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6.3.11

Ahora

- Asu, mira papá es magia.
- No hijo, es un truco. - dice el padre
- Asu, mira mamá ese niño pobre
- Pobre niño, le hacen trabajar hasta tarde y no come nada, hay que invitarle un poco de tus galletas - dice la madre
- ¿Y si hacemos un truco de magia para que ya no sea pobre?
- Si, hijo, cierra tus ojos y desea que el mundo cambie, ese niño tiene mucho futuro, hay que desear que sus sueños se hagan realidad... - dicen ambos
- ¿Así mamá?... mira papá, ¿así?
- Si, así...
***
- Asu, mira mamá ya soy grande
- Si hijo, ya eres grande pero sigues siendo el mismo que quiere que el mundo cambie sólo por arte de magia - dice el padre entre sonrisas y con nostalgia en sus ojos.
- No papá ahora ya puedo cambiar al mundo, ustedes me enseñaron a desear y a ver en las personas lo mejor de ellas. Ahora es tiempo de poner en practica lo aprendido. Gracias mamá, gracias papá.
***
¿Alguna vez pensaste que escucharías esto? ¿Alguna vez imaginaste que crecería tan rápido? ¿Cuando te enteraste que llegaría a este mundo pensaste que todo sería diferente? Sin embargo encontraste muchas lecciones en el transcurso, reconociste que tener una vida entre tus manos, cuidarla, protegerla, alimentarla, es una tarea que te es recompensada en cada sonrisa vivaz que te concede, en cada frase de agradecimiento y alegría.
Cuando nació era frágil, dependiente de tí, ahora todo se ve diferente. Ahora tienes que aceptar que te ayude a caminar, ahora él es quien te ayuda con algunos objetos electrónicos que no quieres usar por temor a malograrlos. Mientras crecía veías su rostro cambiar, su piel se puso más aspera tanto como su caracter cuando llegó a la adolescencia. Le insistías en que su conducta sea notable frente a la sociedad pero no quería hacerte caso, aún así le perdonabas su insolencia y le invitabas a que recapacite. Tus ojos no se cerraron en la noche porque no llegaba a casa o porque tenías que pagar la escuela, o la universidad, fueron días difíciles. Pero la recompensa fue mayor, centró su vida en objetivos claros, estudio lo mejor que pudo, tuvo tropiezos pero estuvo dispuesto a culminar la carrera. Le dijiste que no se desanime y ahora lo ves dirigiéndo su propia empresa. Fuiste su ejemplo cuando fue niño, el recuerdo que ponía limite a sus travesuras juveniles, su apoyo mientras estaba en la universidad, ahora todo se avisara prometedor. Él te lo agradece y tu puedes decir que la bendición de tener un hijo es un privilegio que supiste aprovechar y encaminar. Pronto disfrutarás de tus nietos e irás a jugar con ellos al parque, les contarás cuentos y verás en ellos tu reflejo de cuando eras niño. Cuando soñabas en camibiar al mundo haciendo trucos de magia y deseando que sus sueños se cumplan, tanto como decidiste cumplir los tuyos.

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