Cerré mis ojos y lo último que observé fueron tus ojos también cerrados y soñando, luego empecé a soñar contigo.
Llovía. La tarde pintaba de naranja el cielo y tu rostro se iluminaba de una forma muy particular bajo la sombra de aquel árbol donde conversamos siempre y nos despedimos en muchas oportunidades casi siempre de la misma forma, casi siempre con la misma emoción, casi siempre deseándo regresar y quedarnos un momento más, casi siempre deseándo que el tiempo vaya muy rápido hasta el siguiente día.
Un día me dijiste que te gustaría ir de viaje, yo te sugerí algunos lugares y me dijiste que podríamos visitar otros más. Soñamos en que pronto estaríamos en un bus o en un avión yendo a través del espacio a conocer lugares y paisajes únicos donde el tiempo se detiene sólo para hacer perdurable en nuestra memoria esos recuerdos. Me contaste de tus viajes anteriores de bosques de pino y lagunas, de lluvias torrenciales y días soleados, de frío intenso y de brisa solaz. Recordé algunos viajes también y te conté todo cuanto pude para verte en mis recuerdo viajando conmigo. Pronto estaremos de viaje, nuevamente.
Estábamos nadando, me contaste sobre algunas veces cuando visitaste cataratas y playas donde te aventuraste a disfrutar del agua. Te comenté mi perspectiva sobre lo que el agua produce en los hombres, el agua como elemento terapéutico, pensaste que había llegado a un punto donde tu también habías llegado pensando sobre lo importante que es el agua en la vida humana. Soñamos en tener un lugar propio donde nadar, soñamos con la idea de proponer terapias de relajación en el agua, soñamos con jugar zambullidos y bucear juntos sólo con el fin de disfrutar del agua y compartir sonrisas, luego regresar a casa y dormir juntos.
Aquel día necesitábamos conversar y ponernos de acuerdo sobre algunas opiniones nuestras en las que diferíamos, conversamos mucho bajo la luz de la luna. Soñamos en que podríamos planificar sobre nuestra familia, aquella familia que tendremos en el futuro (todavía parece un susurro esa realidad), soñamos en algunos planes que coincidimos habiendo sido planificados antes de que estemos juntos, soñamos en ser ejemplo, en formar una sociedad armónica, en hacer realidad nuestros sueños.
En aquella oportunidad me miraste regalándome aquella mirada que disfruto mucho, que me gustaría capturar en una foto, que siempre sabes cuándo entregarla. Sabíamos que unos días después culminaríamos los estudios universitarios, nuevos retos se presentarían. Soñamos en tener una empresa dedicada a rehabilitar a las personas que no se adecúan a la sociedad, soñamos en contruir un lugar de esparcimiento en la sierra y aprovechar el lugar para ir de vacaciones en muchas oportunidades, soñamos en caminar y visitar lugares para conocer las maravillas de la naturaleza.
Me gusta soñar contigo, desperté después de aquellos sueños cortos tu tenías los ojos aún cerrados, disfruté de escuchar tu respiración y su contraste con el silencio que nos envolvía, te acaricié el rostro y toqué tu lunar, luego me acerqué a abrazarte, te acurrucaste en mi pecho. Y soñamos un poco más...