Soy el rojo de la rosa, las flores
en los vacíos del piso de tu dormitorio.
Y soy el gris en el fantasma que se esconde
con tu ropa detrás de la puerta del closet
Soy el verde en el pasto que se dobla
debajo de tus pies
Y soy el azul en el callejón de atrás
donde el horizonte y el techo se encuentran.
Si me cortas, tendré que sangrar los colores
de las estrellas de la noche.
Puedes ir donde quieras porque yo estaré ahí,
donde tu estés…
donde tu estés.
Siempre seré la clave
cuando estrés perdida en la fase technicolor
Soy el negro en el libro,
las letras en las páginas que memorizas
Y soy el naranja en el color
nublado que visualizas
Soy el blanco en las paredes que te absorben
y el sonido cuando no puedes dormir
Y soy el color durazno en la estrella de mar en la playa
que desea que el puerto no haya estado tranquilo, tan profundo.
[The Technicolor Phase - Owl City]
***
¿Qué es lo primero que recuerdas? ¿Lo que te cuentas que hacías de pequeño, lo recuerdas? ¿Parece ser un sueño? ¿Son espasmos de imágenes recurrentes, no tan claras, hasta que vuelves al mismo lugar donde sucedieron los hechos?
Roberto Lerner, lo explica: “La memoria episódica, vale decir, la autobiográfica, relacionada con personas, hechos, lugares y las emociones que los acompañan, se organiza como un relato explícito. Antes de los tres años, las palabras, los elementos que constituyen ese relato, están en pañales, dominadas completamente por la acción, las sensaciones y las imágenes.” (Diario Perú.21, 15/05/2011).
Hubiera sido genial tener los recuerdos de aquellos años, ¿verdad? Así como recordamos lo mejor que nos aconteció en la escuela, o en la secundaria o en la universidad, en algún viaje, o en una situación insospechada que nos aconteció en alguna etapa de nuestra vida, dependiendo de cual el recuerdo se puede hacer más claro y vívido. Muchos de nuestros recuerdos nos hacen sonreír, otros nos traen amargos nudos en la garganta. Pero lo más importante, me parece, es las lecciones que extraemos de cada una de esas circunstancias consideradas como importantes para nuestra vida.
Roberto Lerner en esta oportunidad nos explica el porqué de la importancia que le damos a nuestros recuerdos: “La mente establece patrones sobre la base de la realidad. Por ejemplo, hace mapas que reflejan los lugares por los que transitamos, visitamos, que son importantes para nosotros y nuestra vida cotidiana. Se van cargando con significados por las personas con las que interactuamos en ellos, por lo que hacemos en ellos. Nuestros hogares, nuestros barrios, nuestros templos, nuestros parques, nuestras escuelas.” (Diario Peru.21, 20/03/2011)
Esos recuerdos en muchas maneras trazan la línea de conducta que seguiremos cuando nos enfrentemos a situaciones parecidas. Mal o bien aprendidas las lecciones, nosotros estamos confinados a reaccionar igual siempre y cuando no nos demos cuenta de lo que nos acontece. Ahí entra la introspección, una de las prácticas analíticas que nos ayudan a poder tomar decisiones más prácticas y con objetivos claros para un bienestar duradero. Si no fuera así sólo seríamos esclavos de nuestras emociones que nos otorgan un bienestar temporal, breve y cada vez más efímero. He ahí el valor de darle uso a nuestra razón, de interactuar responsablemente con las personas que nos acompañan en el desarrollo de nuestra vida. Es un entrenamiento, es una práctica constante, pero gratificante porque hemos aprendido a conducirnos en el tiempo que estamos todavía respirando y actuando en esta sociedad y así aportar para su desarrollo.
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