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19.5.10

Silencios

El silencio es un momento que disfruto mucho porque puedo escuchar las conversaciones de mi fuero interno. Pero un silencio incómodo es si que es insoportable, a sabiendas que pudiste haberlo provocado continuas en ese silencio, como para dejar en cuenta que no eres el culpable. Recuerdo que en muchas oportunidades en los avatares de mis 20 años y un poco más que me quedé en silencio, por voluntad propia, por pura desfachatez, por malcriadez tal vez. Era un silencio que significaba mucho pues daba a entender que no desea estar en ese momento en esa circunstancias, menos teniendo aquella conversación y negaba aquella situación obligado a aquella persona a vivir en el silencio incómodo por minutos que más tarde comprendí que parecen eternos, cual si estuviéramos en la indecisión de saber que cabello se nos cayó o aquella incomodidad de sentir que alguien está respirando sobre tu nuca.

El silencio es terapéutico, es un momento de soledad que todos necesitamos, es un instante de pausa, es la necesidad de saber que puedes ser quien eres realmente o crear personajes en tu imaginación representados por ti mismo suponiendo que aún no dejaste de ser niño y que sólo lo reprimes para evitar problemas con lo que los demás esperan de ti. Aquel silencio que te lleva a repasar los confines de tus recuerdos, aquel silencio que te lleva a vivir el preciso instante de lo que significo el momento más importante de tu vida y repetirlo como en una película una y otra vez en un afán egoísta, sin embargo qué importa eres tú. Así es como eres y estás en tu espacio, en tu mundo, en aquella dimensión única donde confluyen tus deseos, inquietudes y racionalizaciones.

Es un lugar donde puedes gritar sin hacer ruido porque sabes que te puedes escuchar y nadie más puede hacerlo porque nadie más puede saber qué está pasando por tu cabeza, esbozas una sonrisa porque tu pensamiento te traiciona y piensas en que eres único. Pero sabes muy en el fondo que no, que eres uno de los tantos que vive en en la misma situación, la misma rutina, aquella de vivir contigo mismo. El silencio te permite respirar para adentro, te permite declarar lo que piensas sin temor a que sea mal recibido, el silencio es tu mejor cómplice pues comparte contigo sus secretos, tan sólo con una acción, callando.

Es muy agradable compartir el silencio de la noche, las estrellas en su danza organizada pluriétnica y singular noche tras noche, estás se esconden y dejan ver tras las nubes, la luna las dirige y su canción se escucha a través del universo en un simple y necesario silencio.

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