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21.1.11

Cosas del machismo (I)

Hoy, observé con descontento cómo es que nuestras interacciones humanas conllevan actitudes negativas aprendidas en el hogar y extrapoladas en una construcción de la personalidad que dificulta la adaptación en una sociedad, que se espera lo sea, democrática y de orden.

Primer evento

En una situación poco convencional y por motivos de promoción de la novela Lalola, unos reporteros de Frecuencia Latina salieron a las calles a preguntar a los varones ¿Qué harían si despertaran convertidos en mujeres? Naturalmente, esa no es una pregunta que pocas personas, varones y mujeres, que no tengan pulsiones homosexuales latentes se hacen, por lo tanto la pregunta en sí, más allá de ser un medio de promoción, es también un medidor cualitativo (según la interpretación que se obtenga de la reacción) de las creencias que tienen los personajes encuestados (en este caso varones, claro que la situación en el sexo opuesto sería igual de válida). Las reacciones fueron multiples y éstas la mayoría de veces se relacionaban con la respuesta verbal. "No sé, me volvería loco" decía el joven que luego torcía los labios y cambiaba su punto de mirada para el suelo, finalmente sonreía. "Sería como sería, natural, pues no se notaría ningún cambio" decía un señor adulto que suponía que los problemas de adaptación al nuevo cuerpo serían también una dificultad enorme de asimilar. "No, no se puede, no, eso es imposible, me moriría" decía otro señor adulto que marcaba su mirada en su entrevistador y utilizaba un mecanismo que los psicoanalistas suelen llamar negación.

¿A qué viene está referencia? Bueno, ya es sabido que a nuestra sociedad le cuesta mucho dejar su legado de machismo y con esto el conjunto de creencias que esto supone. Por lo mismo se infiere que este tipo de respuestas como "me volvería loco", o "no se notaría ningún cambio", o "no, no se puede" se presenten en general, es posible también que se puedan encontrar respuestas como "me daría libertades, que ahora no me doy", o "buscaría ayuda" que suponen en síntesis otro tipo de estructuras conceptuales de lo que significa verse como un ser sexuado e identificarse con ello. Que pueda existir la posibilidad que se pueda cambiar esa estructura conceptual, es altamente posible, siempre y cuando se llegue al punto de darse cuenta de cómo nuestras creencias influyen en nuestro fuero interno y cómo respondemos a lo que nos ofrece el ambiente que nos rodea. Al fin y al cabo son sólo situaciones que nos permiten observarnos en un espejo psíquico y mostrarnos que tan racionales (y por qué no, socialmente adaptados) podemos ser.

Segundo evento

Esto ocurrió en un entorno menos público, en una calle cercana a mi casa. Después de haber dado una caminata vespertina, cosa que suelo hacer algunas veces para pensar y aclarar algunas ideas, me encontré con una pareja de adolescentes que caminaba a unos cinco pasos delante mío. Me propuse adelantarlos para evitar interrumpir alguna muestra de amor espontánea. Los alcancé a la altura de una esquina y por la transversal se acercaban un grupo de tres muchachos, recién escapando de la niñez y potenciales pandilleros en unos años por su forma de caminar y de hablar. Uno de aquellos muchachos fue alertado por sus dos acompañantes sobre la cercanía de la pareja adolescente. La muchacha que estaba abrazada con su pareja le llamó diciéndole: ¡Ratón! Lo cual refiere de la poca diferenciación e identificación que tienen los miembros de la familia. Los púberes que le acompañaban al "ratón", le instaron para que tome cartas en el asunto. Lo que él hizo fue ignorar a la pareja e irse caminando con la gorra tapándole los ojos y la amargura en su mentón. Fue un momento rápido y justo me encontré en el medio de esa escena, como un extra, un metiche en medio de la pelea silenciosa. Mi suposición: la pareja se ve a escondidas de los padres, la muchacha se encuentra con su hermano y lo llama para avisarle que no la delate frente a su familia, el muchacho sufre porque sabe que el que pagará los platos rotos es él pues no cuida de su hermana como su padre le encomendó.

Muy a la par de mi suposición, lo que suele ocurrir en las familias que poseen poca diferenciación de sus miembros suele ser que las responsabilidades y roles no están bien distribuidos, incluso sólo se asumen por ser tácitos y tienen carácter de ser temporales (conforme uno se va haciendo mayor). La carga que los padres ponen a sus hijos se hace mayor pues la transición de la niñez a la adultez va hacia la pérdida de algunos privilegios y la asunción de nuevas obligaciones y con esto el hacerse cargo de sus actos.

¿Se podría hacer un cambio de esquemas respecto a la valoración de los roles que cada ser humano según género tiene que cumplir en la familia y luego con la sociedad? Si, estudiando, aprendiendo y practicando.

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