Páginas

6.11.12

Recuesta tu cabeza sobre mi pecho / Me haces mucha falta

Recuesta tu cabeza sobre mi pecho
Quiero retener este momento
En el recuerdo de los dos

Recuesta tu cabeza sobre mi pecho
Yo te abrazaré
Jugaré con tus cabellos

Tu soñarás
Respirarás al ritmo de mis latidos
Dormirás
Compartiremos la vida juntos

Tu allá, yo acá
Viceversa
Pero siempre juntos

Recuesta tu cabeza sobre mi pecho
Te susurro cuentos
Incompletos, sin final

Sueñas lo que te narro
Los finalizas
Con continuará mañana

Nuestra historia es así
Termina en un continuará
Cada noche después de decirnos
Hasta mañana mi amor

Recuesta tu cabeza sobre mi pecho
Escucha lo que te dice mi corazón
Está alegre
Estamos juntos

Sonries mientras sueñas
Quiero soñar lo que tu sueñas
Encontrarnos en nuestros sueños
Continuará...

***

Me haces mucha falta
Cuando quiero escuchar tu voz antes de dormir
Cuando pienso abrazarte
Cuando el silencio inunda los recintos de mi pensamientos
Cuando tu voz hace eco en mi recuerdo

Me haces mucha falta
Cuando camino y no encuentro tu espalda en mi abrazo
Cuando tus besos desaparecen
Se van lejos
Me enfrío
Cuando no veo tus ojos, tu mirada secreta
Cuando tu sonrisa no está para contarme historias, travesías

Me haces falta
Cuando el cielo se nuebla y la lluvia no cesa
Cuando necesito que recuestes tu cabeza sobre mi pecho

4.11.12

Resiliencia

Diego, hubiera querido llamarse así. Lamentablemente sus padres no lo decidieron de ese modo. No lo conozco mucho pero en lo poco que lo conozco pude deducir al que creo que es necesario en estos tiempo de luchas perdidas.

Diego nació en situaciones difíciles, la cicatriz en su brazo y su mirada semiprofunda y esquiva son reflejo de aquello. Lo que me cuenta le hizo madurar de forma abrupta, en el afán por sobrevivir al entorno sus capacidades física y mentales se adaptaron al continuo desconfiar y el estar alerta a defender su territorio físico o mental. He ahí la razón de sus resistencias al momento de indagar un poco más sobre su vida.

Noto interés en ser genuino pero también en no narrar mucho de sí por evitar vulnerabilizarse. Hablamos de sus aficiones, no tardo mucho en reconocer que el fútbol es su terapia y adicción al mismo tiempo.

Diego, sueña ser como los grandes futbolistas y antes de dejar de soñar recuerda que tiene otras prioridades. Otras necesidades de dinero, autoestima, reconocimiento y apoyo familiar que se superponen al sueño de jugar en un club grande y ser famoso.

"Quiero lo mejor para mi familia y creo que debo esforzarme porque ellos se están sacrificando por mi y sé que puedo apoyar también con mi trabajo".

Sus palabras engloban interés por dejar de seguir el camino que los jóvenes de su entorno siguen fácilmente, el conformismo. No. Diego busca el cambio de sus hábitos negativos. 

¿Tal vez la muerte pronta de su padre lo llevo a reflexionar respecto a ello? Me pregunto como queriendo buscar un hilo conductor entre los factores de riesgo predominantes en su entorno y su decisión de cambio, su resiliencia. No puedo darme una respuesta así la quiera encontrar pues no tengo los medio para interpretar lo que sus creencias y actitud le dictan.

Diego es temperamental, deshabituado al orden, mentiroso quizás, un poco rebelde, por ahí se le han de escapar algunas lisuras. Pero su determinación me hace confiar que está dispuesto a frustrarse y chocarse una vez más con la realidad y así levantarse, avanzar hacia el cambio sólo por conseguir su sueño: "ser alguien en la vida" como el intenta describir a ello que lo impulsa a buscar un status quo distinto y más favorable para el bienestar colectivo. Ese sueño es el que sigue anhelando y que compartirá en algún tiempo con sus hijos, narrará en secreto a las estrellas antes de dormir y que añorará cada vez que toque el balón en una pichanga y aprenda una nueva lección de vida.

17.10.12

Sol/Luna

El sol solía salir temprano; la luna un tanto después a veces de día otras de noche, a veces partida, a veces completa, la razón no la acompañaba porque se notaba un poco distraída, algunas veces cerca al mar, otras, negándosele.

El sol solía vivir sonriendo; la luna, no. A veces, feliz sin nubes, a veces, triste, a veces radiante en verano, a veces tímida en invierno. El humor no era tan estable junto a ella, tan sólo era ella, en los días que gustaba ser luna y en los días que gustaba no mirar a la tierra.

El sol solía cuidar de la vida de los habitantes de los planetas; a la luna sólo le importaba la Tierra, cuando estaban dispuestos a admirarla, cuando le cantaban contándole de amores distantes, cuando era testigo de secretos, escapes, comedias y tragedias, cuando los habitantes de la Tierra se refugiaban a su reflejo.

El sol solía regalar su calor en verano; la luna quería brillar todas las noches, no podía, lloraba cuando estaba de espaldas a la Tierra, y reía las veces que estaba de frente. El momento difícil era cuando estaba de lado, no sabía que hacer para mirar de frente. A veces lo lograba pero ya era hora de amanecer. A veces se quedaba mirando de frente durante el día, algunos la notaban, otros olvidaban que conversaron con ella, que la conocían siquiera.

El sol solía regalar su abrigo en invierno; la luna quería que la conocieran de verdad, no podía, sabía que llegaría el día de ser la protagonista de las noches más frías en las ciudades frías, años atrás le habían tomado muchas fotografías, cuando dejaba ver sus mares, lunares, sombras. Intentaba regalar calor, daba luz, intentaba cobijar a los habitantes, daba silencio, intentaba alegrar a los románticos...

El sol solía dormir temprano; la luna, como llegaba tarde, le gustaba irse tarde también. No avisaba cuando iba a llegar, nadie sabía cuándo se iba a ir. No quería faltar, ni sobrar en ninguna reunión, así que antes de tomar una decisión, la voluntad primaba sobre el deber.

El sol solía soñar en naranja, violeta y rojo; la luna soñaba con cohetes, romances y viajes. Recordaba las historias que se inspiraban los escritores a su luz, que no era su luz sino sólo el reflejo del sol en su irregular piel. Soñaba también con auroras boreales y australes, cuentos al calor de las fogatas en medio de los bosques.

El sol solía dar su luz hasta de noche; la luna se aprovechaba de ello y paseaba por el otro lado del mundo mostrando a los noctámbulos que ella también tenía su belleza, sus mares, lunares y sombras. Gustaba ir de paseo por lugares emblemáticos, colocarse atrás de Las Pirámides, Abu Simbel, Taj Majal, Petra, La Meca, Jerusalem y todo tipo de templos.

El sol solía ser lo que pensaba ser; la luna era lo que quería ser. Cada vez que se cruzaban en firmamento, el sol le sonreía de lejos, ella le respondía con una mirada y no se decían nada.

Un día, como siempre llega "el día" en los cuentos, el no le sonrió, ella no le miró y desde entonces, no se hablaron jamás, a pesar de que el sol dependía de ella para dar su luz al otro lado del mundo y la luna dependía del sol para ser admirada cuando ya la luz se había ido.

9.10.12

Lunes Feriado

El viento se pasea sobre el vacío, a lo lejos la niebla cubre el horizonte pero no cubre el vaivén de las olas. La brisa del mar se acerca a mi rostro y me conversa, me dice que todavía es momento de esperar. Lima, incomprensible toda, inestable, impredecible, en estos días se muestra más difícil que antes. El mar al frente se muestra calmo, esperando paciente el verano cuando recibirá en sus costas a todos los habitantes de esta urbe cada vez más poblada. 

Es feriado, tengo muchas ganas de olvidar las responsabilidades laborales y salir a caminar, una actividad que dejé de hacer hace mucho y que me cuesta la sobrecarga de estrés que experimento cada cierto tiempo. Decido salir. Ir lejos. Pensar y hasta conversar conmigo. Imaginar escenas, dibujar en el espacio, cantar para mi, contarme secretos, sorprenderme con lo que se me puede ocurrir y saber que tarde o temprano he de regresar con los pies cansados, con mi mente recreada, con las ganas de enfrentar el mañana de trabajos y con la promesa de regresar a tener un día así después de haber alcanzado una meta, un objetivo secreto, un compromiso personal, un premio, un engreimiento.

Lunes sin trabajo, suena extraño tan sólo escucharlo pero es cierto. Lunes, como pocos. Lunes que despierto y a pesar de dolerme la cabeza decido que no me afectará en lo planeado, ir de paseo. Tomo el carro que me lleva a través de medio Lima para llegar al paradero del Metropolitano. Almuerzo. Visito  un centro comercial donde me cruzo con polos skaters, hippies, hipsters, metal, tiendas de videojuegos, tiendas de videos, tengo la tentación de comprar la tercera temporada de House pero me digo que tengo mucho por hacer este mes y que si me detengo a ver la series puedo procrastinar tanto que no llegaré a cumplir con la meta, busco materiales deportivos, encuentro stands con peras de box, protectores para los sparrings, colchonetas, zapatillas para todo tipo de actividad, pelotas de fútbol, básquet, rugby, tenis, frontón, entre otras cosas más. Me aturdo y decido seguir mi camino. Luego, voy a tomar mi carro. Bajo a la estación del Metropolitano y encuentro una escena de una pareja encontrándose a la entrada de un embarque, tengo un deja vu de hace más de un año. Recojo mi memoria y prosigo. "Te extraño G" repite mi mente a través de un latido.

Tomo el carro y espero.

Bajo en el paradero que planeé. Camino hasta el parque Kennedy, alguna vez llegué ahí de niño para observar un espectáculo criollo en el anfiteatro, creo que ya no es muy usual ahora, pero la brisa que recibí entonces y ahora es la misma. Una brisa de descubrimiento, de que el tiempo sobraba y de que, ahora que conocía mucho más el lugar, tendría tiempo para caminar aún mas por ahí y sus alrededores.  Me percaté que había una muestra de humor gráfico que llevaba un mensaje claro respecto a la conservación de nuestro planeta, con creatividad y raciocinio, una excelente forma de despertar el interés y preocupación por mejorar nuestras condiciones de vida y supervivencia en nuestro mundo. 

Fui a un mall, a ver algunas prendas de vestir, juguetes y muebles. Pronto me encontraba caminando entre pasillos de ropa, artículos deportivos y electrodomésticos otra vez, sólo que dispuestos y ordenados de otro modo.Caminé como observando todo y buscando nada. Revisé, según mi interés que primaba, algunos monitores, laptops, raquetas de tenis, pelotas de basquet, bicicletas estacionarias, juguetes educativos, juguetes de dibujos animados, reposteros, juegos de sala, adornos, entre otras cosas más. El tiempo me llevo a pensar que debería aprovechar mi estadía por ahí para ver el mar y conversar con su susurrante brisa. Así lo hice.

Aquella conversación me trajo convicciones y aciertos respecto a lo que quiero y puedo hacer por el futuro. Hay poco de lo que puedo contar respecto a ello, pero espero que se sepa muy pronto.

Se hizo un poco tarde y ya quería regresar a casa. Recordé las conversaciones por el teléfono con G y su preocupación por mi salud durante el paseo, le avisé que me encontraba mejor, que ya no me dolía mucho la cabeza y que desearía que ella estuviera conmigo entonces para poder caminar y disfrutar del paseo juntos. Sé que volverá a ocurrir y será pronto. Creo que lo que ocurrió me trae a reflexionar que siempre es bueno darse tiempo para uno. Que siempre es tiempo para conversar con el mar. Que siempre es bueno pensar hacia el futuro.

27.9.12

Flashbacks de Rivendell

En Rivendell.

La lluvia cae liviana sobre los techos a doble agua. Cabañas y casas peculiares extendidas en todo el territorio armonizando con el ambiente, una selva entre montañas. Me siento en la sala de espera. Acabo de llegar de un viaje de diez horas desde las costas de La Comarca a esta tierra poco visitada. La lluvia me encontró en la mañana y ahora me sigue. El pueblo es tranquilo, poco bullicioso y pequeño. Gran parte del paisaje es colmado por árboles distintivos de la zona y nubes cercanas que pasean cerca de sus copas. Rivendell, distinto a cómo lo imagine.



En casa.

La costa no está colmada de tantos árboles, a no ser que estés cerca al valle de un río y aún así no es suficiente. Las nubes del invierno cubren el cielo y la sensación de frío se siente entre la ropa y la piel, a veces llegan vientos fuertes y es preciso utilizar un abrigo para evitar coger un resfrío. Los hábitos cambian, estar en casa, abrigarse, tomar una bebida caliente, dormir temprano, querer dormir un poco más en la mañana.

En Rivendell

Los cielos juegan con las nubes a las escondidas. El clima se mantiene en una temperatura adecuada como para no sentir bochorno por el calor ni temblar de frío. La lluvia le otorga un equilibrio cada cierto tiempo y el sol después de ella provee lo que la tierra necesita para resistir el caminar de los pobladores. Nos encontramos juntos, me aferro a tu brazo para no separarme de ti. Hace mucho que no compartimos tiempo y es ahora cuando podemos sonreir.

En casa.

Las imágenes vienen y van, a veces siento que puedo abrazarte tan fuerte como entonces, sé que no pasará mucho tiempo para volver a hacerlo pero ¿qué sabe el tiempo de urgencias si siempre tiene el mismo andar? Repaso en mi mente lo que vivimos entonces.

En Rivendell.

Fuimos a caminar por las riveras del río que divide Rivendell. Tus mirada me explicaba lo maravilloso del lugar donde nos encontrábamos y yo deseaba captar todo cuanto me decías. Las nubes escalaban los cerros inquietas. Tú, reconociendo cada árbol y fruto, yo, admirándote. Tomo tu mano y sonrío. Estoy contigo.

En casa.

Miro mis manos vacías, estabas aquí hace unos instantes. Te extraño.

En Rivendell.

Fuimos a hacer deporte. ¿Qué sería de ti sin el deporte? No me lo imagino. Verte jugar, disfrutar del ejercicio, sonreír en cada acierto, motivarte y motivar a tu equipo en cada desacierto, estar en actividad me alegra tanto como a ti vivir ello. ¿Qué sería de mi sin tu amor por el deporte? No me lo imagino.

En casa.

Estoy sonriendo al vacío. Te amo. Te llamaré para escuchar tu voz. Para conversar como solíamos hacerlo, juntos, descansando de toda actividad, dormitando, en medio sueño y media realidad. Y te abrazaré y daré un beso como los que te dí en Rivendell, como los que te daba en casa, como los que te gusta recibir, como los que te daré la siguiente vez que estemos juntos.

En Rivendell.

La noche llegó. Cenamos. Caminamos. La luna sonrió.

17.9.12

Spiegel

Eres un ser humano con dsitinto pensamiento
Pensamiento divagante
Viajero y soñador
Me refiero a ti y a tu pensamiento
No puedes estar en un sólo lugar al mismo tiempo
Necesitas estar desfasado
Amas no estar estando
Pensar en lo que puedes hacer
En lo que se debería hacer
Y mientras piensas no lo haces
Flojo e impaciente
Me refiero a ti y a tu pensamiento
Siempre a la vez, siempre unisono

¿Acaso algún día te perdonarás?
¿Acaso sabrás vivir el día como antes?
¿Cómo cuando los juegos no eran tan complejos?
Como encontrar una piedra
Como lanzarla al río
Como ver el salpicar, los vestigios del golpe
Como dejarse llevar por la corriente y quedarse pensado en la nada
O en todo
Otra vez en dos lugares al mismo tiempo

Eres alguien que teme decir lo que piensa
Lo sabes, lo ocultas, lo traduces, lo interpretas
Lo dices incompleto
Lo intentas completar
Siempre intentando decir algo mas
Algo más allá de lo que siempre se dice
A veces lo logras pero no lo dices en voz alta
Lo guardas para escribirlo
Lo olvidas y divagas en el afán de recordarlo

¿Despertarás en algún momento para vivir?
¿Tomarás la decisión de saber que la vida es acción?
¿O la mirarás de lejos como estás acostumbrado?
No juegues a que puedes ser un tercero
No pienses que deberías saberlo
Por momentos reaccionas, vives
Por episodios únicos y especiales
Luego recaes
Te hundes
Piensas en mucho y en poco
Sabes que lo debes hacer, sino no serias tu
¿Pero puedes intentar pensar de otro modo?

Despiertas
Un techo
Luces
Colores
Estás vivo de nuevo
Estás vivo y lo confirmas con un respiro profundo
Un dolor inacabable de espalda y una sonrisa extraída de tu sueño
Una vez mas una oportunidad
Para descubrir lo que el Universo tiene de nuevo
A través de los números
A través de las letras
A través de la música
A través de lo que te ofrece la Vida
Un olor, un sabor, un rasguño, un dolor
Las circunstancias se arman, se construyen
No hay una historia escrita, hay una conjunción de posibles historias
De rutinas, de costumbres, de creencias y procederes
Todo se amplía, todo se complica

Eres quien sueña
Eres quien vive en su futuro
Cuando te quedas viajando en la fantasía de tu imaginación
Cuando no quieres que te despierten
Un sonido estridente
Estás de vuelta
No sueñes mas
No
Ya no

Eres quien se propone enfrentar la vida
A tu tiempo
A tu manera
Siempre queriendo no hacer lo convencional
Siempre terminas haciéndolo, aunque sea en parte
Sabes que no te gusta
Sabes que no puedes ir en contra
Sabes que debes respirar
Mirar al frente y comprender la realidad

Eres alguien no cree en fantasías, las construyes para ti
Las destruyes después de un tiempo
Para reciclarlas, entenderlas, asemejarlas al diario vivir
Entender la realidad desde la fantasía
De eso se tratan los sueños
De eso se trata la vida

Eres quien crees ser
No eres quien parecer ser
Aunque de algo sirve decir lo piensas
De vez en cuando
Cuando te lo permitas
Sólo aprende
Que antes hubieron otros
Que también soñaron
Y aprendieron
Que después habrán otros
Que también soñaran
Y deberán aprender

6.9.12

Boda de ensueño

Lejos, en el país de los sueños.

El jardín verde se extendía en sus límites, libre
Los árboles alrededor evitaban que se vaya
Un canal dividía el espacio, lo compartía y partía
Los asientos dispuestos para el evento
Y el altar blanco, perfecto en su simetría, completo.

Los invitados esperando expectantes
Los cielos celestes, abiertos
Con la visita de unas nubes de algodón
Con el sol radiante en el horizonte
Con la sonrisa a cuestas
Como despertando de un sueño feliz
Como no queriendo despertar

Pronto llegarás, es tu día
Nuestro día
En que ya no seremos más el uno y el otro
Seremos ambos, nosotros, tu y yo
Una familia, dos vidas compartidas
Amor prodigado, respeto y comprensión

Antes de que llegues tengo que esperarte
Ingreso
Paso a paso
Despacio hasta llegar a mi lugar
Donde te espero, donde pienso
¿Cómo te sentirás?
¿Cómo puedo darte tranquilidad?
¿Cómo? Si yo también estoy nervioso
Si yo también deseo que este momento sea infinito
Al mismo tiempo que corto
Para verte llegar a casa
Para verte llegar a mi lado
Para verte esperándome en ella
Para verte tomada de mi mano
Para jugar con las luces en la terraza
Para jugar a que somos novios, esposos y amigos
Para dormir juntos y soñar lo mismo
Para despertar juntos y recordar lo vivido

La música cesa, un silencio cómodo
La espera cuenta los segundos
El tiempo va más lento
El corazón golpea cada latido
La música inicia, tus pasos se acercan
Tu vestido se deja ver poco a poco
Ingresas, alegre
Paso a paso
Despacio, del brazo de tu padre
Me acerco
Nadie más está, todos sólo miran
Viven a través de nosotros
Sonríen, lloran, sueñan

Pido permiso a tu padre con una venia
Tu brazo tibio se acerca al mío
Te aferras a mi
Te abrazo con la mirada
Te beso con una caricia
Me miras como me gusta que me mires
Sonríes y sonrío contigo
Vamos juntos a compartir este momento
Un momento blanco con bordes de luz

La ceremonia se da lugar en el proscenio natural
El pastor inicia la meditación
Nuestros familiares y amigos escuchan el mensaje
Y llega el momento de los votos

Los representantes de nuestra familia recogen los cantaros de agua
"Nosotros compartimos su alegría
Sabemos de lo felices que están
Tomando esta decisión ante Dios
Ahora, nos comprometemos a velar por ustedes
Como padres, hermanos, tíos, primos, abuelos y familiares
Vamos con ustedes en el río de la vida
Para aconsejarles sobre el rumbo de su caudal
Para acompañarlos en las decisiones que han de tomar."
Dejan fluir en contenido a través del canal que divide el espacio
Lo comparte y parte

Los representantes de nuestros amigos recogen los cantaros de agua
"Nosotros compartimos su alegría
Sabemos de lo felices que están
Tomando esta decisión ante Dios
Ahora, nos comprometemos a acompañarlos
Como amigos, hermanos de aprecio,
Compañeros de viaje sobre el caudal del río de la vida
Para aconsejarles cuando lo necesiten
Para acompañarlos en momentos de turbulencia y de solaz."
Dejan fluir el contenido a través del canal que divide el espacio
Lo comparte y parte

Recojo el cántaro de agua
Y presento mis votos
Te los describo con las frases que puedo hilvanar
Con la retórica que me permitan mis ideas crear
Con el nerviosismo contenido
Con mi voz adelantándose a lo que digo
Intento con ello expresarte
Lo que en mi vida percibo
Lo que compartimos
Y que recordaremos después de lo vivido
Dejo fluir el contenido a través del canal que divide el espacio
Como elemento del río de la vida
Aquella vida que prometo vivir junto a ti

Te toca a ti
Veo tus manos recoger el cántaro
Aquellas que enlazaba para caminar
Aquellas que acariciaban mi espalda en un abrazo infinito
Presentas tus votos
Tu voz acompaña las palabras, cada sonido
Las palabras fluyen y entiendo lo que me dicen
Lo que me dices
Lo que me quieres decir.
Te amo y tu me amas.
Dejas fluir el contenido a través del canal que divide el espacio
Como elemento del río de la vida
Que se une al rumbo de la mía
Aquella vida que prometes vivir junto a mi

Luego todo el tiempo se trató de reprimir
Ahora deja llevar su premura
Somos esposos
Familia, nosotros.

Cerca, tengo que despertar.

Ich Liebe Dich G.

10.8.12

Wlad


"El recuerdo de personas valiosas es difícil de borrar, 
más aún si te enseñaron un poco más sobre el arte de vivir."

***

Un amigo, un compañero de estudios, un ser que proyectaba alegría a pesar de los problemas que pudiera estar experimentando: Wlad. Hace poco fue su cumpleaños, y creo que muchos de quienes llegamos a conocerlo recordaremos su gusto por la música, los chistes y la vida.

Llegó un día a clases, era lunes, creo. Lo resaltante en su rostro era aquel lunar, algo que, me imagino, ya estaba acostumbrado a mostrar y reconocer el asombro en los rostros de sus intelocutores. Éramos adolescentes cuando compartimos salón de clases con él y pronto todos lo llegamos a considerar nuestro amigo. Si no me falla la memoria tanto como creo, nos acompaño por dos años de estudio, hasta que tuvo que regresar a su país en la búsqueda de su sueño, tocar en la Orqueta Sinfónica de Quito. Lo logró.

Recuerdo que ese primer día, llegó con su prótesis de la pierna derecha, pronto nos enteramos sobre su historia. Ese lunar resaltante en su rostro era la razón por la que habrían tenido que amputarle la pierna hacía unos años antes que lo conozcamos. Había sido una situación crítica ya que gustaba mucho del fútbol y de movilizarse a voluntad. Pero al conocerlo supimos que ya había aprendido a lidiar con esa situación y lo compensaba con su buen humor. Se hizo muy amigo a un compañero que llegó de Chile, Daniel. Compartían el gusto por el playstation, en especial por el videojuego de Tony Hawk, del cual ya sabían todos los trucos y cuando digo todos es cierto pues recuerdo que en alguna visita en que los vi jugando me pareció ver un spiderman como skater que volaba por los rieles de equilibrio sobre los edificios, algo que jamás en mi vida pude haber imaginado que era posible en ese juego. En fin, fue en ese momento cuando reconocí que no debía compadecerme de alguien por su condición física. Él tenía el mismo derecho de sentirse parte de nuestro grupo y compartir nuestras mismas actividades sin restricción. Comprendí que mis pensamientos, que evidentemente hasta ese entonces no habían sido confrontados, eran rígidos y cerrados respecto a cómo relacionarme con personas con discapacidad y me incapacitaban en ser inclusivo. Aprendí mucho entonces y Daniel me enseño ello sin siquiera saberlo.

En otro momento del año escolar, en una reunión formal, lo ví salir a la plataforma, también con Daniel a tocar una de las canciones más agradables que ese año escuché. Daniel en el piano y Wlad en el cello empezaron a hilvanar las notas de modo tal que la canción en su sencillez tomó un matiz singular. Era una canción que había escuchado de mi madre y ella de mi abuelo: "Oh Buen Maestro Despierta". Trataba de la historia de los discípulos y Jesús en un barco saliendo de Capernaum que era amenazado por una tormenta. Los discípulos impotentes de luchar contra la naturaleza dieron aviso a su Maestro para que advierta el peliigro inminente. El coro decía:

Los vientos, las ondas oirán Tu voz
¡Haya paz! ¡Haya paz!

 A partir de esta parte las notas iniciaban una escala agradable: 

Calmas las iras del negro mar
Las luchas del alma las hace cesar
Y ahí la barquilla do va el Señor
Hundirse no puede en el mar traidor

Una pausa pequeña, y seguía:  

Do quier se cumpla tu voluntad
¡Haya paz!¡Haya paz!
Tu voz resuena en la inmensidad
¡Paz! ¡Haya paz!

Considero que esa paz de la que hablaba la canción estaba con él. Al conversar, en los pocos diálogos que pude tener, reconocí que no buscaba ya respuestas a todo cuanto le pudo haber sucedido, él la tenía una respuesta mayor: Dios lo guiaba.

Un tiempo después de haber terminado el colegio, cuando regresó a Ecuador y cumplió su sueño. Nos cruzamos por Facebook, pronto establecimos contacto y me comentó que estaba de gira con la Sinfónica. Aún están sus fotos por Europa, con Raúl Di Blasio (uno de sus artistas preferidos, imagino), con sus hermanos (que son muy buenos con la música también), algunas instantáneas de cuando era niño, en su casa, en su escuela, jugando fútbol y abrazando a su seres queridos.

Wlad, un amigo que me enseñó a querer más la vida. Me enseñó a reír de lo ella nos ofrece. Ya está descansando pues no pudo lidiar con las vicisitudes que aquel lunar que nos hacía reconocerlo le trajo. Hace poco fue su cumpleaños, pues aún vive en nuestro recuerdo. Y si llegara a reunirne con él en un futuro, me encatará recordar algunos chistes que compartimos en el salón de clases y escuchar nuevamente ese cello.

17.7.12

Shh...

Cuando callo
Me escucho
Cuando callo
Lo que diría
Cuando callo
No lo querría


Es difícil oír
Es difícil no decir
Pues cuando callo
No lo digo
No, no...
No es eso lo que quiero

11.7.12

Vigilia

Mi sueño es vivir contigo.
Mi sueño es despertar contigo.

Por eso duermo feliz,
pues sé que pronto
despertaré
y ya no será necesario dormir.

Porque mi sueño,
tú,
estarás conmigo.

Porque mi descanso,
tú,
eres mi realidad.





26.6.12

El juego

¿Cómo empezó todo esto?¿De dónde es que aprendimos a jugar?

El juego es para el ser humano (infante, niño, preadolescente (y es que ahora les gusta diferenciarse), adolescente, joven, adulto y anciano) un medio de expresión natural. Como Freud propusiera, un método catártico. Tal vez Berne (no, no está mal escrito, pues me refiero al psicólogo no al escritor) hubiera dicho que el niño, la personificación de una de nuestras instancias, se muestra tal y como es; aunque yendo aún mas lejos diría que la raíz de nuestras interacciones es el juego, entendido como más que un proceso un medio para sentirnos nosotros, para ser quienes somos y para que los demás sepan quiénes y cómo somos.

El hecho de ver a un infante jugar implica entonces lo complejo visto de un modo sencillo y genuino. Juega porque siente que puede ser como es, juega porque quiere jugar, juega porque así aprende, juega porque es su juego y a veces te invita a formar parte de él, a veces quiere que tu incluyas tu juego en el suyo y otras por decisión propia busca la soledad en ello.

Para jugar vamos asimilando reglas que regulan el hacer trampa, un recursos para nunca perder, que a su vez es un estado que no nos gusta experimentar por hacernos sentir fuera del control del juego sino más bien sometido por él, entonces las reglas nos defienden nos amparan pero también nos limitan y nos someten (es ahí cuando el concepto de libertad busca mayor trascendencia que el de sentirse apto para hacer lo que la voluntad dicte sin afectar la voluntad ajena), evitan que nos sintamos perdedores y a la vez lo buscan, o al menos eso es lo que pensamos que hacen.

Las reglas se hacen cada vez más rígidas y minuciosas a medida que crecemos y el juego pierde su objetivo entre el abultamiento de palabras legislativas y asuntos de deberes y derechos. El juego ya no parece juego y lo único que queda es pensar en lo que se debe o no hacer y preguntarse si es lícito o no. La sensación de diversión, desahogo, alegría o esparcimiento se torna en aburrimiento, estrés, ansiedad y necesidad de afecto.

Por lo tanto, hace falta jugar. Hace falta encontrar actividades que fomenten la expresión natural de uno mismo, recuperar las reglas que tuviste, esas reglas sencillas que te dibujaban una sonrisa en el rostro y tu corazón palpitaba con energía. Hace falta jugar más ese juego que se llama Vida.


6.6.12

Schriftsteller



Tiene la potestad para reflejar su verdad. Por lo tanto, a veces miente, a veces no. Se hace un as de la fantasía y también cercano a la verdad pues la conoce de reojo, como cuando nos cruzamos con alguien por la calle, como cuando escuchamos el despegue de un avión. A veces incluso osa reconocerla mientras conversa con alguien o lee un texto, están muy cerca, pero sólo eso. Sabe que lo que tiene que hacer es describir lo que percibe, sabe que las percepciones le dicen algo sobre lo que realmente quiere contar pero ese algo le es esquivo. A veces lo busca y otras, escapa de ello, sin conocer su rumbo, sin siquiera percatarse por donde va.


Hubo una vez que salió a caminar, fue hace mucho. Recorrió calles largas, visito edificios altos, observó el paisaje atrás de lo urbano, a través de él también. Llegó a ponerse frente al mar, a darle la espalda, a caminar sobre arena, piedras, madera y cemento, a comer en la calle y en el refugio de su morada, a pensar en visitar el ferrocarril, a dormir en la estación, a contemplar la urgencia de los transeúntes y la paciencia de los indigentes, a visitar parques, estadios y emporios. Quiso observar todo como si fuera un tercero, intentando distinguir ese preciso momento en que todo se hacía genuino, sin patrones, sin parámetros, sin creencias con las que  sospeche lo que pueda suceder.


Vio a un niño que jugaba en el parque, escuchó lo profundo de su risa cuando bajaba por el tobogán, sintió el dolor que sentía el pequeño mientras lloraba después de que cayó sobre un charco al final de su juego favorito.Corrió hacia las faldas de sus padres y se refugió en la calidez de su regazo, intentó describir ese sentimiento hondo que arrebata el espíritu de los seres humanos cuando uno igual sufre, intentó explicarse porqué ese deseo de calmar el llanto de la criatura, trató de entender porqué hubo personas en algún momento de la historia que fueron inconsecuentes con esa emoción y por el contrario se negaron. ¿Qué pudo haber producido aquello?


Vio a una pareja de adolescentes encontrarse en el parque a escondidas de sus padres, entregarse cartas de papel cuadriculado y sonrisas tímidas de no saber qué hacer con esas nuevas emociones que los llevaban a quebrar reglas y les hacían sentir distinto como que si hubieran hecho algo bueno. Intento entender la nostalgia de recordar sus escapadas de casa y las cartas en clave que intercambiaba con su ahora esposa, trató de recordar cómo era ese sentir tan puro y sencillo. Pronto tuvieron que despedirse, pronto tuvieron que abrazarse en un segundo infinito, pronto tuvieron que salir de escena pues las responsabilidad de ser hijos aún estaba antes que la de deberse el uno al otro. ¿Por qué debería durar tan poco esa felicidad de experimentar el amor en su pureza y sencillez? ¿Por qué los abrazos infinitos no duran un poco más?


Vio a una familia salir del hospital y respirar aliviados, al parecer el anciano padre había pasado la parte más difícil de su enfermedad, sus hijos, con ojeras y aún recuperándose del desgaste de las veladas y soporte emocional recíproco, se miraban sorprendidos como aún no creyendo que todo había pasado. Se encontraban con sus hijos, que también los habían extrañado. ¿Por qué es tan difícil asimilar la felicidad? ¿Por qué es tan necesaria?


Vio a una pareja de novios salir de un centro comercial llevando algunas compras para su boda que estaba próxima. Los vio caminar como si el mundo fuera a su ritmo, los vio sonreír y jugar como si fueran los más grandes cómplices en la tierra. Se acercaron a una vendedora ambulante a comprar unas golosinas y luego siguieron su rumbo. No se percataron de la situación de aquella vendedora que acompañada de su hijo pequeño luchaban día a día por tener algo para enfrentar la vida que un sujeto les dejó al azar, uno que se hizo llamar esposo, padre y que tarde o temprano decidió irse. ¿Por qué podríamos pensar que es injusta la vida, si las decisiones que tomamos nos traen lo que buscamos? ¿Por qué no aprender a prever y planear pueden ser un objetivo inicial al empezar a tener uso de razón? ¿Por qué gastar nuestras energías en momentos importantes o irrepetibles si la vida misma es toda importante e irrepetible?


Al regresar a casa y enfrentar el papel blanco, limpio, inmaculado, insapiente de lo que podría contener, que solía enfrentar todos los días se dijo a sí mismo: Algún día podré describir la realidad que espero escribir, mientras tanto haré el esfuerzo por dejarme entender, así sea mi verdad, así sea mentira, así no comprenda a cabalidad todo cuanto deseo comprender, después de todo, en tanto sea más específico mejor podré dejarme entender, mejor me replicarán con sus opiniones, mejor sabré lo importante que es expresar lo que aprendo.


Y se puso a escribir, lo hubo aprendido...



28.5.12

Recuento Fotográfico II


Mira algo de cerca y descubrirás que es un milagro.


La encontré a la salida de un jardín, intentando subir una escalera. 
Un amigo reconoció que era una araña violín.


Llegó el frío y con él las tazas de café caliente.



Un flashback de los días en que G y yo salíamos a hacer footing juntos.


La curiosidad de siempre el cuatro es IIII y no IV.


Un ave levantando vuelo.


Un estacionamiento, luz encendida y muchas ganas de estar en blanco y negro.


http://unterlitch.blogspot.com


Una nueva aventura, un nuevo libro: Huckelberry Finn de Mark Twain.


Mientras caminaba una mañana nublada cerca a mi casa me encontré con este paisaje.


Todos los derechos reservados
© .zch.

17.5.12

Un viernes

Fue un viernes. Tomé el carro que me guiaría al Centro de Lima, para ser más específicos al Centro Cívico. ¿Mi objetivo? Caminar, un hobbie, una adicción. Conoces cuando caminas, conoces cuando vas a un destino sin premura. Llegué sin mayores apuros, caminé por donde pensé que caminaría un paseo breve por Real Plaza y luego hacia una tienda de sellos para hacer un pedido.

-Buenas tardes, deseo un sello con estas características.
-Si, si podemos hacerlo te costará tanto.
-Mmm. Esta bien. - No me quedaron mayores interrogantes.
-Por favor escriba en este papel lo que va a ir en el sello.
-Ok.
-Tomará una hora, si desea puede regresar.
-Ok.

Salí de la tienda con la sensación de que debía haberme quedado mas tiempo, sin embargo la idea de que G llegaría de viaje por el fin de semana me hizo desplazar la primera idea. Fui de regreso al foodcourt, en China Wok pedí ChiJauKay y Coca Cola, uno de mis pecados más arraigados. Y esperé. Me entregaron la bandeja y me enfrente a una realidad poco usual, estaba solo. La busqué y quise encontrarla guardando la mesa para comer juntos, no estaba. Caminé buscando alguna mesa, recordé que en el segundo piso también había un grupo de mesas. Subí las escaleras eléctricas y me sentí diferenciado pues en la escalera descendente iban personas con bolsas de ropa y yo sólo con mi bandeja de comida chinoperuana. 


Comí sosegado, parecía que el tiempo pasó lento con las personas a mi alrededor comiendo, conversando o leyendo el periódico. Terminé y decidí ir a ver algunos productos en Oeschle, como paseando, como planeando al futuro, como si se presenta la oportunidad lo compro, algo que usualmente hacíamos juntos y que se me hizo muy corto el tiempo haciendo por mi mismo. Caminé y me encontré con una pila de peluches de dinosaurio de todas las razas que alguna vez regresando de mi trabajo en el Ministerio vi, había uno en particular que me hizo recordar a los tiranosaurios hijos de la Mama Dino de la Era del Hielo 3.


Me llamó, y conversamos, su viaje estaba a la mitad y me recordó sobre un encargo que debía realizar cerca de ahí. Así que me dispuse a ir unas cuadras más abajo. Llegue a la avenida y busque una tienda donde puedan vender lo que estaba buscando. Pregunté en una tienda no tenían lo que buscaba, busque en otra, tenían algo que se parecía. Finalmente encontré e hice el pedido, me dijeron que esperara media hora. Tenía dos pedidos en espera y ambos tomarían el mismo tiempo desde entonces.


Salí de la tienda y me encontré con un grupo de gente. Un pintor, con spray en mano, realizaba su labor como se lo habían enseñado, aunque le asignaba un valor artístico a sus obras. Recordé cuando recién aparecían, esporádicos, los pintores urbanos. MI padre y yo paseábamos por Chosica cuando nos cruzamos con uno, muy culto por cierto, digo muy culto pues en el usual rito de repartir boletos de rifa éste regalaba a quienes contestaban algunas preguntas sobre literatura peruana, ese día mi padre respondió la mayoría de preguntas. Fue ese día cuando escuché por primera vez el nombre de Alfredo Bryce Echenique. En fin. Me encontré con ese grupo de gente y el pintor en el centro, pensé que que tal vez probar suertes por un cuadro onírico no me haría mal, y esto bajo la excusa de que hace tiempo no lo intentaba y que tal vez podría serme provechoso. Al terminar una de sus obras, proyectó fuego con un spray y su encendedor para que la pintura seque pronto, y la mostró para que su público viera cuan fácil era realizar una imagen de ensueño como esa.



Compré dos boletos, el pintor empezó con su discurso de siempre, que lo que recaudo por cada pintura es para conseguir mis aerosoles, que una pintura en realidad debe costar veinte soles, que por esta vez voy a sortearlos pero necesito que me colaboren. y le compraron y sorteó y salió el número ganador.



Ganó una señora, se la vio feliz. Decidí esperar un poco más y recoger los pedidos, luego caminaría de regreso, también paseando. Visité algunas librerías y me desvié buscando otras más. Buscaba novelas clásicas, no encontré. Llegué a la Plaza San Martín e imaginé la imagen que viene a continuación, no al detalle pero si algo parecido a ello.





Giré sobre mi sitio y me enfrente a una imagen que alguna vez pensé me encontraría en un sueño de aquellos lúcidos que recurren de pronto. Era la Lima que conocí, pero en una perspectiva que no atrevía a observar. guardé ese retrato para ella, para preguntarle qué le parecía.





Después regresé raudo a casa. Para encontrarnos.


Calculando mas o menos el tiempo que le tomaría llegué a tiempo a casa para esperar su llamada, para asegurarme le llamé. Estaba apagado. Empecé a conjeturar respecto a su paradero, un poco preocupado un poco impaciente. Salí a caminar otra vez.


Cuando estaba ya en camino para esperarla en la terminal mi celular sonó.


Quedamos en encontrarnos en un lugar usual. Le entregué el peluche y le gustó, nos abrazamos acaparando una eternidad en un segundo. Le dije que la extrañé y ella me correspondió. Me contó sobre cómo era allá, sobre los retos que toca enfrentar y sobre las nuevas amistades que se van ganando. Después de ello el tiempo fue nuestro.


Pasamos un fin de semana genial y espero que podamos vernos más seguido, por el momento nos escuchamos que es casi como vernos.

15.5.12

Adaptabilidad


(Te extraño)

Hola amor:

Después de ese abrazo infinito, después de ese beso enérgico, después de tu mirada de amor. La verdad es que no quiero escribir mucho sobre lo que me ocurre pues siento que la distancia te hará extrañar más estar acá, pero a la vez pienso en que necesitas saber que ocurre conmigo y amo saber esto de tí, por lo tanto dejo mis ideas atrás y me muestro como estoy para que me sientas cerca, para que recibas mi abrazo, para que te den cosquillas suaves en tu mejilla con este beso que te envío.

Hay mucho que ha cambiado, y como suelo decir "todo cambio conlleva una crisis" eso acontece y es normal. Es normal que todo se ponga de cabeza, que nos extrañemos en sobremanera y necesitemos vernos cuanto antes sea posible. Es normal que te extrañe en las tardes para conversar y soñar juntos. Es normal que te encuentre en mis sueños y me aferre a tu recuerdo cuando encuentro tus fotos. Es normal pues no estamos juntos. Es normal pues nos necesitamos, nos extrañamos. Y siento que es bueno sentir esto.

Sé que lo que está sucediendo por allá no es muy agradable, pues es algo nuevo y desconocido. Habrán muchos retos, dificultades y logros que conseguirás y estoy muy seguro que lograrás sobreponerte a ellos y continuar hacia la meta que está a doce meses de acá. Estoy seguro que no será tanto tiempo como parece, pues una vez que asimiles el ritmo de vida, las situaciones irán tomando cotidianidad, así como nuestras conversaciones por teléfono, así como nuestros recuerdos recurrentes que nos arrancan sonrisas. Te amo y espero escribir un poco más seguido, de lo contrario postearé fotos ;) .

8.4.12

Tu buró


Donde residen nuestras historias
Donde los recuerdos te las cuentan
Silentes ellos, traen imágenes
Recogen emociones y las dejan sobre el pecho

Donde una luz tenue se enciende
Donde avisoramos al futuro
Calmo, espectante, atento a lo que llega
Escucha nuestros planes, nos anima

Donde repostamos nuestras cosas
Celular, billetera, llaves
Temporales e imprescindibles
Lo mismo a la vez, paradoja

De donde resplandecen nuestros secretos
De donde nadie puede oirlos
De donde siempre hay silencio
En donde solemos caminar imaginariamente
Sobre las sendas de la intimidad.

Ahí donde te susurro historias de fantasía
Ahí donde tus miradas son únicas
Ahí donde nuestras sonrisas se conjugan
Ahí donde dejo mi seriedad de lado
Donde me alimento de tu risa.

Ahí está esperando un juguete
Ahí descansa una tajeta
Desde ahí observa una lechuza
Desde ahí un libro espera

1.4.12

Dandelion (ii)


Las lechuzas no se equivocan. No.

Sus ojos grandes pertenecían a lo más curioso de su apariencia. Siempre estaban comunicando algo y siempre parecía que estaban alegres. Yo seguía a la anciana a todas partes y ella siempre después de haberme mostrado cada lugar esperaba que yo dijera algo sabio. Todo lo que conseguía era mi asombro. El lugar era completamente nuevo para mí, cómo podría yo conocer sus misterios ¿algún visitante anterior habrá sabido qué hacer antes de pisar la aldea? Los pasos que daba cada vez eran más pesados pues los gestos de desilusión a cada negativa mía significaban mayores dudas en la anciana y los demás pobladores que me observaban.


Hasta que llegamos al límite con el bosque. Ya no quedaba más edificios qué visitar y el desconcierto se dibujó en las expresiones de todas las criaturas en la aldea. Se acercaban para ver qué ocurriría conmigo, simplemente empecé a retroceder por temor a que empiecen a indagar mi falta de creatividad o preparación para la supuesta misión a la que había sido enviado por las lechuzas.


- Ustedes creen que fui enviado por las lechuzas, pero no es verdad. - Se detuvieron y observé un pequeño movimiento de sus orejas como un poco más elegantes, un poco más atentas - sólo llegué acá porque comí el helado que la amable anciana me dio. - Se acercó entre la muchedumbre de poca estatura un aldeano con la misma mirada de siempre, amplia y risueña, aunque esta vez con un sutil fruncido de ceño que me hacía pensar que no era en son de paz.


- Tú no has sido enviado por las lechuzas, ellas se han equivocado. Yo les avisé a todos ustedes que era en vano creer en las lechuzas. - dijo mirando a todos con una arrogancia que me pareció no natural en esas criaturas. - Todos esto del poder de las lechuzas es un invento del viejo que delira, Dandelion que nos hizo creer que nuestro mundo era mágico, que debemos entregarle parte de nuestro trabajo a las lechuzas para que nos sigan dando su poder para que provean por nuestro bienestar, cuando acá tienen la prueba más real de que ellas se equivocan y que en realidad poco les interesamos. - Me sentí parte de la farsa, sin embargo no era nada de lo que decía ese aldeano, pues yo jamás había conocido a ninguna lechuza y menos se me hubiera ocurrido coludirme con ellas para aprovecharnos del trabajo de los aldeanos de Chosecc. Me acerqué al rebelde, su rostro de enojo e indignación me hacía pensar que era más alto de lo que parecía pues con su pecho hinchado y sus hombros desafiantes me llegaba a la cadera.


- No conozco a ninguna lechuza, señor. Tal vez usted esté queriendo levantar a los aldeanos contra Dandelion, pero la verdad es que no conozco a ninguna de ellas y si tengo que hacer algo acá ya sé lo que es. Vengan aldeanos, acompáñenme a la sala de reuniones donde me presentaron. - Caminé firme pensando que había impactado aún cuando no sabía qué tendría que hacer aún.


Unos pares de aldeanos me acompañaron.


Los demás fueron corriendo a sus casas, pensé que era para desentenderse del asunto, sin embargo regresaron con palos y sus herramientas de labranza, tenían un lider, era un poco más alto que ellos, sólo un poco.


Avanzamos los pocos aldeanos y yo hacia el centro de reuniones y ahí nos esperaba Dandelion sin saber qué estaba ocurriendo. Pronto los preparé para huir hacía el bosque donde tendríamos mayor oportunidad de persuadirlos que las lechuzas no estaban equivocadas al enviarme. Obviamente, yo no tendría dónde esconderme así saldría a enfrentarlos. Ojalá las lechuzas no se hayan equivocado... ojalá que no...

21.3.12

Casa (ii)

En una de las noches cálidas, cuando conversamos sobre nuestro futuro G me propuso algo. Tener una casa. Pero no sólo una casa, sino una casa NUESTRA. Si, tal vez suene redundante pero es preciso enfatizar que tendremos un hogar donde podamos sentirnos genuinos y confortables en todo momento. Basado en todos los lugares que hemos visto, conocido o visitado planeo, entonces, vivir en una construcción elegante, acogedora, amplia y multicultural. ¿Multicultural? Exacto, multicultural.




Al conocer los procesos cognitivos que se desarrollan en el ser humanos puedo sospechar que actualmente le estás dando muchos significados a esta inocente (y tal vez mal usada) palabra. Como muchas personas en este mundo, suelo asignarle significados a palabras que, efecto, no significan lo que creo que significan. Multicultural, para mi, significa versátil, mutable, práctico y moderno. Necesariamente tendrá que tener un espacio de lectura donde se puedan encontrar libros que eduquen y que entretengan, historias antes no contadas y algunas reescritas. Un lugar para imaginar y comentar, para aprender y soñar.



Por supuesto que tendremos influencia oriental, sobre todo en el comedor, sala y dormitorios. Una mesa rotativa, una sala con artilugios de uso multiple y decoración de madera que le de el toque acogedor y rústico a nuestro refugio. Utilizaremos, de vez en cuando, palitos para comer y también podremos andar descalzos, en medias o en sandalias por toda la casa. Tener un campo para jugar y una casa de árbol o guarida construida para imaginar que estamos en un torreón de la edad media.

Creo que para el hall podríamos tener un pórtico con detalles franceses, como para darle el toque europeo como si se tratara de un hogar tradicional y donde los recuerdos alegres se mantienen vivos en el ambiente, suspendidos, riendo. Podríamos tener, en la sala, unos sofás cómodos para descansar luego de un largo día de trabajo, asimismo una mesa de sala transparente o de mármol con acabados minimalistas. Sospecho que podríamos estar ahí, descansando, escuchando bossa nova y nuestras canciones favoritas. Escuchar a lo lejos la lluvia y ver al horizonte el ocaso que pinta el cielo de azul y violeta vintage.


Estar en casa significa estar en familia, significa amar, reír, tomar decisiones y pensar en soluciones. Estar en casa, para mi, significa jugar en todos los recintos y afuera también, discutir en el dormitorio y solucionar los problemas también, escribir en los ratos libres, cocinar, limpiar y dormir juntos, reir y llorar también, despertar temprano para agradecer a Dios por sus bendiciones, salir a correr, compartir una reunión con nuestros amigos y salir de compras. Casa significa frölichkeit, frölichkeit somos nosotros.


11.3.12

Apuros de Abril


Ese día me desperté enfocado en que debería terminar el libro. No el texto de secundaria que estuve preparando para una editorial, sino el libro que me había propuesto reescribir, Abril. Tenía escrito los primeros capítulos y sabía que la jornada se haría larga una vez que me siente a escribir largo y tendido hasta acabar. Aquel día tendría que terminarlo si o si pues era el último día de entrega de ejemplares en la Empresa que estaba promocionando un concurso de novela. Me desperté motivado y con la costumbre de empezar a las ocho de la mañana decidí primero tomar un desayuno y al haberlo terminado, empezar raudo y no parar hasta terminar la labor literaria. Claro, si mi plan se hubiera contado a algún experimentado escritor, naturalmente no me lo hubiese permitido tan sólo empezar a pensar en ello, pero era un secreto de dos: G y yo lo sabíamos.


Dispuse toda mi atención en la pantalla que tenía frente a mi y comencé a recordar los detalles del primer Abril, aquella historia lejana que se fue hilvanando en las tardes de época escolar. Recordé también algunos episodios extraños que conté por ese entonces cuando Rodrigo (en la primera versión era Albino) decidía olvidar la partida de Abril a su tierra natal yendo a puerto Pimentel y recordando los episodios juntos empezando por su desmayo en la biblioteca hasta aquel día en que se declaró en un ocaso único. MIentras escribía fui poniéndole un toque de realismo a mis narraciones escolares y la trama por sí misma fue delhilvanándose en una más creible y menos fantástica. Aún no sé si habrá sido una buena decisión, tal vez lo llegue a saber en Mayo cuando los ganadores del concurso se den a conocer. A veces en mis cavilaciones sueño dando un discurso sin papel y la realidad me impide terminarlo pues me doy cuenta que aproximadamente hay otras ciento cuarenta y nueve propuestas además de la mía.


Ese día tenía planeado terminar el libro en cuatro horas. Duré seis, permitiéndome un descaso liviano para no embotar mis ideas. Salí corriendo de casa, pues mi impresora había hecho su labor un poco lenta y tenía media hora mas de desventaja en la cuenta regresiva. Tomé un carro en la Carretera Central que haría un viaje de cuarenta y cinco minutos hasta el Centro Cívico de Lima, un tiempo que en combi me tomaría de hora a hora y media con tráfico incluido. Felizmente el conductor observó mi apuro y cooperó al recoger a dos transeúntes más. Mientras el vehículo iba por la autopista yo revisaba el texto encontrando algunos errores de ortografía que podrían pasarse por alto de parte mía pero no sé del jurado, sigo rogando que sí. Le pagué por adelantado para no sentir la premura al final del viaje. Y el tiempo de entrega se estaba acortando. Fui a una fotocopiadora, pregunté por cuánto me saldría sacar cuatro juegos más del texto que tenía entre manos y su respectivo anillado. No recuerdo con exactitud el montó sólo recuerdo que lo consideré adecuado y pagué por adelantado para que viera mi premura. Abril estaba a punto de quedarse frente a la puerta de la Empresa esperando a ser leída hasta dentro de dos años.


La señorita que sacaba copias y anillaba con destreza terminó en quince minutos todos los ejemplares, incluida una renovación de hojas y la elección del color de las páginas transparentes a manera de tapa y contratapa. Le agradecí su precisión en el trabajo y fui corriendo toda la avenida, ingresé a la estación del metro, cargue la tarjeta para pagar, ingresé en cuanto pude al primer bus que se acercó. No había mucha gente y encontré un asiento cómo mientras observaba el Estadio Nacional y las contrucciones a su alrededor alejarse. Llegué al paradero. Bajé junto con un grupo de personas casi tan apuradas como yo. Subí las escaleras me acerqué a la puerta de ingreso y le pregunté al vigilante sobre dónde debo entregar los textos para el concurso. Me señaló el lugar, ingresé conrriendo, era una construcción muy bien planificada a mi parecer. Y al entrar en el recinto el encargado de recibir me vio con los ejemplares en la mano y me miró con lástima leve. Me dijo que debía llenar todo en un sobre y poner una serie de datos para saber a qué concurso estaba postulando, al de novela o al de poesía.


Salí apurado buscando una librería la encontré cruzando la calle. Me vendieron el sobre y demás artículos con celeridad y sobreganancia, lo que sospeché pasaría por hacer evidente mi apuro. Sin embargo, en compensación, hurté algunas grapas para asegurar el paquete y me dirigí igual de raudo al ingreso y al recinto donde estaban recibiendo los textos postulantes el concurso. Una vez dejada Abril en medio de otros títulos mi premura tuvo descanso, salí del área de la Empresa con una calma por la labor realizada en el trancurso de la mañana y la tarde. Y de regreso, ya en la combi, me quedé dormido por las dos horas de viaje tráfico de fin de semana incluido. Sólo quedaba esperar.


***


Un día de febrero me encuentro en mi historial de visitas a páginas web con la dirección donde encontré la información sobre el concurso. Ingreso sólo para darme ánimos de saber que hice una buena labor durante ese viernes de diciembre. Me percato que sale la lista de postulantes de poesía y observo la larga lista de títulos de todo tipo y temática, urgo un poco más en los sobrenombres de los autores y exhalo algunas risas encondidas en respiraciones. Busco la parte de postulantes para novela, primero me fijo en la cantidad de postulantes, son menos que los de poesía. Luego me preparo para buscar pacientemente a Abril en medio de ellos. ¡Hey! Te encontré pronto pienso decirle, eres la número 50... mi sobrenombre al lado... me pregunto cuántos habrán exhalado risas escondidas en respiraciones al leerlo, si se tomaron el tiempo de leer los primeros cuarenta y nueve o se toparon él.


Sólo queda esperar, aunque el apuro de un día aporta a querer el resultado pronto, sólo queda esperar...