíces con las suyas, pero el pequeño algarrobo se retorcía y lograba zafarse


Un día, en el desierto del litoral peruano, llegó un joven caminante de su larga travesía en tierras del centro donde habían montañas y lagos. Llegó cansado y se recostó sobre el tallo del débil algarrobo,que quedó doblado en un instante, siendo el padre el primer enojado que separó sus ramas de la sombras y se balanceó, se balanceó ayudado con el viento con la finalidad de darle miedo al caminante. La madre algarrobo, en su sabiduría lo observaba e intentaba encontrar las raíces de su hijo con las suyas para alimentarle en el poco tiempo que le quedaba de vida. El joven se puso en pie y corrió a las faldas de la madre algarrobo y se refugió del algarrobo que se balanceaba incesante. Las sombras de la madre se separaron pues intentaba ayudar a su hijo a ponerse pie nuevamente, sus ramas no soportaban más la tensión que ofrecía esa incómoda posición y se fue rasgando poco a poco, un poco fue segregada a raíz de la ruptura de sus ramas y pudo ayudar a ponerse nuevamente en pie al pequeño algarrobo. 


Mientras tanto el algarrobo padre calmaba su intento de intimidación y un sentimiento de rencor corría por el xilema y floema tornando la clorofila en un color más oscuro que el normal, sus hojas estuvieron caídas por un buen tiempo y las raíces de ambos algarrobos de vida primarios sostenían las raíces de su descendiente... simplemente fue así como el tiempo se encargó de implantar esos sentimientos uno de esperanza hacia el futuro, otro de rencor por el daño de los demás y otro el de la sabiduría de hacer bien las cosas aunque tenga que dejar cicatrices en las comisuras de la fuente de vida como recuerdo de lo inesperado del presente próximo.

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