Páginas

21.4.10

Represiones

Al parecer en el trajín de los días, las ideas encontradas a medio camino y las ganas de querer escribir y no tener dónde se vuelven día a día más intensas e incontenibles en un cerebro repleto de deberes, posibles proyectos y trabajos en medio de un mar de responsabilidades impuestas en la realidad concebidas en la idea de "encajar en la sociedad". Esta es mi vida ahora, llena de viajes de hora y media a dos horas en un mar de ideas imaginarias de disfrutar de un mar frente a mis ojos y llegar a una cabaña en las nubes con el trino de aves pequeñas que cantan desde los eucaliptos el sol tímido escondido bajo nubes de lluvia y el silencio de acompañante a aquellas voces que me permito escuchar de cuando en cuando, cuando es tiempo de un suspiro del universo en el sinfín de la cordura.

Y me siento en el balcón que da una vista al paisaje tropical del otro lado de las montañas y sonrió como si quisiera recordar algo que nunca viví, recordar algo que pertenece a la sincera emoción de vivir la vida de alguien más. Sonrío al horizonte y cojo aquel lapicero que me acompaño a muchos lugares de viaje, también cojo consigo al cuaderno de turno, ajado en sus hojas hasta la mitad pues la otra mitad se mantiene espectante de palabras aún no encontradas en la hilación de mis escabullidos pensamientos y como por arte de los sueños, empiezo a escribir con tinta imaginaria que tiñe de azul las hojas blancas escribiendo palabras encontradas a medio camino y que se imprimen como no queriendo llegar a su destino pues las ideas escabullidas no se dejan encontrar y lo único que se conserva es el intento de comunicar algo, aquello que se tiene amarrado en la garganta desde hace tantos años atrás y no se libera debido al sentido común, aquel que se tiene sostenido por cuerdas tan delgadas que la razón soporta en sus hombros, aquellos hombros tan desgastados por las suposiciones de aquellos que pensaron antes que yo.

El silencio me acompaña,
También la lluvia...
El suave viento convertido en ventarrón
Oprime mi pecho
Lo invita a decir lo indecible
Le comparte la gracia de ser libre
El mar, a lo lejos...
acecha contra aquel ventarrón
Defendiendo la libertad de elección
La cual no tiene
Pues la luna, bella luna
Imprime sus deseos sobre la marea
Y lo deja a la suerte de los hombres
Con olas embravecidas
Busca la justicia
La justicia que el viento no conoce
Los árboles son el campo de batalla
Reciben la brisa marina
Se tambalean por el viento airado
Y mis razones para ser libre
Estas razones
Se aferran en el horizonte

Y el silencio me acompaña,
También la lluvia
Sinceros acompañantes
Confrontan su destino
El primero con calma
La segunda con sinceridad
Y yo en el centro de esta tempestad

Las letras azules se destiñen por algún lado y la lluvia comprende su destino. Se aleja a otro paisaje, a otros habitantes para otorgarles una pausa, la pausa que todos necesitamos de vez en cuando, la de escucharnos y llegar a un acuerdo con nosotros mismo en lo que queremos hacer. Por lo demás, mi vida seguirá agitada por el trajín de estos días, seguiré viajando de una hora y media a dos horas, seguiré pensando en escribir más, seguiré olvidando llevar en mi morral aquel lapicero de siempre y el cuaderno de turno con las hojas ajadas.


18.4.10

16 de abril

Me gusta caminar, sobretodo cuando hay tiempo para pensar y reflexionar sobre cualquier circunstancia que me haya tocado o tocará vivir. Me gusta, al paso que voy, observar lo que se me presente en el camino, vale decir, árboles, paredes, personas, paraderos, casa, edificios, parque, nubes, luna, estrellas, en conclusón todo lo que se puede observar cuando uno camina.

Hoy no fue la excepción y dada la oportunidad decidí caminar por centro de Lima, bueno cerca al centro, para ser más exactos. Caminé por el Parque de la Exposición, luego avancé por 28 de julio hacia el cruce con la Av. Salaverry y finalmente por la misma avenida en la cual se encuentra mi centro de prácticas o como prefiero llamarlo "el trabajo". Durante ese paseo pude observar ejemplares de arte y con una suerte de "desapercibidas" (eso eran para mi hasta hace unos minutos) tengo la certeza que podemos observar muchas obras de arte naturales y procesadas (XD) en nuestro andar por la vida.

El primer ejemplar del cual me percaté fue una pared donde se escribía una frase de Ricardo Palma que decía "Hijo soy de mis obras pobre cuna / el año treinta y tres meció mi infancia / pero así no la cambio por ninguna" frente a esa pared se muestran esculturas de personajes danzando canciones representativas de mi país. Ese entorno se tornaba un poco más agradable debido al sol que se asomaba como en verano, detrás de los árboles de abril y aquella pared inscrita con frases reminiscentes.

Continué caminando por la vía urbana, cruzando la pista y observé aquel monumento erigido a Jorge Chavez con seres que daban la impresión de atravesar el espacio determinado por la escultura alrededor de aquella pirámide enigmática, para mi claro está. Y por un momento quise pensar que puedo volar.

Ya en la avenida Salaverry, al inicio de la pared que está al frente del Campo de Marte se encuentran varios murales hechos en mosaico representando los departamentos del Perú con sutil expresión artística y disposición de las piezas muy acertada me acerqué un tanto para captar los detalles y me agradó encontrar juegos de colores y diseños agradables al gusto. Dí la vuelta y observé a Marte entre las copas de los árboles desde mi perspectiva. Y por un momento quise pensar que tenía una cámara fotográfica a la mano.

Al llegar al trabajo observé cómo el borde de la entrada principal está finamente bordado con esculturas representando personajes trabajadores. Y por un momento quise pensar que tenía que escribir.

7.4.10

Sobre la indiferencia aprendida y arraigada

Estaba cansado, saliendo del trabajo en Jesús María para ir a Miraflores a hacer una diligencia académica. En el viaje en la combi delante de mi estaba sentada un mamá joven con su pequeño hijo, me percate de ellos por el cabello crespo del pequeño y sus berrinches. El pequeño, inquieto por demás, cuando no podía hacer lo que quería pues los brazos de su madre no le dejaban amplitud de movimiento entonces le golpeaba en la quijada, ella sin saber qué ocasionaba sólo le amenazaba con pegarle y gritaba cuando el niño le respondió también con un grito ¡cállate!. Me sorprendí que la joven madre no tenía las herramientas emocionales y cognitivas para reaccionar frente a esa situación, imaginé cómo podría ella criar al pequeño y no quise pensar más en cómo le disciplinaba comprendí que hasta cierto punto le era indiferente y que no se preocupaba por la educación de valores y conductas sociales que mas tarde serán de utilidad al pequeño en esta sociedad convulsionada tantas veces. Me imaginé al pequeño en unos años más adelante, también imaginé a su padre en la actualidad y lo que sería una probabilidad su indiferencia por criarlo o participar en una disciplina conjunta con su madre.

Con eso comprendí que este niño estaría desprotegido en el aprendizaje de la conducta social y las herramientas emocionales de afronte ¿qué sería de él cuando sea mayor?¿cómo criaría a sus hijos si no pudiera aprender una forma adecuada (esperada, o requerida)? No lo sé, pero no quiero pensar en que siga la cadena de indiferencia por generaciones, espero que algún día ese pequeño niño se preocupe por saldar sus cuentas pendientes con el pasado una deuda legada por sus padres pero que si en su tiempo se puede saldar entonces sólo así podrá pensar en un futuro mejor.

Luego, estuve caminando por las calles alrededor del Parque Kennedy. Observando la decoración de los restaurantes y las temáticas propuestas junto con el ambiente y los productos que ofrecen, entonces me cruce con una cafetería muy agradable, un señor en una de las mesas pequeñas aprovechando una pausa en medio de toda la actividad de los transeúntes tomaba su tacita de café mientras leía el periódico, por su lado caminaba un señor con dificultad apoyado en su bastón y sin pensar en nada sino sólo llegar a su destino pronto. El primer señor sólo le miró y siguió tomando su café. Creo que de eso se trata la indiferencia arraigada...

Creo que tenemos mucha responsabilidad por cumplir con nosotros mismos (primero), saldar deudas (aprendidas).

1.4.10

Arboles de Abril

Es un nuevo mes, me encantaría saber qué es lo que vendrá... claro pues ahora que este mes traerá algo nuevo. Tengo trabajo y es uno de las mejores decisiones que alguien tuvo que tomar acerca de mi. Vendrán nuevos retos principalmente, vendrán nuevos estilos de vida, vendrán nuevas decisiones y vendrán nuevas historias. Será como árboles que nunca vi, árboles con los que soñé ver en algún momento, árboles que estarán pintados de varios colores y sombras además de brillos.

Ahora ¿por qué me refiero a árboles? En este lado del mundo (es supuesto que) empieza el otoño en abril. Me encantó desde siempre ver representado el otoño con hojas de higuera en matices marrones sobre el suelo que conferían un ambiente sepia en el ambiente, o bueno, eso me pasaba por la mente en meditación y mi imaginación acompañaba el sueño. Sin embargo, eso no ocurre cerca a donde vivo, mas bien, los árboles mantienen sus hojas y sólo ocurren cambios de clima hacia menor grado y el descenso de neblina con alguna garúa semanal oportuna para el uso de casacas y gorros. Aunque algunos califiquen de "terrible" el clima, suelo disfrutar de él en cuanto se empiezan a sentir sus bajas de temperatura y vientos. Claro está que en algunas oportunidades no se puede disfrutar bien debido a que una gripe sobreviene a razón de un descuido o cuando las circunstancias te impiden estar afuera por razones académicas, sin embargo este mes no será así, este mes podré mirar a través de una gran ventana la caída de la neblina sobre las calles de Lima y sonreiré porque ha llegado el otoño, como todos los años suele llegar, aunque singular cada vez que esta presente.

Cada árbol tiene una constitución única, aquella que algunos arquitectos envidian y que algunos de ellos utilizan para darle detalles a las estructuras orgánicas, el obtener el sustento de su base, la misma base que los mantiene firmes, aquella base que es difícil de mover es la que resiste el florecer y desarrollar del ser viviente lleno de clorofila y en constante dinamismo por sus sinuosas ramificaciones que integran en sí mismas el sentido del existir de la planta. ¿Acaso serán así los nuevos retos? ¿Acaso tendrán sinuosidades que desentrelazar y recorrer para conseguir el objetivo que busca la empresa, el desarrollo? Y espero aportar en lo posible para que se consiga aquel objetivo. Esto no sólo me ayudará a mi a aprender más en la praxis de mi carrera sino también aportará al colectivo para que el trabajo sea sostenido y equilibrado. Algo parecido a un árbol.