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24.2.09

Lluvia y Krishna

El domingo fui al templo krishna. Por poco y me quedo je je… aquella fue una experiencia muy interesante y agradable.

Todo el empezó camino a Chosica. Estábamos mi cuñado, mi sobrino y yo en el chosicano, todo estaba bien hasta que llegamos a Chaclacayo. Un poco antes del puente Los Angeles empezaron a caer unas cuantas gotas que al caer sobre las ventanas del carro formaban una sutil pero reconocible diagonal estampada en el vidrio. Parecía estar todo normalmente triste en la zona este de Lima.

Mientras nos acercábamos la garúa fue tornando en lluvia y de repente me percaté que habían pequeños riachuelitos en los lados de la carretera ¿habría un huayco adelante? Eché un vistazo hacía más adelante en la carretera y vi una larga cola de autos y camiones. El carro avanzó hasta donde más pudo, un punto en el que podía dar la vuelta y partir nuevamente para Lima Centro. Bajamos del vehiculo.

Caminamos sobre una pequeña vereda que se empezaba a remojar y tomar consistencia pues era tierra y sobre ella arena… Intentamos cruzar hacía el otro lado de la pista pero vimos que el riachuelo que había visto un tiempo atrás había crecido, avanzamos unos metros más y pudimos cruzar entre los carros estacionados que ya hacía una larga cola desde Pedregal, supongo, hasta más o menos los colegios de monjas. Felizmente nosotros habíamos bajado cerca al paradero del templo krishna que, por cierto, era mi primera visita (y la única (tal vez te preguntaras, si yo viviendo tan cerca, cómo no pude visitarlo antes, debe ser porque nunca tuve una excusa para acercarme y entrar)).

Mi cuñado entró primero, luego entramos mi sobrino y yo. El templo tenía muchos detalles, en la puerta estaban dos estatuas idénticas, más tarde me enteré que era la forma femenina de krishna, un hombre con las vestiduras hindúes propias de la religión ( o mejor dicho “del estilo de vida”), otro hombre con jeans y camisa con una bolsa en su mano que tenía un pequeño orificio por el cual sacaba su dedo índice (recordé que el dedo índice es el dedo acusador, entonces no podían involucrarlo en algo tan sagrado como la frase de : hare krishna / hare rama / rama rama / hare hare / hare krishna / krishna krishna / rama rama o algo así que es como un rezo que suelen hacer todo el día para estar en comunión con su líder espiritual), dentro del templo un grupo de fieles tocando instrumentos propios de la cultura hindú, había algo parecido a un tambor, un hombre sostenía como un racimo de metal que lo usaban como percusión y me pareció ver un instrumento parecido a una guitarra, era muy místico aquel espectáculo además de la lluvia fina que caía fuera del templo donde nos encontrábamos, rodeamos el templo observando a través de las ventanas cómo cantaban según como sentían las música, enfrente de ellos una estatua de su líder espiritual en la posición de buda y en el ambiente empezó a sentirse un olor a incienso lo compartía una sensación de paz. Afuera en la calle seguía la cola de autos y el riachuelo crecía y crecía.

Entramos a un cuarto atrás del templo en el cual vendían objetos típicos de la cultura, entre amuletos e inciensos tanto como estatuillas y collares y brazaletes, unas cinco mujeres conversando con sus vestidos largos y con su velo cubriendo su cabello, todas con un collar muy particular. Ellas nos comentaron algo sobre cómo es su estilo de vida y sobre sus creencias, al terminar la conversación salimos al jardín, en el centro una pileta en forma de una flor abierta donde criaban peces dorados, en custodia del jardín una palmeras que observaban cómo la lluvia caía sobre la pileta formando círculos que se interceptaban en la superficie… comimos una bolitas de kiwicha con miel, supongo, y nos invitaron una hojita aromática que se comía. Al salir del jardín nos invitaron a entrar al templo a escuchar la música y si deseamos a danzar tal y como sintiéramos la música… salimos.

Regresamos al mundo real, la lluvia dejo de ser quieta y ser torno incómoda, subimos entre charcos de de barro al chosicano donde el ambiente cambió y se sintió un poco más caliente que afuera… Al día siguiente en el periódico leí que en la zona de Pedregal una niña de 15 años había sido arrastrada por el huaico y había muerto…

zach.

Lima, miércoles 19 de febrero del 2009

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