How long...

Ya va tanto tiempo sin escribirte. No sé si por ocupado o porque no quiero darme tiempo, o mejor aún la excusa aparente: presté mi USB y no te pude enviar las cartas que escribí, para cuando ya me lo devolvieron estaba todo borrado… nahhhh… lo que sí pasó es que lo presté y aún no me lo devuelven así que estoy rogando que no haya borrado algo, el pata al que le preste.

La semana pasada me matriculé, me contrataron de nuevo en el colegio (como psicólogo) y ya mañana empiezan las clases en la universidad (porque en el colegio ya empezó el lunes pasado). Estuve pensando, en medio de todo este alboroto, sobre lo que las nuevas responsabilidades que me tocan asumir. Algunas que tú ya asumiste y que ahora me parecen decisiones muy importantes, pues modifican tus planes y las decisiones por tomar más adelante.

Una de ellas ya está tomada, la carrera, pero… ¿acaso seré capaz de cumplirlo a carta cabal? Más aún, si ponen en juego mis creencias, ¿hasta que punto o situación seré capaz de decir no cuando tenga que decir no? Creo que tendré la respuesta muy pronto…

Otra decisión que me parece que es importante es la reformulación del plan de vida. ¿Acaso quiero seguir pensando que el mejor lugar para vivir es Brasil? ¿Todos los gustos de adolescente ya me dejaron de gustar? ¿Y qué de trabajar haciendo publicidad en una empresa? ¿Por qué no estudio comunicaciones y dejo de lado la psicología? ¿Cuánto me falta para casarme? ¿Quiero casarme pronto? ¿O mejor sería disfrutar de la vida soltero por un tiempo? (Asú!! no puedo que creer que tuve tanto tiempo para pensar en esto en tanto alboroto al hacer tanto papeleo)

Asumir nuevas responsabilidades, suena difícil, pero… es el ciclo vital, lo cual conlleva a que tome decisiones lo más pronto posible pues si no lo hago entonces podría quedarme atrás en la cadena evolutiva (ja ja ja… aún así no creo en la evolución) bueno mejor dicho, me quedaré atrás en el camino a la autorrealización al no poder adaptarme a los requerimientos del ambiente. Está bien, no hablaré más de eso… (Sé que a veces puedo ser excesivamente teórico).

Recuerdo cuando te conocí, estabas al otro lado del salón, sin conversar con nadie, sólo tú y tu silencio. Atravesé la habitación y articulé una pregunta - ¿Tienes colores? - De seguro tú tampoco lo has olvidado. Y respondiste con una mirada de “me estas hablando?” – No. (Ja ja ja ja ja, tantas cosas que cambian y a la vez siguen siendo las mismas)

No sé cuántas veces lo repetiste cuando podíamos conversar en vivo, prefiero olvidar esos momentos en los cuales no te hice caso, en los cuales no quise hacerte caso, sin embargo, están ahí siguiéndome en cada conversación que tengo con alguien haciéndome acordar que el pasado es simplemente un recurso que hace bien o mal según cómo lo usemos. A cada momento que lo llego a recordar, tu rostro triste me invita a hacer un chiste sin sentido para que tú rías y hacer pasar momentáneamente ese ruido difícil de soportar… más ya no quiero recordarte triste, quiero que esa sonrisa sea permanente y que no sea a causa de mis chistes, sino a causa de lo podemos hacer con el presente y del provecho que podemos sacar de él.

Han pasado muchas situaciones en las cuales he tenido que mirar dentro de mí antes de responder al mundo allá afuera, y muchas veces preferí quedarme callado por no desubicar el orden establecido en el universo, no vaya a ser que el aleteo de una mariposa produzca un torbellino, no obstante, lo que conseguí fue quedarme encerrado conmigo mismo, y créeme no es nada agradable convivir contigo mismo. Así que decidí llevar mi vida interna a donde corresponde y empezar con mi vida externa (no sé si me llegas a comprender, pues estoy muy simbólico, más no loco eh?) y conseguir las respuestas a mis interrogantes. Si tú conoces alguna de esas respuestas me gustaría saberla.

Tuve un sueño, estabas sonriendo en él. Te quiero R
zach.

Lima, domingo 08 de marzo del 2009.