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18.4.10

16 de abril

Me gusta caminar, sobretodo cuando hay tiempo para pensar y reflexionar sobre cualquier circunstancia que me haya tocado o tocará vivir. Me gusta, al paso que voy, observar lo que se me presente en el camino, vale decir, árboles, paredes, personas, paraderos, casa, edificios, parque, nubes, luna, estrellas, en conclusón todo lo que se puede observar cuando uno camina.

Hoy no fue la excepción y dada la oportunidad decidí caminar por centro de Lima, bueno cerca al centro, para ser más exactos. Caminé por el Parque de la Exposición, luego avancé por 28 de julio hacia el cruce con la Av. Salaverry y finalmente por la misma avenida en la cual se encuentra mi centro de prácticas o como prefiero llamarlo "el trabajo". Durante ese paseo pude observar ejemplares de arte y con una suerte de "desapercibidas" (eso eran para mi hasta hace unos minutos) tengo la certeza que podemos observar muchas obras de arte naturales y procesadas (XD) en nuestro andar por la vida.

El primer ejemplar del cual me percaté fue una pared donde se escribía una frase de Ricardo Palma que decía "Hijo soy de mis obras pobre cuna / el año treinta y tres meció mi infancia / pero así no la cambio por ninguna" frente a esa pared se muestran esculturas de personajes danzando canciones representativas de mi país. Ese entorno se tornaba un poco más agradable debido al sol que se asomaba como en verano, detrás de los árboles de abril y aquella pared inscrita con frases reminiscentes.

Continué caminando por la vía urbana, cruzando la pista y observé aquel monumento erigido a Jorge Chavez con seres que daban la impresión de atravesar el espacio determinado por la escultura alrededor de aquella pirámide enigmática, para mi claro está. Y por un momento quise pensar que puedo volar.

Ya en la avenida Salaverry, al inicio de la pared que está al frente del Campo de Marte se encuentran varios murales hechos en mosaico representando los departamentos del Perú con sutil expresión artística y disposición de las piezas muy acertada me acerqué un tanto para captar los detalles y me agradó encontrar juegos de colores y diseños agradables al gusto. Dí la vuelta y observé a Marte entre las copas de los árboles desde mi perspectiva. Y por un momento quise pensar que tenía una cámara fotográfica a la mano.

Al llegar al trabajo observé cómo el borde de la entrada principal está finamente bordado con esculturas representando personajes trabajadores. Y por un momento quise pensar que tenía que escribir.

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