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14.6.09

Depresión: Carta para no leer

Hoy fue un día muy triste, el equivalente al jueves que hizo frío pero no lo fue. Hoy fue un día para pensar, hoy fue un día para olvidar, hoy domingo 31 hoy me encuentro con mi mundo, mundo de nostalgia, de dolor, de oscuridad y neblina.

Hoy con el dolor en la cabeza succionando mis deseos, mis anhelos... anhelos perdidos, anhelos olvidados...

Esto se complica con cada imagen y sonido que obtengo del mundo. Es el torbellino agónico que no me deja vivir, que no me deja pensar.

Hoy es cuando me pregunto por qué. Hoy es cuando decido volver a ser quien pretendo ser, pero llego a sentirme como J.M. Arguedas suicidándome por una causa arraigada en la cultura, al borde de llegar a ser sólo un buen escritor, eso espero, tal vez no.

Imágenes oscuras, parcas, sin sentido o con mucho sentidosubjetivo. El recuerdo de muchas ideas sobrecargadas de suposiciones bizarras, tal vez obscuras.

Hoy y simplemente hoy, hoy con sol y clarida, mas es sólo externa, sólo del paisaje, sólo del mundo inert. El dolor profundo de alma, el dolor discontinuo, el dolor que desaparece cuando se deja de pensar en él.

El dolor de conocer cuan visceral, cuan arcaico, precario, tan de reacción sin razonamiento, sin sentido son las respuestas. El absurdo de vivir para mori, de reir para llorar, de caminar para no moverse, de dar vueltas sobre el mismo eje y caer en un vicio que perceptualmente ahoga, confunde, aturde y, para variar, mata.

Respuestas incoherentes, afectadas por el surrealismo, afectadas por el extremo idealismo y por otro lado por sincero realismo que sin más ni más quiebran el equilibrbio endeble de las almas errantes. El diluvio de acechantes ideas cubiertas de un sopor contagiante, un sueño confuso que lleno de olvido te invita a encerrarte en él y dejar a su suerte el mundo donde no existe un ápice de sentido común, un mundo reactivo e instintivo.

La necesidad de participar de la parsimonía circence del espectáculo bacanl de la tierra, formar parte de las vidas amargadas, ruidosas, ilarantes y delirantes, sórdidas y beodas, cada vez mas constante, cada vez más insitante, cada vez más hipnotizante y despechada.

Reluciendo sus heridas, sus rasguños como trofeos, como sinceros regalos de parte de un enemigo mucho más psicópata, mucho más inteligente y hechizador atacando y dejándose atacar. Aceptendo, con su deseo masoquista, el flagelo del mal, vapuleado hasta comer tierra con sangre y denigrados a espectadores y forjadores de nuestra propia desgracia. el odio y el rencor se confunden en medio de las pasiones desbordantes y el futuro no planificado un suicidio lento, como esperando morir desangrado con un rasguño, tan pasico, tan intenso, tan carcomido, tan podrido.

Not anymore.

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