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31.10.09

What if you

Enfrentar un momento de soledad, sonreir a pesar de estar en silencio con un pensamiento triste guardado profundamente en el corazón. Sentir que el mundo puede ser mejor o tanto como no. Cada nota de la música conlleva a pensar que la frase no tiene nada de especial pero aún así es buena.

CowParade

Hace poco me enteré que viene al Perú el COWPARADE, una propuesta de arte que recorre el mundo visitando ciudades... Aquí algunas fotos...

29.10.09

Cronos y spatium

El sol estaba radiante aunque ya era el ocaso, las sombras se alejaban del mar mientras éste iba y venía llamando a sus victimas potenciales. Al otro lado de Lima, la noche cubre gran parte de la ciudad poco a poco. En la Av. Abancay los carros y combis en tráfico insesante pues ya se acerca año nuevo. En otro punto de Lima, las discotecas abren sus puertas y un público febril, efervecente de emociones y juvenil se agolpa por entrar. En una comunidad alejada, una pareja discute golpeándose el uno al otro y gritándo procacidades que conllevan a dejar huellas en la piel de la más débil. Todo ento en un continuum del tiempo y espacio, paisajes que nos permiten reflexionar en la pacifidad del ambiente en medio del río y los árboles, mientras tanto otro paisaje pinta deslucidos cuadros de tristeza y pobreza no sólo económica sino de alma. Situaciones que sólo pueden controlarse con el uso de la razón, que ya de por sí queda en segundo plano una vez que se consume sustancias súbitamente placenteras y el paso a la emoción artificial se lleva a cabo una vez más.

Es aquella dualidad en la que solemos compartir nuestras vivencias, son situaciones que conllevan a decidir entre sólo dos cosas en medio de un sinfin de posiblidades, es la simplicidad de lo compleja que es la vida siendo esta idea también una dualidad, cada acción, cada actitud, cada emoción, cada decisición sólo nos llevara a valorar la situación como buena o mala. Es eso, nuestro mundo dual, un mundo que nos trae realidad, pero que sólo es posible conocerla a través de nuestras abstracciones. En estas ciscuntancias se comprende entonces, el desarrollo de la vida en el cronos y el spatium del respirar, del vivir.


25.10.09

Lo demás, es (y sigue siendo) historia

Historia, un grupo de cuentos con un sentido lógico, muchas veces llegan a ser relatos reales, otros que con el tiempo llegaron a ser creídos reales, una suceción que se confunden entre la causalida de un evento y éste de lo que conllevó. La historia, como parte de nuestras vidas, nos da identidad, nos permite conocer qué fue de las personas que nos precedieron en el afán de vivir en el territorio que vivímos y que queramos o no dejaron una herencia, un regalo para nosotros que pudo haber sido alguno bueno, u otro malo, pero al fin es regalo y tenemos que hacer algo con aquello. Al pensar en esto también imaginaba en cuantas veces se "repite la historia" con aquellos que en nuestra generación no sabemos tomar las decisiones que de una vez por todas se puedan romper aquellas creencias, conductas y emociones adquiridas de nuestros antepasados.

Cuando tenía unos 6 o 7 años tuve la oportunidad de visitar a mi abuelo de parte de mi madre, antes ya lo había visto, incluso había interactuado con él, pero no como en esa oportunidad. Lo conocí muy poco tiempo, pero no puedo decir que no aprendí nada de él. Era un hombre alto, de tez blanca cabellos grises y blancos y solía utilizar pantalón, camisa y chompa. Caminaba cabizbajo, no porque quisiera, sino por un tumor en la nuca que le había causado problemas de salud desde mucho tiempo antes que naciera, en una oportunidad apresuró mi nacimiento dado que mi madre estaba pendiente de mi abuelo cuando aún tenía 8 meses de embarazo, pero creo que ocurrió por algo dado que se conjugaron muchos factores y no sólo ese, para mi nacimiento en Abril. Tenía una mirada muy acusiosa, algunas personas que lo conocieron más me dicen que tengo ese rasgo muy parecido a él. Era una persona muy leída pero con un temperamento dificil de controlar. Al atardecer de su vida, sonreía firmemente esperanzado en el futuro, con alguna mira difusa al pie de su lecho. Murió aquejado por Alzheimer y Parkinson.

Recuerdo aquel momento muy lucidamente, pero como un espasmo en el tiempo por la duración que me permite la memoria. Estaba en la sierra, en Huancayo, en un pueblo alejado de la ciudad a unos 5 o 10 minutos en carro. El sol estaba muy radiante, con un cielo muy celeste de fondo y unas nubes de lluvia en el horizonte. Yo le preguntaba: ¿A qué hora va a llover? Él me respondía: Espera un tiempo, tal vez las nubes no vengan hacia acá, están muy lejos todavía. Yo, que medía muy poco y lo veía como a una persona muy muy alta, me quedé parado observando el cielo, esperando a que las nubes se acerquen lo más pronto posible. Ocurrió. Llovió.

Puedo observarlo en otros espasmos en el tiempo. Me contaron que el era muy reflexivo y que le gustaba hacer las cosas como deberían hacerse, tal vez un poco obsesivo. Pero reconozco que hay muchas cosas por saldar con el pasado, no sobre nuestra vida, sino sobre el legado que obtuvimos de quienes nos precedieron. Gracias, por el regalo abuelo.

21.10.09

XD

Felicidad, eso es lo que tú me das
Felicidad, cada mañana al despertar...

Estaba feliz, pero era una felicidad extraña, una felicidad con vacío. Me parecía aún más extraño escuchar esta canción reagge en una combi que va de Chosica a Lima, pero bueno, yo sabía que éste no iba a ser un día tan normal como lo que algún día espero vivir (a todos los suelo considerar únicos, algunos más importantes pero siempre únicos). Empezaba a sentir una comezón en la nariz, además las yemas de mis dedos estaban adormecidas y pensaba en el porqué de mi felicidad extraña. Empecé a recordar una vez más.

Ocurrió hace poco, en la universidad, o tal vez cerca a ella. Era de noche según mi memoria me ayuda, me encontraba en una presentación al aire libre por motivo de la Semana Jubilar de la Facultad a la que pertenezco, en esa presentación puedo observar muchas personas sonriendo por cada parte del programa presentada con gracia y alegría por las circuntancias de celebración. El momento se presta para la emoción y la vivencia de vehemencias entre música, aplausos, risas, bromas... Y todo este recuerdo me trae de nuevo a la realidad y pienso en cómo nos podemos adaptar a la circunstancia y reflejar la emoción para que otras personas también la experimenten. Comunicamos más que palabras, comunicamos emociones, una de ellas la felicidad. Regreso una vez más y veo a alguien a mi lado, usa gorro y chalina blanca para el frío, aquella persona sonríe y sonrío con ella. Aquella imagen me devuelve una vez más a la realidad y me doy cuenta que estoy esbozando una sonrisa sutil que se ilumina con el sol que cruza la ventana y me da calor, y pienso en la agradable coincidencia.

Ahora, una vez más me propongo pensar en la felicidad y recuerdo en la frase de Lincoln, que vi en una película, que decía así: todos los hombres son creados iguales y están dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables, entre estos la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad... y por supuesto que nuestros derechos son esos, entre los principales, pero lo que me agrada es que resalta el hecho de la búsqueda de la felicidad, no es que tenemos el derecho de ser felices, sino que tenemos el derecho de buscar, un derecho activo a diferencia de los anteriores.

Repasando el momento de la presentación, recuerdo un momento de felicidad en el cual aprendí a buscarla, el momento de las burbujas, cual niño me quedaba con la boca abierta viendo cómo es que flotaban las burbujas en el aire y se acercaban para luego levantar mis brazos y reventarlas una a una en un proceso regresivo que me trajo felicidad de poder explorar mis emociones mientras dejaba liberar la ansiedad.

18.10.09

Sombras en el tiempo

El privilegio, o desdicha, de enterarme la cosas al último (ahora, el término cosas refiere mucha ambigüedad y en efecto, creo que es el que estuve buscando dado que no encuentro otra definición posible para lo que sucedió). No sé quién, ni cómo, pero lo que si sé fue lo que conllevó ese hecho y a grandes rasgos puedo suponer en qué consistió aquel. En fin. Fue raro, y a la vez esperado, que ocurriera algo así. Empezó hace unos años atrás, cómo suele ocurrir casi siempre cuando uno se entera a deshora. Fue claro que tomé otro camino, fue claro que tomé mi distancia, fue claro que no quería hablar del tema, pero ¿acaso fue claro que dejé de pensar y sentir lo solía pensar y sentir?... tal vez. La gente cambia, la gente por cada interacción que tiene cambia uno que otro esquema que no estaba muy claro, pero ¿eso determina lo que debe o no debe hacer? Me parece que no.

Ahora comprendo por qué reaccionabas así. Ahora todo parece encajar como debió encajar hace dos años en mi mente, pero, no encajó. Tal vez en tu caso si. Todo lo que te habían dicho pàrecía perfecto, exacto, razonable y posible. No juzgo, me imagino porqué no preguntaste, porqué no te cercioraste, al parecer estaba todo claro. Mi actitud lo decía todo. Como me dijo alguién muy cercana a tí y a mi: Las cosas suceden por algo. Y estoy de acuerdo con eso, de algún modo lo estoy. Tal vez sino hubiera sido así no hubieramos conseguido lo que cada quien tiene, y que buscamos tenerlo, además no creo que nos arrepintamos de tener lo que tenemos, en efecto, estamos felices en poder construir lo que queremos tener. No puedo desearte cosas agradables pues aún no sé si para ti lo serán, no puedo desearte cosas desagradables pues no las deseo para tí. Sólo espero (por ahora) poder encontrarnos algún día, conversar y recordar, por el simple hecho de recordar y delimitar al pasado lo que hacemos ahora. Disfruta lo que haces. Vive el día al máximo, te aprecio mucho.

15.10.09

Jueves en octubre...mmm

Jueves, en octubre... ¿qué más puedo pedir? No el domingo, porque es cuando hay más tiempo y no se hace nada. El lunes tampoco pues cuando todo lo que no se hizo el domingo se debe hacer además de trabajar. El martes, ni modo, es martes. El miércoles, puede ser un buen día pero definitivamente es el día en que se trabaja más... y llego al jueves, un día genial. Único. Perfecto para pensar, escribir, hacer tareas, cocinar, para hacer lo que más te guste hacer. Sin embargo, hay un pequeño detalle que incomoda el perfecto día jueves en octubre: El sonar del martillo del vecino que, sin querer, le gusta martillar su pared para colgar cuadros, cada jueves. Genial, perfecto día arruinado por una "perfecta" actividad del "perfecto" vecino que "perfecciona" la ruina de este día.

Dado que ya no hay escapatoria, decido arruinar de una vez este día, yendo a Santa Anita de shopping. Si, porque los varones también pueden ir de shopping, entonces sería una ruína completa el hecho de ir de shopping a Santa Anita, no a Lima, no al sur, no al norte, sólo a Santa Anita y se acabó la discusión. Salgo de casa para no arrepentirme de la decisión mientras no llega a mi razón. Tomo la primera combi que consigo subir al cruzar la pista. Una vez a dentro, me arrepiento pero ya es demasiado tarde para decidir bajarme.

El camino se hizo corto a pesar del tráfico. Intente imaginar en cosas agradables, al fin y al cabo el día arruinado se completaba con el esmog, con los cláxones, con los gritos de los cobradores, con los vendedores cantantes que suben a la combi. Lo admito, considero que son difíciles de soportar, a diferencia de lo que puedan estar pasando con sus vidas, tal vez sea por eso que aún guardo mis impulsos en lo profundo del ello (psicoanálisis) y sigo pensando en cosas agradables hasta llegar a mi destino: el óvalo de Santa Anita. Bajo de la combi, felizmente no era asesina, y puedo observar las tiendas en apertura y la gente yendo de un lado a otro. No conozco algún lugar que me guste, así que decido ir a la tienda más grande que veo cerca, si, exacto cruzando la pista, esa tienda amarilla.

Entro, miro al rededor y camino, tanto cómo el tiempo puede cargarme en sus hombros. Doy un respiro y sigo caminando, viendo cada sección, revisando cosas interesante y escuchando música en la radio juvenil que ponen de fondo. El momento una vez más parece perfecto, pero me percato que aquella tienda grande está en remodelación y que han cercado una gran parte de ella, aminorando los productos en stock y limitando las áreas de expedición. Descubro una vez mas que el jueves en octubre no es perfecto y que lo más sabio de mi parte es ir a la sección lácteos para disminuir mi asiedad tomándome un yogurt, medianamente frío y refrescante. Consigo llegar y en cuanto veo la botella brillando en el centro del estante frío la cojo y huyo del mundo para poder calmar la ansiedad de desengañarme que el jueves no es un día perfecto, sino un dia normal, en el cual puedes hacer lo que más te gusta.

14.10.09

Inconsistencias... en mi sillón, en la sala.

Es interesante pensar en lo que ocurre con uno mismo. Y a las 4:00 am es mucho más importante dado que el análisis tiene su tiempo exacto. A esto se le incrementa el deseo irresistible de escribir, pero se limita en la claridad de luz que ocupa el recinto. El ambiente se llena de una brisa suave y serena que naturalmente avisa que es de madrugada y que es preciso abrigarse cuanto antes sea posible. Aquella brisa se posa sobre mi nariz y la enfría, dejándome oler un aroma que se interna en el camino a mi cerebro. Me siento en el sillón de mi sala, oscura vacía, y empiezo a pensar (una vez más). Recuerdo algún campamento cuando quedé en vigilia. Recuerdo los viajes durante la noche hacia el interior del país. Recuerdo el viaje a Brasil, hace unos 5 años aproximadamente (aún no puedo creer que haya pasado tanto tiempo). Me imagino en la silla de un bus mirando por la ventana el paisaje avanzando junto a la velocidad, cambiando a cada segundo. Regreso a la realidad y continúo estando en mi sala, en el sillón, pensando.

A raiz de recordar los viajes que hice, recuerdo lo que conllevó haber viajado, los lugares donde estuve, lo que hice donde estuve, lo que pensé cuando estuve allí. Recuerdo en Salta, Argentina, llegando a un hotel para pasar la noche en ese lugar y al día siguiente partir. Recuerdo una vez más que aproveché para sentarme en la sala de estar de aquel hotel, a mi lado alguien a quien aprecio, y eché un vistazo por la ventana al paisaje de luces que ofrecía la ciudad y sentí la brisa lejana que venía hacia mi cruzando la ventana de madera abierta de par. Aquel recuerdo de la brisa una vez más me trae a la realidad y regreso a mi sala, en el sillón, pensando

El hecho de pensar en Argentina me trae al presente el recuerdo de las personas que están lejos de mi, de mi amiga en USA, de R, cuando solíamos conversar, jugar, vagar y caminar, caminar y reir. La extraño y pienso otra vez, en mi sillón, en la sala. También recuerdo a M, otra amiga que conocí cuando éramos niños y jugabamos cualquier invento que la imaginación nos permitía pensar. Recuerdo a S, con quien compartimos la secundaria y recuerdo sus abstracciones y análisis de la realidad peruana y de la sociedad que vivíamos. Recuerdo a alguien con quien pasé poco tiempo y que lo conocí más en historias de generación, mi abuelo, él está lejos, muy lejos. Recapacito una vez más en mi sillón, en la sala, el recinto oscuro con una ventana amplia que deja entrar algo de luz del amanecer azul.

Pienso en el tiempo, en lo que puede estar ocurriendo al mismo tiempo en muchos lugares que visité, imagino qué debe estar ocurriendo y esbozo una sonrisa y un lágrima fluye en mi interior. Pienso en los momentos, en las ciscunstancias, en las acciones, en las decisiones, en el tiempo de vida, en el privilegio de vivir y sentir el mundo. Sentimientos encontrados que me devuelven una vez más a la realidad que me hace consciente de que estoy dormido en mi sillón, en la sala.

Marcia no se despidió

Los rayos solares una vez mas asoman y sonríen en este cielo traidor. El tiempo de primavera de vez en cuando se acuerda de volver y se olvida de ir, parece que todo cambiará con la estación a cuestas. En todo este mundo mutante, voluble e inestable se encuentra Marcia, una vez más, sonriendo y jugando con las emociones y las expresiones de la naturaleza. En un afán por encontrarla busco un lugar pacífico, un parque. Pero reconozco que no llegará. Por el contrario, está de viaje. Está en el viento, volando hacia otro lugar. Está en el agua navegando al oeste. Está en la tierra sacudiéndose y bailando. Está en el fuego, toda ella, mística y sorprendente.

Recuerdo el sonido de su voz, recuerdo que la soñe, recuerdo que estuvo frente a mi y no se despidió. Fue una última vez sin querer. Fue y no volverá hasta el siguiente año. El sonido del río, junto con el crugir de las piedras empujadas en su ímpetu, el silbido del viento entre las verdes hojas de los árboles, el susurro del viento sobre los pastizales, muy pronto vendrán y dirán que Marcia, volverá cuando ellos se hayan ido, a la sexta luna después de su partida. Cada sombra que se dibuja sobre el suelo me permiten seguir el rastro de aquella que se fue sin despedir. Sombras que se muestran durante el día y que me hacen caminar en circulos.

Día a día Marcia se aleja más. No es porque esté huyendo sino porque va junto con la tierra, va junto con el sol, va junto con la luna, si aquella que cuenta historias y que sonrie al mar cada noche que no hay niebla. Hasta hoy llego a ver el rastro que dejó, mañana ya no será más y las sombras serán una señal de que se fue, se fue y no se despidió.

12.10.09

Rompecabezas por armar...

Escribir y dejarlo inconcluso. ¡Qué dolor!... la inspiración e imaginación tan cortas, disminuidas a falta de ejecicio, una obra que pudo haber sido agradable, bien escrita, sintácticamente apreciable, ordenada, y sin subterfugios que alborotan el pensamiento tratando de desentrelazarlos. A veces el momento no puede ser el correcto y por aquella ansiedad de liberar estrés, empiezo a escribir sabiendo que puede ser poco tiempo, sabiendo que no podré terminar. ¿Acaso estoy demasiado estresado? ¿Acaso es un pretexto de procrastinación? ¿Acaso tengo que hacer lo que debo hacer sin opción a reclamo? y dado que sé que el reclamo muchas veces puede caer en mal lugar, definitivamente no lo hago y se aprisiona todo en mi inconsciente. Luego todo cambia de motivación y busco posponer lo imposponible. La respuesta que necesito la tengo en mente, no la escucho, porque me niego a aceptarla. Puedo intentar rebuscar alguna otra pero aquella siempre estará presente. Negando me desgasto y envejezco.

Hoy estuve pensando en ponerme en orden, como suelo hacerlo cada que empiezo el bimestre o trimestre según el ciclo de proyectos que me proponga. En estos días acabó un proyecto, es hora de cambiar ¿verdad? el problema incial es que se ha cruzado con otro que inició en la mitad del primero, esto implica que tengo que continuar esta rutina hasta que termine el siguiente que según como ha ido el año, no terminará hasta que inicie otro. Y hasta eso habré escrito muchos textos incompletos y habré tenido que completar algunos a la fuerza o simplemente en un arranque de emoción haber escrito dos o tres artículos en continuo. Esos momentos son geniales. Pero, son esporádicos y suelen ocurrir después de una agran emoción previa cuando salgo, recurre en las noches de insomnio, y en las que no, bueno pues las transforman en noches de insomnio también. Otras oportunidades, no soporto más y duermo esperando que en el agún momento mi memoria episódica aunada a la memoria espacial me den un apoyo en recordar y ampliar la idea para luego escribirla en papel. En resúmen, algún día según la memoria e imaginación me propondré terminar lo inconcluso, ojalá no sea demasiado tarde.

11.10.09

Después de un tiempo

Hola L:

Hace mucho tiempo que no conversábamos. Se podrían decir años. Me dio gusto pasar un tiempo ayer. Aunque hubieron ciertas circunstancias que, creo, hubieran podido ser mejores, :). Los motivos de nuestros caminos distantes es parte del pasado, aquel "pasado" que solíamos hablar. Bueno, ayer fue diferente pues nuestro trato fue cambiando con el tiempo. Te imagino, sonriendo igual. Riendo, tal vez en un restaurante conversando de sonseras, o quizás cosas con sentido si fuera posible. Me pregunto si no hubiéramos cambiado tanto como ayer, si... las decisiones hubieran tenido otro rumbo. Si no hubiera decidido viajar. O si, hubiera tenido otra actitud. No es que quiera cambiar todo lo que fue, sé que ocurrió por algo pero... siento una extraña nostalgia por encontrar aquella mujer que se esconde detrás de todo lo que haces por sentirte mejor. No puedo siquiera imaginar cómo te sientes una vez que llegas a casa, o cuando te enfrentas a tus pensamientos. Quisiera poder ayudarte, pero me preguntó si aún puedo ser aquella persona que puede ayudar, no sé todavía si tu quieres ayuda y tal vez me esté adelantándo a ofrecer ayuda que ni siquiera deseas. A diferencia de lo que pueda ocurrir, lo que me interesa ahora es verte de nuevo, poder aclarar y arreglar lo que quedó inconcluso, en un silencio muy largo e incómodo que poco a poco se irá distendiendo, espero.

Estuve tan intrigado, raramente feliz y con una melancolía mezclada en el fondo de mis emociones, al verte recostada en mi pecho, no creo que tu hubieras pensado algo parecido, tal vez todo lo contrario o simplemente nada. Sentí que no podía buscar hacerte daño, no debía. En cambio, busqué protegerte, sin pensar en la imagen que pueda otorgar o en lo que dirías después, si me rechazarías o no. Me sentí muy bien a tu lado pues creía que te estaba cuidando sin necesidad de buscar algo a cambio, puede sonar un poco ilógico pero sé que lo hice porque quería, sentía que tenía una deuda que podría pagar de a pocos. Y te quedaste dormida.

Muchas veces las decisiones que uno toma no pueden estar acorde con lo que la sociedad espera que hagas. Eso lo decidí y ahora lo afirmo, no creo que pueda sentirme culpable por cuidarte, que creo fue lo que hice. No imagino cómo poder encontrar un vinculo común en el cual podamos conversar. No lo busco pues hasta lo que obtengo sé que no habrá una respuesta, hablamos en diferentes sintonías. Me parece que si intento encontrar ese vinculo podría, tanto como no, crear un punto de apoyo con el cual ofrecerte y ofrecerme una oportunidad de hacer de esta relación algo muy significativo y duradero. Naturalmente, tendríamos mucho que hablar y perdonar, tanto como escuchar y pedir perdón. Creo que podremos ser muy buenos amigos y que ayer fue una oportunidad que nos otorgó el tiempo de poder ubicar un vinculo mínimo con el cual se puede volver a conversar. Espero que pienses algo tanto más parecido con respecto a tí y a mí. Cuidate mucho. Mientras tanto, en lo que pueda, seguiré alimentando la ironía de protector lejano y surreal. Te aprecio.

Con alegría y nostalgia.
Z

4.10.09

El habitante (parte III, final)

Al verla sonrió, ella también y los ojos de ambos se llenaron de lágrimas, y se dieron un gran abrazó, las lágrimas se remojaron en el hombro del otro. A la caminante no le importó la sangre en su saco, al habitante no le importó olvidar su interacción consigo mismo, pues había encontrado a quien estaba buscando. Pero, falataba algo. Parecía ella pero no era la misma, era el sonido de su voz, era su rostro, eran sus manos pero no era ella. ¿qué había pasado? De regreso a la habitación, para conversar, pensó en cómo saber qué había pasado.

Llegaron y se dio con la sorpresa que la puerta no era como antes, era similar a todas las demás. Ingresó y reconoció que todo estaba en orden y proporción, no como lo había imaginado o visto. Encontró el relicario sobre el mueble y lo cogió en cuanto lo vio. La caminante también parecía reconocer el lugar y sentirse extraña. En cuanto se hubieron acomodado, empezaron también a acordar todo cuanto había sucedido. Y la caminante contó lo que supo.

Estaban caminando frente a la iglesia alta y en eso el caminante vio un niño que estaba riéndose solo, no sabía porqué y se acercó para ver. Vio que sus ojos estaban rojos y que expelía un olor muy conocido por él, y se sintió atraido. La caminante se acercó para distraerlo y ayudarle, pero ya era demasiado tarde, el caminante poco a poco había cambiado su semblante y le estaba recriminando al niño a gritos. Entre tanta confusión la caminante intento alejarse pero el caminante se percató y corrió detrás de ella. La ubicó e intentó retenerla cuando vio que ella lloraba, se detuvo en sus impulsos y sintió que todo lo que había hecho por cambiar se estaba perdiendo. La caminante huyó de ese lugar y no supo más de él.

Fue cuando el habitante recordó todo. Se quedó estupefacto y empezó a recapitular todo con una voz suave y la mirada perdida. Al fin se había convertido en lo que no quería ser. Había tenido muchos conflictos para cambiar y adaptarse a la sociedad y todo lo había dejado ir por la borda. Lo que le quedó en su mano después de ver a la caminante huir fue aquel relicario de plata que ahora tenía nuevamente en sus manos. Aquel relicario que desencadenó una negación al mundo real y una vez más su aislamiento de la sociedad.

Te extraño aunque no debo

Ya ha pasado mucho tiempo, como suele pasar siempre. No pensé que llegaría a estar en está situación, nunca nadie lo hace. Nadie puede comprender que el lo que va a apasar de aquí a tres o cuatro años, y tal vez no sabía que sería de mi hoy hace tres o cuatro años, al menos no lo imaginaba así. Si supieras que lo que estoy sintiendo no dista mucho de lo que solía sentir, pero dista en su longitud adecuada, hasta hace poco no lo hacía. Y creo que es por eso que sigo teniendo la clave que solía tener cuando estábamos. Creo que es por eso que aún sigo viendo la luna llena cuando se aparece a cada mes, y sigo contándole historias, y ella también a mi. Creo que es por eso que hoy cuando te vi aún sentí esa reacción de inquietud a la que estaba acostumbrado. Pero de aquello a ahora sólo puedo saber que te extraño aunque no debo.

Te quiero, pero se que debo negarme a quererte. Hace poco estuve pensando en lo que ocurre con la sociedad y sus creencias. Dicen que el amor no tiene edad, pero es obvio que una pareja con mucha diferencia de edad es una simple pantalla de cariños y necesidades no resueltas que se suplen en deudas con el pasado. Dicen que el amor no tiene fronteras, pero vean que cuando hay una pareja de interculturización se desarrollan conflictos muy simples debido a costumbres y formas de proceder, ni qué decir de las creencias o de los credos. Dicen que el amor supera los límites sociales, y tiene mucho de razón pero sólo sé de Alguién que puede representar ese amor sin límites, y de algunos que le siguieron. Pero volviendo nuestro caso, ja ja... ahora lo llamo nuestro. Te involucro sinque lo sepas. Creo que formas parte de mis afectos y ya te considero mía. Qué paradójico, quiero quererte como debería, pero no lo hago por que se involucran las creencias sociales que suelo refutarlas pero que sin embargo soy presa una y otra vez ellas.

Y es que es agradable pensar en eso, en esa idea de las mariposas y flores reflejando brillos en cada lado, el sol, el mar, el horizonte, el viento, la arena... etc. pero todo eso es un ilusión impuesta por el colectivo, por los poetas que en un delirio de su imaginación cocibieron un mundo perfecto, un estado de felicidad continua, cuando en realidad lo que se ha de buscar es una continuidad de una felicidad estática y esquiva que permite al dúo creecer como pareja, le permite conocerce en todos lo aspectos y apoyarse el uno al otro, no en el sentido de simbiosis sino en la búsqueda de una interdependencia después de la independencia. Es por esto que te quiero y me niego a quererte, porque pensamos diferente, y a la vez somos tan parecidos.

Te extraño aunque no debo, lo sé y aún así lo sigo haciendo. No sé hasta qué punto te quiero y me niego una vez más a quererte como tu lo deseas. Es un juego de palabras enteramente equivocadas y certeras que me animan una vez mas a pensar que no debería pensar ya mas en tí. Y siempre hay algo que me devuelve la atención a tí. Te extraño y es lo que vengo haciendo hace tres años o más. Sabes. Sé que algún día leerás esto y hasta puedo imaginar tu reacción. Pero sé que lo escribo para sepas que aún pienso en tí, aunque también sé que no debería. Tu decide. Ya nos vemos pronto.