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19.6.10

Esencia

Hace un tiempo atrás me puse a pensar sobre el deseo humano de llenar su lado existencial. Aquella necesidad de tener algo a qué asirse para saber que no está a la deriva en el universo. El descubrir continuo de las respuestas a "¿Quién soy?", "¿De doné vengo?", "¿Hacia dónde voy?". La negación a la creencia que estamos solos en el mundo se deriva de las cosas extraordinarias que ocurren en él, de la imposible explicación que surgió y ya. Es la obediencia a aquella inquietud que sentimos en el centro del pecho cuando pensamos mucho.

Estuve caminando, pensando en todo lo que se viene en el futuro respecto a mis decisiones y cual sería la mejor forma de llevarlo. Me acordé fugazmente de Marcia, aquella niña muy inteligente que me acompañó en el momento de reflexión con el universo. Me acordé de la playa que está dispuesta a albergar mis anhelos hasta que llegue el momento indicado de devolvérmelos en un susurro de olas y cantar de gaviotas. Me acordé de la luna dispuesta a contarme historias que alimenten mi imaginación y poder difundirlas en cuanto me sea posible recordarlas y escribirlas. Esos son sucesos extraordinarios de introspección que no puedo creer que por mi mismo sea capaz de hacer. Y fue cuando recurrí a buscar respuestas, a encontrar el motor de lo que ocurre a mi alrededor. a soñar en qué puede significar el sentido de existencia. Sentí que sería un largo caminar, sentí que podría invertir tiempo y no conseguir la respuesta, así como muchos otros lo han intentado y recapacité y me pregunté ¿Qué tal si ese es nuestro motivo de vivir? La búsqueda de respuestas. Tal vez no sería tan descabellado pensar en eso. Un recorrido lleno de preguntas sin respuesta expectantes a que nuestras cogniciones puedan solucionar este acertijo. Lo pené y  continué pensando.

¿Qué tal si es necesario que uno decida qué creer y lo crea con toda la convicción que su razón le dicte? No sería tan descabellado de su parte pero viviría bajo su verdad inquebrantable y no estaría dispuesto a nuevas ideas que intenten explicar su existencia. ¿Que tal si es necesario aplicar la fe, la convicción de que algo existe sin haberlo visto? Esa es una tarea muy difícil, consentir que algo existe sin la necesidad de verlo, sólo creer porque es necesario creerlo, tal vez de eso no se trate. Tal vez sea necesario creer a partir de evidencias prácticas que sean pruebas de que existe tal cosa sin haberlo visto, sino sólo por sus manifestaciones. Empiezo a creer que es muy posible tener eso en cuenta en el afán de buscar respuestas. Tal vez sólo así entendamos dónde estamos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.

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